¡Oh por Dios! Me estaba perdiendo definitivamente. Esa tarde fui a visitar al psicólogo de la escuela en busca de consejos.
- Creo que ya perdí la cordura profesor. -dije comiéndome las uñas con la mirada perdida en algún punto del escritorio de madera rustica del profesor Choi mientras él revisaba una serie de folletos sin siquiera mirarme.
- ¿Por qué lo dices Minseok-ah?
- Sabe que tengo un blog desde los dieciséis.
- Me habías dicho, sí. ¿Qué pasa con eso?
- Pues creo que uno de mis seguidores me espía -golpee el borde del escritorio con mis manos mientras abría mis ojos tanto como me era posible.
- Claro y yo soy Súper Man.
- No de verdad profesor. Mire -le enseñe el mensaje que había recibido antes y se echó a reír en su asiento como si le hubiera contando algún chiste exageradamente gracioso.
- ¿No has subido una foto con el nuevo color de cabello a tu blog? -pregunto limpiándose una lagrima imaginaria que se le había escapado.
- No profesor. -Fruncí el ceño y me cruce de brazos-. Me teñí el cabello ayer y no he tenido tiempo de publicar nada en mi blog.
- Bueno entonces es probablemente alguno de tus compañeros o quizá otro estudiante. Deja de preocuparte que das miedo.
Salí refunfuñando del cubículo por su poca ética ante un acontecimiento de acoso como ese, del cual el profesor resto importancia y considero un chiste. Que basura de profesor. Pensé. En medio de mi aturdimiento e ira, cegado sin siquiera prestar atención alguna a absolutamente nada, me tropecé con un cuerpo firme y rígido que me hizo caer de culo.
- Mal... -estaba por decir un montón de maldiciones a esa persona cuando una mano amiga se tendió para ayudarme.
- Lo siento Minseok-ssi.
- Pro... Profesor.
Dios, ese hombre parecía una revelación bajo las luces blancas del colegio vestido de negro desde los pies hasta la coronilla, con sus protuberantes pómulos y esa sonrisa ligera que le daba un toque de inocencia. Me levante aturdido por el golpe; por encontrarme con él; por esa extraña sensación que me hacía desearlo; por la electricidad que recorrió mi cuerpo cuando sujete su mano para levantarme. Quería morir ahí mismo y que fueran sus labios los que me resucitaran; quería ser blanca nieves o alguna de esas estúpidas princesa de Disney solo para que fuera él ese príncipe andante en su caballo blanco y me besara, me besara, me besara...
- ¿Estas bien Minseok-ssi?
Dijo mirándome divertido y me di cuenta que tenía los labios en forma de pico. Avergonzado, así me sentía. Cubrí mi boca desviando la mirada y me abofetee mentalmente por soñar despierto.
- Minseok-ssi... ¿estás ahí?
- Oh si, lo siento profesor.
- ¿Qué haces por aquí tan tarde?
- Trataba de resolver un asunto -comencé a limpiar el polvo de mis pantalones sin mirarle.
¿Cómo podía mirarle después de casi besarlo? Dios, que pasaba con esta cabeza mí. Definitivamente estaba enloquecido.
- ¿Has terminado ya? -Asentí y acomode el bolso en mi hombro echándome a caminar-. Puedo llevarte a casa Minseok-ssi.
- Oh no profesor, no es necesario puedo irme en el último bus.
- No puedo dejarte ir así -se apresuró en decir mientras me sujetaba del brazo. Lo mire-. Lo siento.
¿Dijo lo siento? Por mí que me agarrara lo que quisiera, que me aprisionara contra el casillero y me comiera la boca mientras me hacía suyo en medio del pasillo, que importaba eso. Ese hombre me estaba volviendo loco bajo los pantalones y el parecía no notarlo. Trague saliva y trate de disimularlo desviando la mirada.
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HABLEMOS DE SEXO
FanfictionMinseok es Virgen, todos lo saben. Él no ha pensado en perder su virginidad jamás, pero irremediablemente, cuando la idea se le cruza por la mente. Considera que debe ser Kim Jongdae, su profesor de Biología, quien cambie es hecho. TAMBIEN DISPONIBL...