「 8 」

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Estaba distraída. Incluso mordi tanto mi lapiz que se subió la tinta y manche parte de mi cuaderno.

No podía dejar de pensar en lo ocurrido en el baño y eso me costó no prestar atención en ninguna clase.
Necesitaba desahogarme con alguien por lo que caminé hasta mi casa, cuando ya no había nadie cerca mio llamé a Lisanna ya que Levy no me respondía.

—¿Lucy? Vaya... Hola— Saludó nerviosa.

—¿Qué efecto causa el éxtasis?— Lisanna se quedó en silencio por unos segundos por haber ido al grano.

—Agresividad, placer, excitación— Respondió como si intentara recordar— Náuseas, bipolaridad... son muchas... ¿Ocurrió algo con Natsu?

Peleó con Sting, luego estuvimos hablando y...

— Lucy, por favor dime que no te hizo nada— Mi caminar se detuvo—¿Por qué te has quedado callada? Quiero detalles AHORA.

Me ha cogido fuerte de las manos, lo rojo ya se ha ido, nada más— Traté de sonar convincente pero fallé.

— Eso no es escusa para los 10 segundos de silencio, voy a tu casa ahora— Colgó.

Un suspiro largo relajó mi cuerpo pero no el corazón acelerado. Aún podía sentir su respiración en mi cuello, traspasando mi pelo para rozar mi hombro causando escalofrío. Cerré los ojos con fuerza frunciendo el ceño, remoje mis labios y los mordi hasta sentir dolor.
Lisanna había llegado primero, se bajó de un auto ¿Será suyo?

— Pasa— Abrí la puerta y entró rápidamente para sentarse en el sofá, sonriente dio palmadas al lado de ella indicando que me sentara.— ¿Ocurre algo?

—Dónde estaban a esa hora, qué te dijo, qué hizo, como supiste que se había inyectado— alcé mis manos pidiendo calma— Detalles.

No podía mentir. Lisanna conocía a la perfección las reacciones de Natsu y prácticamente estaba entre la espada y la pared.
Comencé diciéndole que su padre nos había descubierto temprano en su casa, se había culpado para que no me dijera nada. Luego sobre la pelea con Sting y que le seguí al baño de hombres.

— ¿Entraste?— Alzó una ceja con seriedad y al asentir rompió en risa— wow en realidad eres atrevida.

— Natsu tenía el labio roto y no me contó el por qué—Corri un mechón de cabello molesto— Terminó diciendo que no le hiciera enojar porque estaba bajo un leve efecto de éxtasis.

— ¿Se puso cariñoso?— Mi blanca piel delató de inmediato el sonrojo— Creo que fue un si.

—Es que... nos quedamos encerrados y me trataba de cargar hasta la ventana pero...—No podía describir el zoológico que senti recorrer mi cuerpo.

Entendió de inmediato que algo había hecho, pero no sé cuantos detalles se habrá imaginado y su rostro se mostró inexpresivo.

— Ya veo— curvó su labio de forma negativa—¿Hasta qué punto?

—Apegó su pecho a mi espalda, diciendo que a mi lado el baño no apestaba—Mi emoción se había ido.

Me sentía una idiota por haber sentido nervios. Si me hubiese disgustado tanto le hubiera golpeado o al menos intentar lo imposible por safarme de él, pero no, me había sumido completamente.
Lisanna se rascó la cabeza y se puso de pié. No sabía que decir, tampoco sabía de Natsu y me pregunté ¿Que estará haciendo?

—Oye, solo fue un desliz— Musité para animar un poco—Él mismo lo llamó así.

—¿Y si tú eres quién haga que las deje?— Resopló sin expresar alegría— Me pone un tanto celosa, ¡Pe-Pero en el buen sentido! Pensé que como era su mejor amiga podía hacerlo sola... pero...

—Me has ayudado mucho— Sonreí— Ahora mismo, solo tendría que evitar a Natsu cuando esté bajo el efecto de ciertas... dosis.

Por fin podía ver una sonrisa. Me abrazó y no conseguí entender el por qué.

—Solo cuidate de sus encantos— ¿Qué?—Ya ves lo que es capaz de hacer.

A pesar de haberle ofrecido comida Lisanna se tuvo que ir. Parece que trabaja por las tardes en un cafetería.
Me dirigí a mi cuarto y antes de eso mamá aparecía con unas pocas bolsas y algo cansada, vi las luces de un auto apagarse pero no debían ser las de Lisanna.
Cogí las bolsas de mamá quien compró demasiado para ser verdad, pero antes me topaba con una estúpida sonrisa. Natsu pasó por mi lado ¿Acaso este día no podía ponerse peor para mi?

—Me acompañó al supermercado, ya que mi hija no lo hace...—dijo alegre y sarcástica mi madre, dejando las bolsas en la cocina—Y realmente le agradezco que me haya traído.

Rodé los ojos mientras cerré la puerta principal.

— Yo iba a casa de Levy en unos minutos— No quería estar aquí. Fui a mi habitación y saqué algo de dinero en caso de tener que comer afuera.

Antes de poder cerrar la puerta principal, mi "alumno" corrió tras de mi, metí mis manos en los bolsillos pero tomó un brazo haciendo que me detenga.

— Oye, ¿No me invitarás a comer?— Se mostró molesto— Ni siquiera me saludaste.

— Natsu, estoy apurada— Siguió mis pasos y no me dejaba ir. Tiró de mi hasta que me volteé a verle, sus ojos se veían más claros

A medida que me alejaba sentí sus pasos acelerados. Se puso frente a mi presumiendo su altura, alcé la vista y ahí estaba. No pienses nada, no hagas contacto visual.
Comenzó a jugar con el labio, pero creo que mamá nos observaba y eso le limitaba las acciones.

— Lucy, lo del baño fue una estupidez— Susurró haciendo que sus labios tocaran mi frente— Quiero disculparme por ello.

— Ya lo hiciste, puedes irte— Retrocedi.

—¿Quieres comer? Elige, un restaurante o un local de comida rápida—maldición sonreí como una idiota.

Pasó la mano por su pelo, como si lo quisiera desordenar más. Estaba emitiendo ese aire de chico rebelde, el que alguna vez leí en un libro.

Realmente me estaba derritiendo.

—¿Quieres hacer algo por mí?— Frunció los ojos por la pregunta inesperada— Deja de drogarte.

Pasó un arbusto rodante, un aire silencioso. Esto era demasiado incómodo y para empeorar la sonrisa se había borrado de sus labios. Entreabrí mi boca tomando aire.

—¿Y que gano a cambio?—Preguntó serio—¿Que puedes hacer tú para que yo acceda?

Revolvi el pasto con pié, me acababa de joder. No tengo nada que el desee.

—Piensa algo tú—Remojó sus labios con una sonrisa moja bragas y alzando las cejas— Oye... no pienses nada sucio.

—Bien, he encontrado algo—Tomó mi mano derecha y con su izquierda agarró mi cintura haciendo que mi cuerpo estuviera pegado al de él— Quedate a dormir una semana en mi casa, podrás tener la llave del mueble donde las guardo.

Mi mandíbula se cayó al suelo, encima Natsu no dejó nada de espacio personal, sentía su respiración demasiado cerca.
Fruncí el ceño intentando darle una cachetada pero agarró mi muñeca.

—La típica cachetada, un clásico— pareciamos idiotas con las manos en el aire— ¿Ya ves, Heartfilia? No hay nada que cambie lo que soy, aun así buscaré algo que disculpe "Nuestro dezlis".

Soltó mis manos y estas cayeron a mis costados. ¿Mamá aceptaría que su hija viva bajo el mismo techo que el hijo se su jefe? No, ni de broma.

Sentí un escalofrío pasar por todos mis huesos, la nuca me ardía. Asentí, por lo que la sonrisa de Natsu dejaba ver sus dientes, dejo salir una risa ronca y metió sus manos en los bolsillos. Se negó a comer con nosotros.

—¿Crees poder aguantar mis reglas, Luce?— seguía sonriente.

—Solo sé que es una semana— quitó la alarma del auto de su padre.

—No te haré nada si es que te lo estás imaginando—Guiñó un ojo—Y sobre lo del dezlis... —Abrió la puerta del auto y antes de subir se volteó—Ya le buscaré otro nombre.

Idiota...

『 ADDICTION! 』 »Emisión«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora