- Simple. Les pillé magreándose en el cuarto de la limpieza.
Y en ese mismo instante la cara de todos los presentes era un verdadero poema...
Pero la confusión no duró demasiado pues Gale soltó un gruñido y de un salto se apartó de Alexis. Comenzó de nuevo a agarrarse la cabeza y gritar desesperado, como un animal al que están asesinando. Por su parte, la rubia, se levantó lentamente, y miraba al de cabellos azulados con preocupación.
- Por...favor... - decía este - que...al...guien aca...be con...mi...go...
Aquellas palabras hicieron tensarse a todos los presentes. Gazille y Mak apretaban sus puños, el primero se estaba debatiendo de si debía o no aceptar la petición de su hermano pues en estos más de cinco años que llevaba en el consejo, para investigar la maldición, no había encontrado absolutamente nada, ni siquiera con la ayuda de Yura.
El más joven de los mellizos de Gajeel comenzaba a desesperarse en su propios pensamientos mientras su padre peleaba contra su hermano pues había vuelto a perder el control. Laxus impedía que Alexis se uniera a la batalla. Ella era la única que podía pararle estaba segura de eso. Después de todo no era la primera vez aun que nunca antes a tal grado de violencia y descontrol, pero siempre había conseguido que él recuperara su soslayo habitual, después de todo, su historia comenzó así, con Gale perdiendo el control en una misión de Clase S que les habían encomendado a ambos, y casi asesinando a la hija de la portadora de la Satan Soul.
De un golpe Gale mandó a su padre a volar hasta que impactó contra un tronco, cercano a donde Natsu Dragneel, aun continuaba inmóvil mirando al ahora descontrolado Dragon Slayer. Le recordaba a aquel tiempo en el cual él había perdido el control sobre sí mismo cuando lucharon contra el Imperio de Álvarez y comenzó a luchar contra Grey. Y quizás en su interior comprendía la desesperación del mayor de los Redfox McGarden. No quería hacer daño a sus compañeros, no quería herir a nadie, de eso el de cabellos rosados estaba seguro.
El peliazul bajó la cabeza y las escamas que estaban recubriendo su cuerpo, de repente, comenzaron a sombrearse hasta que se volvieron completamente negras como el carbón. Subió la cabeza con una mirada azul como el cristal, con un aire de superioridad, como si el resto del mundo a su alrededor no fueran más que simples hormigas que estorbaban a todo su ser. Aquella mirada como si ni tan siquiera fuera él quien les miraba en aquel momento.
Gazille y Makarov reconocieron aquella mirada al instante, pues, ellos, sabían la verdad, al igual que Alexis.
- ¡Ahhhh! - gritó Gale, de nuevo bajando la cabeza.
Gajeel apretó sus puños hasta que ligeras gotas de sangre descendieron por sus manos. No soportaba ver así a su hijo, no soportaba no poder ayudarle, no saber que era lo que realmente le estaba pasando al primer tesoro que Levi le había entregado minutos antes del nacimiento de su mellizo.
- Papá - hablo ahora la rubia - Déjame, tengo que ayudarle, se como hacerlo.
Le dedicó una mirada tan decidida a Laxus que este soltó su brazo sin darse tan siquiera cuenta. Confiaba en su hija pequeña, algo le decía que ella podría hacerlo.
- Alexis - la llamó el Dragon Slayer de Fuego - Ten cuidado... podría ya....
- Siempre será él - le interrumpió - sucumba o no al poder de la maldición.
Natsu sonrió. Aquella chica a la que el de pelos celestes "odiaba" podría calmar aquella ira que nacía dentro de él. El pelirosa mejor que nadie sabía que no debía luchar contra aquello que yacía en su interior, sino que debía aceptarlo, tal y como él había hecho con E.N.D pese a todo lo que ello conllevaba.
Pero lo que ocurrió a continuación nadie se lo esperaba. De la nada un hombre de cabellos rubios cenizos y un parche en el ojo, e infinidad de piercings como Gajeel apareció de la nada, en un resplandor cegador.
Gazille se tensó, su padre miró con orgullo a aquel hombre y por su parte, Gale, comenzó a temblar, le temía al recién llegado.
Natsu notó un olor familiar en el, lo cual no le sorprendió porque aún recordaba la última visita del "anciano" al gremio hacía cinco años, cuando se reunió con Gajeel y Levy para contarles el estado en el que se encontraba su hijo, y en aquel entonces lo hizo acompañado de su padre, Igneel.
- Gale - Dijo el rubio con voz grave y tranquila - eres más fuerte que Alukah, no deberías dejar que el tomara el control sobre ti, al menos no aún. Para que todo termine ambos debéis ser uno. Por eso te maldije a ti y no a otro, porque sabía que podrías con ello.
Y en ese instante todos se quedaron petrificados menos Gazille, pues él era el único que verdaderamente sabía que su hermano había sido maldito por su abuelo cuando tras un ataque enemigo, Gale estuvo al borde de la muerte por salvar su vida, como "buen hermano mayor".
- ¿Tú eres quien ha dejado a mi hijo en ese estado? ¿A tu propio nieto? - le espetó Gajeel con furia en su mirada y en sus palabras.
- Él era el único para soportar esa carga - dijo mirando al peli azul que ahora estaba en una esquina cual cachorrillo asustado - o eso era lo que creía...
Alexis no lo dudo y corrió hacia Gale y lo abrazó con todas sus fuerzas. Él por su parte comenzó a hiperventilar y a temblar como si no hubiera mañana en los brazos de la rubia hasta que perdió el sentido inconsciente.
ESTÁS LEYENDO
Entre Rayos y Metales.
Hayran KurguMagnolia, año X812, la ciudad, seno de Fairy Tail, está más viva que nunca, las nuevas generaciones de magos ya están aquí, y son tan caóticos o incluso más que sus propios padres... Nuevas aventuras, nuevos enemigos les esperan y algún que otro amo...