VIII

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Charles había llegado más temprano de lo usual al departamento de su novia. Moira sorprendida con esto, abrazó felizmente a Charles como cada tarde después del trabajo.

— Hola, cariño— le saludó Moira bajando las bolsas de papel que cargaba.

— Te ayudo, querida— le contestó el castaño antes de despegarse del abrazo— pudiste haberme avisado para que te acompañe de regreso.

— Oh, no es nada— le dijo con una sonrisa antes de abrir la puerta para pasar y acomodar las compras en la cocina con Charles.

Ambos pasaron al departamento y siguieron su camino hacia la cocina, donde acomodaron las cajas, latas, frutas, verduras y demás cosas, en las alacenas.

Cuando ambos terminaron, salieron de la cocina para sentarse en el cómodo sillón de la sala. Charles abrazó a su novia, quién alegre de esto se acomodó mejor en el hombro ajeno.

— Entonces— Moira comenzó con timidez— ya está todo listo para irnos la siguiente semana a Estados Unidos, ¿estás emocionado?

Charles se encontró pensando nuevamente en lo sucedido con Erik, habían pasado tan sólo unas horas después de rechazarlo, y confesarle que pronto se iría de la residencia. El castaño pensó además en el beso sucedido, en lo perfecto que fue, lo bien que se sintió...

...era como besar a su alma gemela.

Xavier, al notar que tardó más de la cuenta en responder a la pregunta de Moira, asintió y repentinamente besó con necesidad a la mujer, quién extrañada con la actitud de Charles, terminó cediendo ante el beso.

Charles intentó recrear el beso de Erik, con Moira, pero se encontró con una sensación vacía.

Antes de que se besará de forma tan magnífica con el alemán, no había puesto mucha atención a los besos, para él eran simples afectos que no hacían sentir a alguien más que un simple par de cosquillas, además de que servían como una antesala para el sexo.

Pero con Erik se sintió todo diferente, era una mezcla de amor, pasión, necesidad y afecto...

Era algo a lo que Charles se había vuelto adicto.

Cuando Xavier se apartó de la castaña, la chica estaba jadeando por la intensidad del beso, pero Charles se mantuvo confundido.

Se suponía que debía estar en las mismas que Moira, pero contrario a eso, sentía hasta repulsión de sí mismo.

— ¿A qué vino eso, cariño? — preguntó Moira con una sonrisa en su rostro.

— Discúlpame, me emocioné de más— murmuró cabizbajo.

— ¿Te encuentras bien? — Moira se levantó del sofá y fue hacía Charles— ¿pasó algo malo?

— No, nada realmente...

— ¿Es por Raven, no? — intentó adivinar la castaña— mira, sé que aún me odia por lo sucedido pero haré que todo se resuelva entre ambas, ¿de acuerdo?

Charles estuvo a punto de negarlo, decirle que se sentía confundido gracias a otro hombre, pero decidió callar y en su lugar le dio una tenue sonrisa a Moira.

— De acuerdo— dijo Charles depositando un tierno beso en la frente de Moira.

Ambos pasaron el resto de la tarde juntos, aprovechando las vacaciones de verano que le habían dado oportunidad a Xavier de estar más tiempo con Moira.

A pesar de haber considerado hacer más horas en la residencia, al final rechazó la idea aludiendo a que necesitaba tiempo para hacer otras cosas.

Charles aún no se había dado de baja de la Universidad, ni le había dicho nada a Hank ni a Raven sobre su pronta partida a los Estados Unidos.

Promesas Inquebrantables (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora