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El dia del jucio llegó más pronto de lo esperado. Se mostraron pruebas, grabaciones e incluso algunas fotos de personas que alguna vez vi en apuntes de Levy.

No olvidaba rostros, por lo que conocía a cada amigo de Natsu.

— Entonces, conluyo que a falta de pruebas, señor Natsu Dragneel queda absuelto de cargos— El juez antes de cerrar el caso golpeando la mesa fue interrumpido por mi.

— Su señoria, hemos determinado que el señor Dragneel sí poseía droga en su sistema ¿Habrá algún cargo por ello? — Sentí mil miradas en mi espalda— ¿Un tratamiento quizás?

— Alto, el juez ya determinó el cierre de esto — Agregó Natsu.

— Entonces es semi cómplice de un traficante ¿No?— Agregué dándole una hoja con un examen sanguíneo.

— Natsu Dragneel, queda en libertad condicional. Está restringido que salga del país hasta que una psicóloga acepte que se ha rehabilitado. ¿Por qué no se encarga usted?

Un momento...

— ¿¡Su psicóloga!?— compartimos miradas incrédulas.

Los martillazos resonaron por toda la sala de jucio y Natsu era liberado de sus esposas. Sus acompañantes me miraron de mala manera por unos instantes y me alejé de todo el gentío y los abogados.

¿Yo, psicóloga de ese idiota?
No estudié para él.

Natsu

Esa idiota... me ancló al país.
El rostro de Zeref se desfiguró al saber que no podría volver a Brasil antes de acabar la semana.
Solo tenía una opción, obligar a que Lucy me deje libre.

— No te preocupes Zeref— Le dije cuando salimos del juicio— Me dejará ir.

— Si claro, tu amiga te entregó ¿Acaso querrá dejarte ir así de fácil?— Bufó DiMaria; esta con un pie en el muro, fumaba de un cigarrillo.

Quería quitárselo, inspiraba ese aire de "piérdete" que se me hacía atractivo, más si pareciera estar celosa.

— No te preocupes, no cambiaría a mi rubia favorita ¿O si?— Ella rodó los ojos.

A la salida cogió su motocicleta sin despedirse.

— Estaba motivada con la misión en Brasil. Sin ti pues es distinto para ella — Parpadeo muchas veces ante lo dicho por Zeref— Bien, habla con ella, te llamo después, tengo asuntos que atender.

Suspiré desesperanzado.
No veía a Lucy salir del jucio, mucho menos salir de aquí. Esperé afuera para hablar con ella; comencé a fumar de aburrido.
¿Habrá tomado otra salida?
Me senté en las escaleras, sentía como me consumia por dentro cada vez que inhalaba, la garganta ardía y se calmaba de un segundo a otro.

Sentí el ruido de unos tacones acercarse. Unas delicadas piernas pasaron al lado mío, elegantes, bien talladas. Los tacones eran poco altos, miré más arriba y con espalda descubierta observé un bello tatuaje a la altura de la cintura.
Al lado izquierdo, era la imagen de un colibrí en forma de Tribal.

— ¿Es legal que una psicóloga tenga un tatuaje tan sexy? Porque me puedo ir preso ahora— Detuvo su caminar y escuché una pequeña risa.

— He escuchado mejores intentos de coquetear— presumió— Y no, no te haré pasar por rehabilitado si es lo que piensas.

— Y el colibrí se vuelve cuervo, buitre, un pelícano... — Ella sacó la lengua de forma infantil.

— Te veo mañana a las 14:00 horas, si no llegas, es otro día aquí, la dirección está en este folleto— Sonrió simpática y sarcástica.

Fruncí el ceño y acaricié mi nuca. Subió a un auto blanco, no era tan lujoso a decir verdad, pero ella se alejaba de mi llevando consigo mi pase para salir.

Golpeé un pilar y gruñi. Maldita sea... ¿Y dónde trabaja esta mujer?

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Día siguiente...

— Señor Dragneel, lo buscaré, solo deme un minuto— Dijo la secretaria.

Buscaba en un papeleo interminable mi nombre, me siento en el "Loquero". Yo no estoy loco, esto no es para mí.
Pudieron asignarme a otra psicóloga, pero Lucy no era tan fácil después de todo. ¿Maduró un poco?

— Citación de Juzgado— Alzó la vista pero me mantuve rígido— Avance hasta la puerta 23.

Con un gracias me retiré. Buscaba la puerta pero este lugar se hacia interminable, parecía una ciudad completa.

— Oh, llegaste puntual— Oi la voz chillona de Lucy tras de mi— Ven, cambiaré tu rutina. Por cierto, puedes dejar tu casco en mi oficina.

Me condujo a una sala llena de hombres, Lucy pedía permiso con un colega para darme una sesión.
El joven con calidez asintió y le dio algunas indicaciones que ella aceptó.

— Un adicto no podría formar una familia— Tomó mi muñeca y me arrastró hasta una mesa con un bebé falso— ¿Por qué no tratas de cambiarle pañal? Imagina que eres un padre.

El muñeco diabólico comenzó a llorar, miré a Lucy ladeando la cabeza. Iba en serio.

— Me estas jodiendo... esto no es rehabilitación— Me negué a participar.

— ¿No sabes cambiar un pañal? Que patético de tu parte.

Cogí el pañal limpio de mala gana, todo sea por salir de aquí.
Tiré a la basura el supuesto pañal sucio, al voltearme el bebé lanzo un chorro que casi entra en mi boca.

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Lucy

—¡Es pipí, cayó en mi boca!— Se exaltó dejando caer el pañal y buscando como loco dónde limpiarse.

— Natsu, es agua— Suspiré buscando algo con qué limpiarle, algunos hombres largaron a reír— Que llorón eres.

— Yo no debería hacer esto— Me quitó el pañuelo y se limpió.

Tomé aire y salí del lugar de terapia. Me apoyé en el muro con la cabeza agachada tratando de idear la forma de que Natsu se distrajera, que no pensara en estar inyectandose.

Estaba enojado por lo que sin ánimos de pensar en una idea para retenerlo le dejé ir. Le vi buscar su casco que dejé en mi oficina y lo conduje hasta el estacionamiento de afuera donde tenía una motocicleta algo desgastada por malos cuidados.

— Es todo por hoy, no creo que te dejen entrar a terapia aquí si gritas como nena— froté mis brazos al contacto con el frío— Hasta luego.

—¿Ya no tendré que venir?— Subió a su moto y se acomodó creyendo que la plática se podía alargar.

Puse los ojos en blanco y volteé para adentrarme en las instalaciones.

Escuché el rugido de su motor alejarse de la entrada y perderse entre ruidos.
Hoy solo me limité a escribir "Nunca he tenido la capacidad de cambiar a Natsu, ni antes ni ahora". Solté el lápiz con rudeza esperando un milagro.

Sus miedos, sus emociones, su dolor... solo fueron pequeñas ideas anotadas antes de terminar mi trabajo. ¿Sería malo preguntarle a Igneel sobre Natsu?  No quería que supiera por nada del mundo los pasos de su hijo. Había vivido en paz todo este tiempo como para hacer declinar su felicidad.

Mordí mi labio viendo el calendario en mi muro.

¿Que puedo hacer Natsu?

Quiero quitarte las cadenas que te atan, pero tú te aferras a ellas- Pensé.

¿Y si Natsu se enamora?
Casi me doy un cabezazo en el muro, ha sido lo más estúpido que he pensado.

Haré otro intento mañana, si esto no resulta, será hora de dejarlo ir...

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⏰ Última actualización: May 08, 2017 ⏰

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