Mientras estos asuntos se estaban desarrollando en Pammydiddle, Lucy estaba conquistando todos los corazones de Bath. Una estancia de dos semanas allí había prácticamente borrado de su memoria la seductora figura de Charles. El recuerdo de lo que su corazón antiguamente había sufrido a causa de sus encantos, y la pierna en la trampa de él, le permitió olvidarle con bastante facilidad, que fue lo que ella decidió hacer; y con ese fin, dedicaba cinco minutos cada día a la tarea de apartarlo de su recuerdo.
Su segunda carta a Lady Williams contenía la agradable noticia de que había llevado a cabo su empresa con entera satisfacción; mencionó también una proposición de matrimonio que había recibido del Duque de..., un anciano de buena fortuna cuya mala salud fue el principal aliciente para su viaje a Bath.
"Estoy angustiada —continuaba— por saber si quiero aceptarle o no. Existen miles de ventajas derivadas de un matrimonio con el duque, porque además de las menores como son la alcurnia y la fortuna, me procurará una casa, que es lo que más deseo sobre todas las cosas. El amable deseo de su señoría de que siempre permanezca a su lado es noble y generoso, pero no puedo imaginarme convertirme en una carga tal para alguien a quien tanto amo y estimo. El que uno sólo haya de recibir muestras de estima de aquellos a los que uno desprecia es una idea inculcada en mi mente por mi respetable tía en mis primeros años, y, en mi opinión, no debe mantenerse demasiado estrictamente. La excelente mujer de la que hablo está, según he oído, demasiado indignada por mi imprudente partida de Gales como para recibirme de nuevo. Deseo lo más encarecidamente posible dejar a las damas con las que ahora estoy. La señorita Simpson es, de hecho, (dejando a un lado la ambición) muy amable, pero su hermana mediana, la envidiosa y malvada Sukey, es muy desagradable para convivir. Tengo razones para pensar que la admiración con la que me he encontrado en los círculos de los notables de este lugar ha provocado su odio y envidia; ya que a menudo me ha amenazado y a veces ha intentado cortarme el cuello. Por eso su señoría entenderá que no estoy equivocada al desear irme de Bath y al desear tener una casa que me reciba, cuando lo haga. Esperaré con impaciencia su consejo acerca del duque. Su más que agradecida
Lucy"
Lady Williams envió su opinión sobre el asunto de la siguiente manera:
"¿Por qué dudas, mi queridísima Lucy, un solo momento con respecto al duque? He indagado sobre su persona y he encontrado que es un hombre carente de principios y analfabeto. ¡Mi Lucy nunca debe unirse a alguien así! Tiene una espléndida fortuna que aumenta cada día. ¡Cuán noblemente la gastarías! ¡Cuánto reconocimiento le darás a los ojos de todos! ¡Cuánto se le respetará gracias a su esposa! Pero ¿por qué?, mi querida Lucy, ¿por qué no decides este asunto de una vez volviendo conmigo y no dejándome nunca más? Aunque admiro tus nobles opiniones respecto a las consideraciones que mencionas, déjame pedirte que éstas no impidan que me hagas feliz. Para serte sincera, supondría un gran gasto el tenerte siempre conmigo —no sería capaz de mantenerlo—, ¿pero qué es eso comparado con la felicidad que experimentaría en tu compañía? Sé que me arruinará. Por lo tanto, seguramente no te resistirás a estos argumentos ni rechazarás volver a tu más afectuosa, etc, etc...
C. Williams"