Videoconferencia en Progreso

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   Audrey se despertó como todos los días para ir al trabajo. Tomó su café, sus "hierbas medicinales" para el estrés y miró el capítulo que le faltaba de su novela pornográfica, pero esta vez, no tuvo ganas de tocarse con ella.

   Fue al trabajo en el colectivo que pasaba por la esquina de su casa, donde se juntaban los travestis para cobrar a los hombres desprevenidos que no se dan cuenta de lo que son. Al llegar, la recepcionista le dijo que debía hablar con el jefe urgentemente, pero que esperara unos minutos porque tenía una videoconferencia muy importante.

   Audrey, preocupada, se dirigió a el despacho de su jefe pensando que la regañaría por algo, y no sería la primera vez. Se sentó en un banquillo que estaba fuera de la oficina y esperó. Luego de 20 minutos, tocó la puerta, nadie contestó, pero, al acercarse pudo escuchar unos extraños sonidos que venían desde dentro de la oficina.

   Pensó que a el jefe le estaba sucediendo algo, por lo que entró forzosamente en la oficina para encontrar al jefe masturbándose con porno en su computadora. Justo al entrar, el ruido de la puerta coincidió con el orgasmo del jefe, el cual mancho toda la pantalla de la laptop.

   Metió su pene rápidamente en el pantalón al ver a la mujer entrar a la oficina y verlo todo. Audrey se sumió en un ataque de pánico (No había visto un pene desde lo sucedido en la secundaria). Con el trauma en el cerebro corrió lo mas rápido que pudo hacia ningún lugar en específico, pero se desmalló en un pasillo bastante transitado. 

   Lo último que pudo ver antes de perder la conciencia fue una chica de cabello castaño caminando hacia ella.

Sobre el Amor, va el SEXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora