¿Quién era esa tal Jessica?, ¿Por qué ella y Alexander terminaron?, ¿Por qué me besaba si aún estaba enamorado de ella?, ¿Por qué me importaba tanto? Tenía muchas preguntas y hasta el momento ninguna respuesta. Mi madre estaba tarareando una canción mientras yo miraba hacía ningún lugar en particular.
—Voy a salir…— dijo Alexander asomado su cabeza por la puerta.
— ¿A dónde vas? — preguntó mi madre sin mirarlo, a diferencia de mi. Yo tenía mis ojos sobre su rostro, iba a buscarla a ella, estaba segura de eso.
—Con James— me miro, y hasta cierto punto no supe si era una invitación o una advertencia para que no me ofreciera a ir con él. Supuse lo que más me convenía en ese momento.
—Iré contigo— y supuse mal, él no quería que yo fuera pero ya era demasiado tarde.
—De acuerdo, pero no lleguen tarde a casa.
Sonreí como una triunfadora y seguí a Alexander fuera de la cocina, él estaba molesto me di cuenta por su forma de caminar; completamente estático y tieso. Cerró la puerta después de salir de la casa como si yo no fuera detrás de él. Corrí hacía su auto y al ver que él ya estaba dentro, cuando intente abrir la puerta ésta tenía seguro.
— ¡Ábreme! — golpee la ventana pero ni siquiera me miro, sólo encendió el auto y arranco, dejándome ahí parada como una idiota.
Así que, no iba a ver a James, eso fue una mentira. Él iba a ver a esa idiota de Jessica, me sentía tan molesta con él y conmigo misma por haberlo seguido pude fingir que no me importaba pero en lugar de eso actúe como una completa interesada.
Por suerte para mi misma sabía conducir, tome la llave de refacción que mi madre había pegado debajo del asiento del conductor y fui tras él. ¿Así que pensó que podía deshacerse de mi tan fácilmente? Me mantuve a una distancia considerable y hasta el momento estaba segura que aún no me había visto. Condujo hasta el otro lado del pueblo deteniéndose enfrente de un edificio en mal estado. Vidrios rotos y polvorientos, con graffiti y alguna que otra moto afuera. “Clandestino” fue la primera palabra que llego a mi mente.
Alexander bajo del auto y entro a aquel escalofriante lugar, si algo malo le pasaba yo podría culparme por el resto de mi vida. Baje del auto y entre a aquel lugar casi segura de que sería fácil, hasta que dos enormes hombres de negro me cerraron el paso.
—Vengo con él…— dije tratando de referirme a Alexander.
— ¿Con quién, querida? — dijo uno de ellos con su voz toda grave y masculina.
—Con el chico que entro hace un momento, Alexander.
—Nosotros no conocemos a ningún Alexander, preciosa…— se miraron mutuamente sonriendo, estaban mintiendo, estaban cubriendo su espalda, Dios esto era tan frustrante— tendrás que esperar afuera.
—Está bien…— salí y me senté junto a la puerta.
Era como si depronto ya no conociera a Alexander, porque en realidad no lo conocía hasta el momento todo lo que sabía sobre él era que tenía un cuerpo maravilloso, tocaba la guitarra muy bien y besaba mucho mejor. ¿Cómo pude permitirme a mi misma enamorarme de alguien así?
Luego de lo que parecieron dos horas, mis ojos comenzaron a cerrarse. Tenía planeado confrontarlo en cuanto saliera pero ese estúpido tic que me daba cuando tenía sueño o estaba muy cansada comenzó a molestarme en mi ojo derecho. Así que, cerré los ojos por un momento y me quede profundamente dormida.
***
Cuando abrí los ojos un tipo estaba oliendo mi cabello, él estaba todo harapiento y vestido de negro, además de sucio el olor a cerveza, cigarrillos y otras cosas me inundó haciéndome levantarme y alejarme de él ahogando un grito. Sonrió y sus dientes podridos me hicieron estremecerme. Me tope con alguien que estaba detrás de mi, otro hombre para nada más limpio que le anterior, ¿Dónde estaban esos enormes hombres de negro cuando más los necesitaba?
— ¿Qué trajo a mi palacio a una princesita como esta? — de acuerdo, yo no estaba vestida para la ocasión. Aún estaba usando mi ropa de “marca”.
—Nada, ya me iba.
—Si no tienes un lugar donde dormir puedes dormir conmigo…— levanto ambas cejas— quiero decir, aquí.
Di unos pasos lejos de ellos pero otro hombre apareció.
—O aún mejor puedes dormir con los tres…— sonrió maliciosamente y me tomo por el brazo.
Al tratar de soltarme caí contra el piso lastimando mis rodillas.
Y Alexander apareció a mi recate, golpeando a el primer hombre cuando intentaba acercarse a mi, luego al segundo y al final pateo al tercero en ese lugar sensible que tienen todos los hombres. Me tomo por el brazo levantándome del suelo en un solo tirón, sus ojos estaban inyectados de sangre.
Me llevó hasta el auto de mi madre y abrió la puerta y me aventó dentro.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí? — él estaba realmente enojado, no debí venir, no debí seguirlo probablemente habría sido mejor presionarlo para que me diera respuestas sobre todas mis preguntas.
—Yo sólo…— comencé a decir.
— No me importa, ¿por qué no sólo te vas y ya? — cerró la puerta con fuerza, suspiro y habló con más calma: — Sólo ve a casa y no le digas a nadie sobre lo que acaba de pasar.
Camino hacía su auto donde lo esperaba una chica, los otros tres tipos aún estaban retorciéndose en el piso, en especial el tercero. Yo tenía lágrimas en los ojos, él beso a esa chica en la mejilla y luego ambos se abrazaron. ¿Ella era Jessica? Obviamente lo era, la manera en que la miraba me lo decía.
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Si les gusta mi manera de escribir (que espero que si) Pasense por mis demas historias, eso me haría muy feliz!!! :D Les agradesco a todos los que han comentado :P
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Prohibido
Teen FictionElie es arrastrada por su madre hacía una casa de verano para que conozca a su nuevo novio Robert, sin decirle que Robert tiene un hijo llamado Alexander con el que Elie debe llevarse bien. Y ellos terminan llevándose demasiado bien... tal vez, más...