Alexander
No sé como expresar mis sentimientos por Elie. No quería herirla pero parecía ser la única manera de mantenerla a salvo. Quizá una parte de ella, ya me odiaba, pero tenía la esperanza de recuperarla una vez que todo terminara. Cuando yo fuera libre de amarla de la manera en que ella quería y merecía.
—Así que, ella es Elie— dijo Jessica a mi lado.
No estaba exactamente prestándole atención, mi vista estaba posada en el pesado caminar de Elie y en como James trataba de reconfortarla. Si por alguna razón las cosas salían mal, estaba seguro de que James cuidaría de ella.
Encendí el auto, incluso antes de que ellos llegarán al suyo, me sentía horrible, sucio, asqueroso y como todo un idiota. Jessica se removió en su asiento pero yo seguía sin prestarle atención, ¿cómo pude alguna vez haber amado a alguien como ella? Ahora, al estar a su lado todo lo que podía hacer era compararla con Elie, ambas eran tan diferentes.
—Entonces, ¿dónde es la entrega? — pregunte.
Jessica miro hacía la ventana, sabía que ella no quería entrar en el tema. Pero yo quería terminar el asunto rápido para volver y recuperar a Elie, aunque algo me decía que tomaría más tiempo del que yo había pensado.
—En el puente, a las afueras del pueblo…— dijo secamente— no tienes que hacer esto— murmuró y su voz se quebró— podríamos sólo tomar nuestras cosas y escapar juntos, no tenemos que ir a la entrega… podríamos… podríamos…
La interrumpí haciendo un ruido con la garganta que mi padre usualmente hacía cuando quería interrumpir amablemente a alguien.
—Jessica, te lo dije, sólo estoy ayudándote por los viejos tiempos…
Yo había amado a Jessica como a ninguna otra chica, y solía pensar que estaríamos juntos siempre, era joven y cursi. Pero luego ella simplemente desapareció. La cosa es que Jessica se metió con las personas equivocadas y ahora ella tenía que pagar una fuerte cantidad de dinero o si no iban a asesinarla, ella se amaba mucho así misma. Es por eso que volvió, para salvarse a si misma no porque me extrañara.
— ¿Qué tiene ella? Escuché que son algo así como hermanos…
Mis manos se tensaron alrededor del volante. No éramos hermanos y nunca lo seríamos, estaba moralmente mal pero para mi se sentía muy bien. Simplemente lamentaba no haberme dado cuenta de cuanto la quería antes de salir corriendo en busca de Jessica, de haberlo hecho, ahora estaría con Elie y no al lado de la chica que más me ha lastimado.
—No somos hermanos, y ya no quiero hablar de eso.
Llegamos a el motel cerca de la salida de el pueblo, baje del auto con mi mochila en mi hombro y entré a mi habitación, Jessica entro tras de mi y se sentó en mi cama.
Le pedí a James que le dijera mentiras a Elie, sólo porque sabía que esa era la única forma de hacer que ella se alejara de mí.
Yo había estado mucho tiempo en la oscuridad, consumiendo drogas y debiendo hasta caer desmayado, eso fue antes de que Jessica me dejara y yo decidiera entrar en “rehabilitación” y conocí a James; somos amigos desde entonces, exactamente dos años. Entonces, llego Elie y Jessica regreso con sus problemas. El mundo parecía venirse sobre mi de nuevo, pero no quería caer en el mismo hoyo dos veces, sabía cual era el punto sin retorno y no iba a llegar a ahí; no otra vez.
Entre al baño y me duche rápidamente antes de salir y encarar a Jessica, ella estaba mirando por la ventana.
— ¿Qué pasa? — camine hacía la ventana poniéndome mi camisa negra.
—Ellos están aquí…— susurró Jessica asustada— ¿nos descubrieron? No debimos ir con esa niña, debimos quedarnos aquí… ahora ellos saben dónde estamos.
Tenía dos preocupaciones en este momento: la primera; no encontrar una salida antes de que ellos entraran y nos matarán a sangre fría; la segunda, que ellos realmente nos hubieran estado siguiendo y que de algún modo ahora estuvieran tras Elie porque de ese modo todo este intento por mantenerla lejos de mi y a salvo no habría valido la pena.
Tome mi mochila y metí todas mis pertenencias en ella. Teníamos que salir de allí lo más rápido posible. Se escucharon golpes en la puerta y me recorrió un escalofrío. Jessica miro alrededor de la habitación al igual que yo buscando una salida, había una ventana que daba hacía el bosque por detrás de nosotros pero la caía sería mortal. Pero era la única salida…
Elie
Alexander y Jessica se fueron aún antes de que James y yo llegáramos al auto. Tenía un dolor en el pecho que me hacía respirar dificultosamente.
Cuando James se detuvo y yo subí mi vista que hasta el momento estaba en el suelo vi a dos hombres vestidos de negro muy parecidos a los que no me dejaron pasar a aquel edificio sucio y maltratado. Me alejaron de James y yo comencé a gritar. Mientras James traba de zafarse de su agarre lo tiraron al piso y comenzaron a golpearlo.
Un auto apareció por el mismo lugar por el que Alexander se había ido y por un segundo pensé era él, hasta que un hombre algo viejo y con una cicatriz en el rostro salió del auto y camino hacía nosotros con otros dos hombres tras él. Mis piernas temblaron cuando sonrió maliciosamente y mostró un diente de oro.
—Súbanla al auto…— dijo con su voz ronca.
— ¡No la toquen! Woody aléjate de ella…— gritó James. ¿Acaso él los conocía? — Ella no tiene nada que ver en esto, sólo somos Alex y yo. Déjala en paz.
—James… James… James, después de tanto tiempo; no deberías subestimarme— dijo inclinándose frente a James para después darle una cachetada— Traigan a la niña y… déjenle un recuerdo a nuestro amiguito Jam Jam.
Sonrió maliciosamente y los hombres me tomaron por los hombros para arrastrarme hacía el auto de Woody. James gritó y yo mire sobre mi hombro exaltada.
— ¡No! — grité. Pero nadie escuchó.
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Prohibido
Teen FictionElie es arrastrada por su madre hacía una casa de verano para que conozca a su nuevo novio Robert, sin decirle que Robert tiene un hijo llamado Alexander con el que Elie debe llevarse bien. Y ellos terminan llevándose demasiado bien... tal vez, más...