Capítulo 16

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Alexander

Recuerdo que la primera vez que me metí en problemas mi padre salió en mi rescate. En ese momento prometí que nunca volvería a hacer algo para que él se preocupará, pero entonces, en algún momento me di cuenta que era más fácil meterme en problemas que evitar hacerlo, por lo que deje de evitarlo. En lugar de caminar lejos, siempre caminaba hacía donde había problemas como si fuera algo que debiera hacer, por inercia algo dentro de mí comenzaba a gritar que tenía que hacerlo aunque estuviera mal. Tal vez, es por eso que comencé a enredarme con Elie, pero al final, termine enamorándome de ella.

Ahora me doy cuenta que moriría por ella como mi padre murió por mi culpa.

Los dos hombres me atraparon o más bien deje que me atraparan, los deje porque me di cuenta que no soy un cobarde y no puedo seguir huyendo.

—Aquí esta señor…— me aventaron justo a sus pies y él me miro como si yo fuera escoria.

— ¿Y dónde está la zorra de Jessica? — dijo con voz seca, él podrá querer venganza pero yo sé que él aún quiere a Jessica. Él realmente la quiere, es por eso que aún me odia. Si él no quisiera a Jessica la dejaría ir y también me dejaría ir a mí, pero Jessica era más que una simple amante para él, siempre fue más que eso.

—Muerta…— mentí con una sonrisa, él me golpeo directo en la cara.

— ¿Dónde está? — repitió gritando.

—Murió… se ahogo cuando brincamos al río. Si realmente quieres encontrarla probablemente esté flotando río abajo en este momento— me golpeó de nuevo y yo reí secamente.

— ¡Vayan a buscarla! — le gritó a los hombres y ellos salieron corriendo. De algún modo retorcido yo encontraba esto cómico.  No sé porque, simplemente quería reír— Si Jessica está muerta, entonces… supongo que yo tendré que matar a su novia…— rió.

—Haz lo que quieras ella no me importa— dije con indiferencia.

— ¿Seguro?

— ¿Si ella me importara no crees que me habría escapado con ella desde hace mucho tiempo? — pregunté.

—Entonces, no te importará saber que ya la maté…— rió mientras me daba la espalda.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, hasta ese momento no había notado el charco de sangre en el piso, ¿era la sangre de Elie?, ¿Elie, dónde está Elie? ¿Y James? ¡James me prometió que iba a cuidar de ella! Elie no podía estar muerta, ella no se daría por vencida tan fácilmente, se resistió a mi durante mucho tiempo por lo que estoy seguro que ella es una chica difícil. Ella estaba viva, no podía estar muerta.

Elie

Me sentía débil y mi cuerpo estaba temblando con constantes escalofríos, además estaba sudando. Me sentía asquerosa y pegajosa. Cuando abrí mis ojos vi a mi madre, ella tenía esa preocupación en sus ojos que no había visto desde que me caí del segundo piso cuando era niña. Era extraño recordar eso ahora, el problema era que estas heridas dolían más.

— ¡Elie! ¿Sabes qué tan preocupada estaba? ¡Creí que no ibas a despertar nunca! — me gritó y luego soltó un suspiro de alivió— al menos el doctor dijo que no tienes ninguna contusión grabe por los golpes de la cabeza.

—Mamá, tenemos que irnos— fue lo único que pude decirle.

— ¿Por qué sigues diciendo eso? — se levanto y camino de un lado a otro nerviosa, mordiendo sus uñas, hacía mucho tiempo que no hacía eso también.

—Porque tenemos que irnos…— repetí.

— ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Qué hay de Robert y Alex? ¿Por qué quieres irte tan de pronto? ¿Qué paso? — preguntó sin dejar ni cinco segundos entre pregunta y pregunta.

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