Capítulo IX

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Angélica POV

Por fin Rosy Ocampo nos dio fecha para el día de la presentación a prensa de la novela. Es dentro de dos semanas y la verdad es que estoy muy emocionada, es magnífico ver por fin tu sueño casi materializado.

Toda la semana estuvimos grabando y entre espacios nos poníamos a ensayar para la presentación, porque... ¡Jaime y yo vamos a cantar! y esto está súper cool, uno más de nuestros sueños siempre fue poder cantar juntos arriba de un escenario y por fin lo vamos a hacer. Es que todo esto que me está pasando es tan apresurado que no he tenido tiempo de digerirlo, pero aun así soy muy feliz. Y ahora creo que sí es como dicen, "afortunada en el juego, desafortunada en el amor".

Hoy es viernes y es mi... ¿cita? con Jorge, la verdad es que sigo sin entender por qué me invitó a salir, digo, él nunca se pierde un fin de semana en un bar o algo así a lado de una modelo o una de sus tantas amigas con derecho a roce.

- ¿A dónde vas, mi amor? – me pregunta mi mamá cuando entra a mi recamara y me ve enfrente del espejo arreglándome.

- Voy a salir – le sonrío.

- ¿Ah sí? – pregunta como no queriendo -, ¿y con quién?

- Con Jorge.

Y veo que se decepciona completamente, porque sé que lo que más anhela ella es que yo me enamore y sea correspondida.

- Entonces sí llegas a dormir.

- ¡Mamá! – me ruborizo -. Yo siempre llego a dormir.

- Ya lo sé, pero es que vi esa frase en una película y la quería decir.

- Eres la mejor – le digo y la beso en la mejilla -. ¿Lo sabías?

- Soy la novia de México, tú dirás.

- Andas incorregible – se ríe.

Paso los siguientes veinte minutos arreglándome el cabello hasta que suena el claxon de un carro y salgo a la calle no sin antes despedirme de mi mami. Pero cuando salgo me quedo helada al ver lo que hay ahí.

- ¿Qué es esto, Jorge? – le pegunto muchísimo antes de saludarlo.

- Una moto - me responde con fingida inocencia.

- Ya lo sé, pero no pensarás que me voy a subir ahí - señalo la moto.

- Pues... sí. Mira, Angie, ya hice que el chofer de mi papá viniera nada más a tocar el claxon para que bajaras y no sospecharas nada además él ya se fue, así que ya no hay nadie que nos lleve a ningún sitio.

- Entonces vayámonos en mi carro.

- Que no, terca – se baja de la moto y se para frente a mí -. Es más, hacemos una apuesta, si te subes yo te respondo todas las preguntas que quieras, pero si no, la próxima semana vas a tener que dejarme hacer una fiesta de dos días en tu casa.

- ¿Qué? No, tú estás loco – me sonríe el muy cínico.

- ¿Pretendes hacer una fiesta el próximo fin? Te doy cinco minutos para que lo pienses bien.

Y aquí estoy diez minutos después, arriba de una de las motocicletas más caras del mundo, con un heredero Camil conduciéndola y yo casi muerta de miedo. Pero he de confesar que es hermoso sentir que el aire toca tus mejillas, la velocidad a la que no irías en un automóvil y la adrenalina que sientes en tu cuerpo, en pocas palabras te sientes libre y dueña del mundo.

Llegamos al restaurant-bar y de inmediato nos asignan una mesa VIP. El lugar es uno de moda de la que mis amigos hablan mucho, pero al cual yo no había podido venir y la vedad es que está impactante.

Locura en televisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora