Capítulo X

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HOLA CHICAS LINDAS, HE VUELTO CON NUEVA ACTUALIZACIÓN!!!

FELIZ AÑO A TODAS, GRACIAS POR APOYARME EN ESTE PROYECTO. FELIZ 2017 AUNQUE YA ES 09-01 XD

BUENO NO QUIERO DECIR DEMASIADO AQUI... DISFRUTEN!!


\(º-º)/

Cuando llegamos a la cima Jongdae corre desprevenido y divertido entre la gente como si fuera un niño pequeño. Me rio. A veces las cosas más insignificantes hacen de tu día algo magnifico. Lo miro con una sonrisa divertida –estoy casi seguro de que me veo como un tonto–. Me hace señas para que lo alcance; camino apresuradamente, no es como si existirían demasiados metros entre nosotros, es básicamente lo estúpido que todo esto parece que me siento demasiado lejos de mi amor.

Hay veinte pasos desde este punto hasta donde él esta, cuando llego a su lado sujeta mi mano y me lleva a un lugar apartado. En medio de un sendero borrascoso y lúgubre. Es de tierra el camino y a nuestro alrededor hay arbustos pequeños, algunas flores y pasto; el aire espeso y las nubes se aglomeran sobre los cielos como algodón. El otoño se lleva la vida del ecosistema natural pero el mundo sigue siendo, simplemente, hermoso ante mis ojos.

Llegamos, después de caminar tanto, a una pequeña plaza. Hay un simple farol de color negro, opaco por el tiempo y las estaciones junto a un banco metálico con exactamente las mismas condiciones. Sin embargo, es el cristal que cubre la bobilla de luz el que capta toda mi atención, pues a pesar, del tiempo transcurrido aún se conserva intacto. El diminuto lugar está encerrado en una pared de piedra lo suficientemente alta como para evitar que un tonto se lance montaña abajo. Pero, toda majestuosidad otoñal se vuelve diminuta cuando observo a través de ellos la ciudad.

La vista es hermosa, los escasos rayos de luz solar chocan con la superficie de los rascacielos y edificios más prominentes. Seúl es una mezcla de antaño y modernidad. Hay estructuras muy antiguas, bien sea por las casas coloniales que aún se conservan y aquellos monumentos turísticos; y por supuesto, están esas estructuras modernas, con diseños artísticos y exuberantes. Todo grita riqueza y esplendor. Belleza estrafalaria que incluso a mí me sorprende. Me pierdo en la ostentosa ciudad aunque desde donde estoy todo se siente diferente, es mi pequeño mundo aquí arriba.

Silencio, nada hace que esto llegue a su punto de quiebre, ni siquiera el hecho de que Jongdae ha rodeado mi cintura con sus fuertes brazos y ahora su barbilla reposa sobre mi hombro derecho. Podemos respirar el mismo aire, y sé, perfectamente, que él ya sabía de este lugar pero jamás disfruto de esto como ahora lo hace. Conmigo.

Me pregunto, con ojos cerrados, si acaso esta relación tiene una meta y no es nada más algo pasajero; algo que dará inicio a una lista de novios diferentes cada mes o año. Me pregunto, también, si es correcto mantener una relación con tu profesor de biología antes de graduarte. Más no hay respuesta alguna para estas preguntas que me hago y prefiero omitirlo por un tiempo hasta que las cosas se compliquen un poco. ¿Y si dejo que sea el destino quien decida por mí?

– ¡Quiero que hagas eso que mencionaste antes, aquí!

El silencio perpetuo se rompe como el cristal y el momento se arruina brevemente por las bajas pasiones de Jongdae. Me siento, inoportunamente, abrumado. Lo que sospeche hace apenas unos veinte minutos atrás se ha hecho realidad. Jongdae quiere experimentar el sexo oral al aire libre, dispuesto, irrefutablemente, a ser vistos por alguien en algún momento –si eso llegase a ser posible–. Me distancio abruptamente y lo miro con una ceja arqueada y los labios fruncidos.

– ¿Qué mierda acabas de decir? ¿Ya perdiste la razón? –me cruzo de brazos y dejo caer todo mi peso en una pierna mientras la otra se mueve, impaciente, sobre el suelo en señal desaprobatoria.

HABLEMOS DE SEXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora