「 14 」

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Narra Natsu

Me dediqué a vagar por las estrechas calles de Brasil, dejé que el clima templado me acogiera pero terminé a estornudos.
La gente de aquí era pobre y humilde, pero algunos barrios tenias que cuidarte, no siempre te tocaría ver gente sonriente.

Fue en un barrio poco poblado y algo viejo, me parecía conocido por las palabras de Gajeel, quién vino aquí tan solo unas dos veces en vacaciones.
Tuve un mal recibimiento, dos hombres algo confiados querían ver que tenía en mi bolso pero terminé dejándolos en el suelo.

Sentí armas apuntarme y fue cuando tuve que alzar los brazos para que no me hicieran nada. Algo murmuraron en portugués y no entendí nada, por lo que fui obvio ante mi confusión.

— Estás lejos de casa niño— Habló un hombre con un cigarrillo en la boca, tenía el pelo oscuro y su tamaño no era intimidante— ¡Largo!

— Lo siento, soy turista— Sonreí— Veo que hablas español, eso es bueno.

— Todos podemos hacerlo, ¿Qué quieres aquí? ¿Acaso eres policía?— Saqué del bolso un pequeño billete pero con valor, al menos para ellos.

— No, pero ya había comprado mercancía aquí con anterioridad— El hombre del cigarro se acercó a mí.

Miró a sus compañeros y se burló. Me escoltaron poco amistosos pero hice de todo para que confiaran en mí. De hecho pude comprar una pequeña dosis de Canabis.

Caída la tarde se sintieron balazos, por lo que varios de ellos se armaron y salieron a marcar sus territorios.
En eso una bala rozó mi brazo provocando un dolor agobiante.

— Oye niño, vete de aquí, antes de que la policía te encuentre— Rasgué una polera vieja y cubrí mi hombro para acabar con la hemorragia. Él pelinegro trataba de disparar a los autos pero fallaba.

— Maldita sea, apunta a las ruedas— Le quité el arma y desde una ventana acabé con 4 neumáticos— ¿Tienes manera de salir?

Asintió asombrado y en una camioneta llena de otras personas salimos, dejando atrás a los policías que nos perseguían.

— Por cierto, soy Zeref— Tendió su mano arrojando el cigarrillo fuera de la camioneta.

— Natsu.

El conductor que aún no conocía comenzó a seguir a los dos vehículos que salieron antes que nosotros, entrando por un edificio que parecía estar abandonado.

— Jefe, la próxima carga llegará en una semana— Zeref reorganizó a todo su grupo.

— Bien, ya oyeron. Volveremos a mezclarnos entre la gente y tendremos el mismo punto de encuentro— Cada hombre acató las órdenes del pelinegro y se separaron, quién sabe que rumbo tomó cada uno.

Agarré mi brazo dolido. Zeref lo notó y me llevó consigo a una casa en un barrio bastante distinto a donde estábamos. Era bonito, incluso las casas tenían césped de color verde intenso.

Golpeó la puerta y una chica de cabellos rubios abrió con algo de timidez. Al verlo a él saltó a sus brazos como si no lo hubiera visto en años. Me recordó a Lucy.
Al verme se volteó a ver al chico y en ese intercambio de miradas me dejó entrar.

— ¿Así que les ayudó a huir?— Habló desde la cocina.

Apoyé mi brazo en una mesa que Zetef cubrió con una manta vieja.

— Ella es Mavis, es enfermera voluntaria en barrios pobres, suele ayudarme bastante...

— No entiendo por qué arriesgas tu vida— Afirmó con voz enojada— Ayudaré al chico porque te ayudó, nada más.

『 ADDICTION! 』 »Emisión«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora