Habían pasado los días y Erik ya no había tenido noticias de Charles.
Es como si la tierra se lo hubiese tragado, un día llegó alguien más a despertarlo. Erik, ilusamente había creído que Charles volvería el día después del que discutieron, pretendiendo al principio que todo era normal para después decirle que sentía lo mismo por él.
Pero eso jamás sucedió.
Erik en cambio se encontró despertando con ayuda de un nervioso Hank.
Erik intentó continuar sus labores habituales, esperando por el regreso de Charles, pero conforme pasaban los días, empezaba a aceptar que el castaño se había ido para siempre.
Hank no había dicho palabra alguna, sólo se limitó a sonreírle al acompañarlo por los pasillos, intentando parecer ocupado con la pila de hojas que usualmente siempre cargaba para evitar alguna plática incomoda.
Erik se limitaba a pasar el resto de la mañana y tarde sentado en el jardín para continuar leyendo Camelot. Había comenzado a leerlo junto a Charles quién tenía más de una copia de dicho libro, algo muy extraño para alguien, pero se recordó a sí mismo que el castaño era un ratón de biblioteca. Erik en ocasiones se imaginaba la casa o departamento de Charles lleno de muchos libros.
— Te he traído esto, amigo mío.
Charles le sonrió aquel día con entusiasmo, traía algo envuelto cuidadosamente en papel de regalo. Erik agradeció el gesto, no era una persona que con frecuencia recibiera regalos por los limitados o inexistentes amigos con los que contaba, salvo Charles.
Erik abrió con cuidado el regalo, pretendiendo preservar hasta el papel de regalo, por lo especial que era recibir algo de Xavier.
— ¿Recuerdas cuando te conté un poco sobre Camelot y entusiasmado querías que te relate toda la historia? Bueno, he decidido que mejor lo leas tú, sin necesidad de creer fielmente en mi versión del libro.
Erik sonrió al escuchar esto, se avergonzó al recordar cómo había querido que el castaño siga relatándole toda la historia con lujo de detalle, algo imposible, porque Charles había leído el libro años atrás y al momento de narrar se corregía a sí mismo en varias ocasiones.
— Esto es tuyo, no podría, Charles...
— ¿Me creerías si te dijera que tengo un par de copias en mi casa? Es uno de mis libros favoritos y esta es una edición especial para alguien especial.
Erik antes de que pudiera contestar, observó cómo su cuidador sacaba de su mochila una copia del libro que recién le obsequió. Ambos se encontraron leyendo bajo la sombra de aquel árbol de ramas espesas, pero Erik no estaba prestando toda su atención a la lectura. Observaba al castaño en largas ocasiones, se fijaba en como cambiaba las hojas, las expresiones que ponía al leer algo emocionante, triste o impactante en el libro. Era una de las muchas cosas que le gustaba de Charles.
Charles...
Pensar en Xavier aún adolecía en su mente y corazón, pero era un recuerdo que no pretendía borrar rápidamente.
***
Los días pasaron, Erik se mantuvo en un estado cada vez más deplorable, algo que a Hank preocupó. McCoy ya había recibido los papeles necesarios para la orden de libertad vigilada para Erik, se le había asignado ya su nuevo cuidador y Hank debía darle las nuevas noticias.
Erik fue citado a la oficina de McCoy, y el pelirrojo llegó unos minutos después, encontrando a Hank acomodando varias pilas de hojas, algo que usualmente hacía la mayor parte del tiempo.
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Promesas Inquebrantables (Cherik)
FanfictionTodo comienza la fría primavera de 1962, Charles Xavier un joven a punto de graduarse como profesor de genética es contratado por Hank McCoy para cuidar de Erik Lehnsherr, el paciente más enigmático que haya pisado la residencia. Lehnsherr, conoci...