III

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Erik se despertaba mucho antes de que Charles o algún anterior cuidador, fuese por él.

La realidad es que Erik no podía dormir, siempre tenía pesadillas, horribles pesadillas sobre el momento en que mataron a su madre frente a sus ojos, aún seguía oyendo los lamentos y gritos de las personas en las cámaras de gas.

Escuchaba como niños, ancianos y otros adultos inservibles para el trabajo de campo, eran exterminados de aquella forma brutal. Los adultos sanos mayormente eran enviados a ser experimento de los científicos nazis.

Erik fue una excepción, a la tierna edad de 11 años, era sujeto de pruebas por aquel hombre despreciable conocido antes como Doctor Shaw.

El pelirrojo jamás le perdió la pista a aquel hombre que prolongó su sufrimiento. Tenía intenciones de matarlo, pero antes de eso torturarlo. A pesar de que Shaw era la mayor parte del tiempo comprensible con Erik y hasta entusiasta con los poderes que el joven desarrollaba, la realidad es que el pelirrojo guardaba rencor a aquel hombre que mandó a matar a su madre por puro placer de ver como aquel niño se desmoronaba frente a todos y aceptaba su destino.

Erik volvió a despertar agitado y sudando. Odiaba hablar alemán la mayoría de veces, pero el idioma se volvió con el paso del tiempo su sello personal, hasta una manera de insultar a sus incompetentes cuidadores como solía llamarles, así evitando mantener alguna conversación con ellos y que dejasen de intentar hablarle.

Charles era distinto, el castaño no parecía rendirse y hasta estaba más dispuesto de intentar mantener una plática con él. Xavier llevaba un diccionario inglés-alemán, e intentaba hablar alemán con una pésima pronunciación.

El magnético solía sonreír al ver la perseverancia de su joven cuidador. Con el paso de los días empezó a tener cierto respeto por el castaño, y solía hablar un poco más de inglés a pesar de sólo soltar monosílabas. Erik no era una persona muy sociable, pero admiraba a Charles y su manera de sacar conversación hasta en cosas más banales como el clima.

- Erik.

El pelirrojo dejó a un lado sus pensamientos, para encontrarse a Hank acomodando la ropa que escogió para él.

El alemán no pudo ocultar la sorpresa de ver a alguien que no era Charles, como su cuidador.

- Oh, buen día Erik, no creí que estuvieras despierto muy temprano- dijo Hank sonriendo mientras se acercaba a él- no pongas esa cara de susto. Sí te lo preguntas Charles pidió permiso para llegar tarde por algún asunto de la universidad, no te molesta, ¿verdad?

A Erik claramente le incomodaba tener al dueño del lugar como su cuidador, Charles hacía todo más fácil, era cálido, amable y hasta paciente con su mezquina actitud. A pesar de tenerlo casi un mes como su cuidador, ya se había acostumbrado a la rutina de ser cortante con el inglés, mientras este hablaba de alguna entretenida historia, anécdota o alguna cosa científica que Erik no podía entender.

- Ist mir egal- contestó con frialdad.

- Bueno, entonces vamos a darte un baño, ¿sí?

Erik salió de la cama con parsimonia, mientras cabizbajo se retiraba el pijama para poder entrar a la bañera. Hank se sorprendió por la actitud de Erik, usualmente les hacía las cosas más difíciles a sus cuidadores.

***

- ...Entonces con esto sostengo que la evolución ha llegado más temprano de lo que hemos pensado, gracias por su atención caballeros.

Charles escuchó los aplausos que provenían del auditorio, mientras una atractiva mujer le entregaba un reconocimiento.

- Démosle otro gran aplauso al joven Xavier, que dentro de poco nos sorprenderá con su tesis sobre la genética y como cada vez más estamos cerca de la evolución humana.

Promesas Inquebrantables (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora