Capítulo XII

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Jaime POV

La observo de arriba abajo desde que me abre la puerta y me quedo viendo embobado como asoman sus... ¡cálmate, Camil!

- Que... - se pausa cuando se da cuanta como está vestida -. Perdón, no sabía que eras tú. De... deja me cambio y hablamos, pasa – me dice y sube corriendo las escaleras.

Daría lo que fuera para ir corriendo detrás de ella hasta su habitación, tumbarla en la cama, besarla y hacerle el amor como loco durante horas hasta que se canse de mí y de mis besos. Pero sé que esto no va a suceder, yo tengo novia y Angélica me sigue viendo como su hermano, no siente lo mismo que yo. Esto es tan ilógico, y por eso mismo tengo que sentarme en el sofá y ponerme un cojín en las piernas para que no vea a mi amiguito saludándola.

- Ahora sí, ¿qué se te ofrece? – se sienta en el sofá en frente de mí y noto que se puso un conjunto deportivo.

- Yo, yo vengo a disculparme por cómo me comporte hoy durante las grabaciones.

- Ah, eso. ¿Qué te puedo decir? Estas en todo tu derecho de hacer lo que quieras.

- Angie, me comporte mal, perdón.

- No tengo nada que perdonarte, al fin y al cabo, ella es tu novia – responde con un tono muy agresivo -. Y no es por correrte, pero estoy muy cansada y ya me quiero dormir.

- Angélica no te pongas en ese plan.

- ¿Qué plan? ¿Qué pasaría si yo llevara a mi novio al set y te ignorara como tú lo hiciste conmigo?

- Soy un imbécil – a estas alturas ya no me importa el cojín así que me levanto y me siento junto a ella.

- No te lo voy a negar.

- ¿Sabes que es lo que me pasa cuando nos peleamos? – niega con la cabeza y yo la abrazo acercándola a mi pecho y, milagrosamente, ella no opone resistencia-. No puedo dormir en toda la noche pensando en que tú eres mi única amiga y mi vida no sería lo mismo si ya no nos volvemos a hablar, toda tú eres única y perfecta.

- Claro que no – responde con la cara pegada a mi pecho -, no soy perfecta, disto mucho de serlo.

Le levanto la cara con un dedo para que me mire a los ojos y la sigo abrazando con mi brazo derecho.

- Me encantan tus ojos cafés – le acaricio la mejilla – y tu piel tan tersa y como se sonroja cuando digo cosas indebidas, como ahora – llevo mi mano hasta su cabello y lo acaricio -, también tu pelo negro y esos chinos que se te hacen cuando te acabas de bañar. Amo hablar contigo durante horas de cosas sin importancia – la miro a los ojos y me acerco más a ella.

- ¿Sabes qué pensaban nuestros papás cuando éramos niños? – sonríe y yo asiento con la cabeza acercando más mi cara a la suya.

- Que nos íbamos a casar, lo siguen pensando.

- Jaime, no, no hagas esto – me dice en un susurro cuando pego mi frente a la suya y yo sonrío.

Llevo una de mis manos hasta su nuca y la otra a su cintura. La acerco más a mí y noto como ella pasa la saliva. Repentinamente rozo sus labios con los míos y ella suspira, pero no me detiene y cierra sus preciosos ojos. Le doy un pico y empiezo a succionar su labio inferior, ella se deja hacer así que paso al de arriba lamiéndoselo, después la beso. Primero lento, simplemente muevo mis labios y ella después de dudar también coopera, al segundo ella pasa sus manos por mi cuello acercándome más y recostándose en el respaldo del sillón, abre sus labios y meto mi lengua a su boca enredando la suya con la mía, le acaricio la cintura y la nuca con los dedos mientras ella juega con mis chinos, muevo mis labios más veloz al igual que ella, intensificando el beso, pasando de nuevo la lengua por los suyos cuando ella me sorprende y succiona los míos con deleite, nos acercamos más, pero nos paramos en seco al oír que alguien se aclara la garganta detrás de nosotros. La veo y tiene los labios rojos y la mirada perdida (seguramente igual que yo).

- Buenas noches, Jim – saluda Angélica María con una sonrisa para nada verdadera.

Me levanto y veo que Angélica tiene escondida su cara entre las manos.

- Creo que, que me tengo que ir. Con permiso, nos vemos mañana – les digo y veo la cara de arrepentimiento de Angie antes de salir de su casa.

¡Pero. Que. Mierda. Hice!


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Cortito, pero revelador. 

Locura en televisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora