Øne

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–¡ERES UN IMBÉCIL, CHRIS!– Chilló mi madre como de costumbre, al ver que otra vez mi padre se había dejado la paga del mes en el casino.

– Kelly, cariño, no te preocupes...– Se logró entender, después de alargar varias vocales y de escuchar pasos intentando recuperar la compostura de los tambaleos que le proporcionaba los efectos del alcohol.

–Me voy a la uni...– Musité y tras un suspiro, cerré la puerta y me acomodé mi mochila carmín con garabatos en negro, algo desgastados, aunque para mí todo y cada uno de esos dibujos tenía un significado diferente.

Mientras bajaba las escaleras, y aun se escuchaban los chillidos desesperados de mi madre y los despreocupados de mi padre ludopata, me acomodé el gorro que hacia juego con el color chillón de mi mochila.

– Tyler, definitivamente tienes que conseguirte un piso.– Me lamenté en voz alta, escuchando el eco que hacia mi voz, rebotando por las estrechas paredes de las escaleras de mi edificio.

Tras caminar un corto camino hacia la universidad, entré en el campus, me sentía como en una verdadera zona de peligro. Entré al edificio lo más rápido que pude y me dirigí hacia mi taquilla, pero ni siendo el hombre más rápido del mundo, podría escaparme de esa pesadilla.

Sentí como el tiempo se ralentizaba, todo iba más lento, excepto los latidos de mi corazón. Sentí bajo mis pies los pasos de unas tres personas, quizá cuatro... Y yo sabia exactamente el nombre de cada uno de ellos: Brendon Urie, Pete Wentz, Debby Ryan y el peor, Josh Dun. Sentía que el movimiento acelerado de mi corazón iba a hacer que mi cuerpo se moviera o desfalleciera, el temor era el único sentimiento que rondaba mis pensamientos.

– Bueno, bueno... ¿Qué te haremos hoy?– Dijo el pelirrojo frotando sus manos, planeando el siguiente movimiento.

Intenté respirar a un ritmo normal, ignorando el de mi corazón. Note como mi mano empezaba a temblar, cerré la puerta de la taquilla violentamente e intenté hacerme el sordo, ignorar esta vez las palabras de la peor persona que me podría estar hablando en ese momento.

–Oh, ¿vas a intentar ignorarme?– Siguió preguntando, esta vez apoyándose de un golpe al lado de la taquilla cuya puerta acababa de cerrar. Su brazo pasó a unos centímetros de mi cabeza, de reojo podía ver el rojo de su cabello, decidí seguir ignorandole, deseaba que así parara todo este abuso hacia mi persona, pero desgraciadamente, fue la peor decisión de mi vida.

– Así que el chico nos ignora... Hey Brendon, ¿no opinas que su cara está demasiado lisa? Una piel tan suave...– Dijo el pelirrojo de un modo que a mis oídos sonaba terriblemente macabro.

– Sí... Creo que las cicatrices están de moda... Tyler nunca ha tenido un buen sentido de la moda, ¿deberíamos ayudarlo?– Contestó el otro chico, voces que me habían tranquilizado un día, ahora hacían que solo me producieran un terror que nunca podría haber sentido si no hubiera regresado a Ohio...

Tras darme un violento puñetazo en mi rostro, Josh me estampó contra los casilleros, agarrandome por los hombros.

– Quizá te deberías haber quedado en tu casa con la puta de tu madre y el estúpido ludópata de tu padre.– Rió y acarició mi piel, la zona donde me había golpeado, donde ahora había una herida que tardaría en cicatrizar. Era repugnante.

– Vete al infierno, Josh.– Dije y le escupí en la cara, estaba tan irritado que no podía ignorarlo. Y por culpa de mi temperamento, iba a ser el día en que peor iba a llegar a casa.

– Así que te va este rollo, ¿no? pedazo de maricón.– Susurró en mi oído y empezó a presionar la herida que él mismo había creado en mi rostro, estaba mucho más enfadado ahora, y, yo lo había provocado. Dolía. Dolía mucho, pero lo peor no era el dolor físico, si no el que me provocaba que la persona a la que había querido tanto en un pasado, me estuviese haciendo esto.

– Aquí el único maricón eres tú– Susurré, pero no lo suficiente bajo para que me escucharan todos ellos.

– Ouh, ¡eso ha dolido!– Exclamó Pete, no sabia realmente como tomarme eso.

– Josh, demuestra a quién le está contestando este niñato. – Dijo molesta la única chica, que hasta ahora, solo estaba expectante, observando lo que pasaba.

Josh, provocado esta vez por sus amigos, me golpeó en el estómago una sola vez, fuertemente, nada más esa vez hizo falta para que me quedase en el suelo, dolorido y con lágrimas recorriendo poco a poco mi rostro, mientras ellos se iban tranquilos y haciendo chistes sobre mi situación. Bastardos.

Pero justo cuando me sentía más solo, noté como pasos pertenecientes a unos botines con tacón, se pararon frente a mí, yo, asustado, me temía lo peor.

– Hey... ¿Estás bien? Lo que esos chicos te han hecho no está bien...– En cuanto decidí mover mi cabeza para ver quien se estaba dirigiendo hacia mí, me topé con una chica rubia de ojos claros, notablemente atractiva. Me ayudó a levantarme y por una vez en estos meses en los que había estado en esa universidad, sentí algo de calor, algo de paz.

Bully - [Joshler] [BL+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora