De cuando Hermione hizo un berrinche enfrente de Draco

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Cuando ella por fin pudo parar, su cabeza le dolía más que al principio, si eso era posible. Parecía como si se la hubieran arrancado y hubieran jugado un partido de quidditch con ella. En lugar de quaffle, los bates la habían golpeado una y otra vez. Así que esforzándose por incorporarse masajeó sus sienes con sus manos

- ¿Ya vas a dejar de comportarte como una loca y beberás la poción? Sabes que la necesitas - dijo él meneando el vaso en su cara

Ella abrió los ojos y miró el vaso danzando enfrente de ella, levantó la vista y mirando la cara de autosuficiencia que tenía Malfoy en ese momento le revolvió la tripa, odiaba cuando tenía razón y ella sólo estaba siendo como una niña berrinchuda, pero no quería dar su brazo a torcer, aunque era lo que siempre terminaba haciendo...

Era una terrible mañana en la oficina. Esa que en algún momento le había traído paz mental, satisfacciones personales, esperanza en que podía conseguir un mundo mejor, ahora era como su infierno personal gracias a cierta persona... No le gustaba el rumbo que tomaban sus pensamientos cuando estaba a solas con él, malditas Sarah y Loraine, por su culpa había dejado de pensar en él como el niño mimado y engreído que era, para notar al joven misterioso y elegante en que se había convertido. Le daba mucha curiosidad, pues nunca había sabido mucho de él y sus circunstancias, nunca le había dedicado más de dos pensamientos porque para ella él era muy fácil de leer: era sólo un niñito de mamá, elitista y presumido. Punto final. No había nada más en su cabeza que un cacahuate, así que ni le interesaba ahondar más en él y ni lo hubiera podido hacer, pero lo que el ministro le dijo resonaba en su cabeza: era sólo un chico atrapado en medio de una guerra, y ¿ahora, qué y quién era Draco Malfoy?

Debía estar enloqueciendo, más porque a veces pensaba que él la estaba volviendo loca a propósito, podía ser encantador y sumamente seductor cuando se lo proponía, cargando cosas pesadas, alcanzando cosas altas para ella, mostrando una galantería y unos modales dignos de un príncipe, siendo todo un caballero con ella, dándole atenciones que la hacían sentir como una princesa, y culpaba a Disney por ello, pero a Hermione le gustaba sentirse una princesa de cuento, se veía a sí misma en sus ensoñaciones tomando el brazo de Draco en fundada en un hermoso vestido y bailando al ritmo de un romántico vals... pero Disney se había equivocado en algo: uno no podía besar un sapo y convertirlo en príncipe, pero sí que había príncipes que cuando los besabas se convertían en sapos... o serpientes rastreras para el caso, porque Draco la mantenía intrigada y fascinada porque por primera vez en su vida era incapaz de leer a una persona. Él a veces era encantador, era un sueño, y luego era... bueno, Draco Malfoy, haciéndola rabiar, pero no con insultos o con burlas como el Draco Malfoy de antaño, sino desafiándola, intrigandola, contradiciendola, siendo mejor que ella ¿cómo se atreve? Y luego, volviendo a ser encantador y hasta un poco condescendiente. Pero no iba a dejarse engañar, ella lo conocía demasiado bien para eso, pero qué difícil se le estaba volviendo...

Y luego llegó esa carta. Primero pensó que era una buena noticia. Sus padres habían aparecido. Pero, inmediatamente después, una terrible noticia: no habían podido restaurar su memoria. No se lo decían abiertamente, pero ella sabía que eso significaba que quizá nunca lo podrían hacer.

Estaba enojada con la vida. Ella no era la única que había perdido algo en la guerra, al menos ellos estaban vivos, sanos y salvos, pero de alguna manera en ese momento no lo podía ver así.

Y luego estaba lo del estupido de Malfoy, siempre rondándola, siempre leyendo su cabeza como si ella fuera un libro abierto, sabiendo que hacer para molestarla hasta la locura, pero también para hacerla reír, para hacerla feliz, para tener detalles con ella que nadie más había tenido. Le molestaba pensar si finalmente el ministro había tenido razón y ellos eran un buen equipo o si ella realmente había sido una buena influencia para él.

Estaba confundida por él, triste por lo de sus padres, se sentía vulnerable y odiaba sentirse vulnerable, quería golpear algo...

Y en eso escucha pasos. Ella que estaba escondida en el archivo muerto donde nadie la encontraría, pero tenía que ser él...

— Malfoy, déjame sola - dijo ella tratando de enjugar sus lágrimas y que él no notara que había estado llorando... "Merlin, ten piedad, no él, no ahora..."

Él se detuvo por un momento cuando la vio, como si hubiera deseado no haberla seguido, siempre la molestaba y la había visto ya sumamente estresada y enojada, pero quizá no había esperado verla así... rota, derrotada, hecha un ovillo en el suelo, tratando de tragarse las lágrimas. Y para prueba de que se estaba volviendo loca, le pareció que se sentía mal de verla así, había visto ¿empatía? en su mirada, ¿era posible? porque si fuera un universo normal, él habría estado extasiado de verla quebrada, pero no era más así, algo había cambiado en él, ¿verdad?

- ¿Qué te pasa Granger?

- No es de tu incumbencia, Malfoy. Sal de aquí, déjame sola por favor

Pero él no podía moverse. La miraba como analizándola, como si quisiera leer su mente

- No puedo, te ves como la mierda, si te dejo sola te arrojas seguro por la ventana de la torre y Merlin prohiba que la única defensora de los elfos domésticos y las indefensas criaturas desaparezca de la tierra

- No estoy para tus burlas Malfoy, entiende, véte de aquí

- Sólo voy a vigilarte, no me hagas caso, puedes seguir llorando libremente

- ¡No estoy llorando! - dijo sorbiendo la nariz - estoy bien, vete

- Mjm - dijo él distraído paseando por el lugar y sentándose en un escritorio frente a ella

- ¿Por qué tienes que ser tan malditamente irritante?

- Esa es la prueba de que algo te molesta y que la quieres cargar conmigo. No estoy siendo irritante. Estoy siendo amable. Me preocupo por ti Granger, ¿cómo es eso irritante?

- ¡Porque eres tú y soy yo!

El rubio sonrió de medio lado. Touché

- ¿Podrías dejar de lado nuestra vieja rivalidad y madurar un poco, Hermione? - dijo él saboreando las palabras

Ella dio un taconazo mientras apretaba los puños

- ¡No tuerzas mis palabras!

- No lo hago. Las utilizo tal cuál tu las utilizaste conmigo

Otro desplante de ella, y comenzó a andar de un lado para otro

- Y dices que no eres irritante

- Y dices que eres madura, pareces una niña de 5 años teniendo una rabieta, porque sabes que tengo razón

Meneo la cabeza de un lado a otro y cruzó los brazos sobre su pecho resoplando

- Y 10 puntos para Slytherin - dijo él sonriendo triunfante

- Y ¿ahora quién parece de 5 años?

- Tú

- ¡Que tú! - dijo ella dando un taconazo y apretando los puños. Inmediatamente se dio cuenta de su error y comenzó a reírse, haciéndolo reír a él también, que comenzó a palmear el espacio junto a él para que ella se acercara. Ella se sentó junto a él y sin pensarlo colocó su cabeza en su hombro. "OK 10 puntos para Slytherin". Pensó. Pero ni muerta lo diría en voz alta. Su niña interna estaba pataleando en el piso ya.

De cuando Hermione amaneció con resaca en casa de DracoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora