La voz que comenzó todo.

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Un pequeño niño con ojos esmeralda que brillaban como estrellas fugaces seguramente no pasaba los diez años de edad. Se encontraba sentado frente al televisor mas cerca de lo debido, en una de sus manos se encontraba lo que parecía una figura de acción de esas series típicas de super héroes que agitaba con nervios, mientras que con la otra libre se encontraba arrugando sus ropas. Los minutos pasaban sentado frente la pantalla y con ello su emoción también aumentaba, los segundos eran tan lentos para el y la desesperación para que empezara su programa favorito se le hacia eterna, no entendía por que simplemente no adelantaban su horario o lo dieran todo el día, a los ojos de su mente infantil era una obra maestra de lo mas genial que tenía el mundo.

Cuando empezó a meditar sobre por que la mayoría de los adultos que conocía, no le gustaba la serie, la espera se acabo por fin y la música del inicio no se hizo esperar para que llegara a sus oídos.

—¡Por fin!— Grito a los cuatro vientos, saltando en el acto y siguiendo la canción con un buen ritmo.

El capitulo había empezado con el secuestro de la protagonista femenina, con lo cual el pequeño solo dio su total desaprobación al villano y al héroe por no cuidarla bien—¡Buuuuu!¡Buuuu!— Se quejaba de brazos cruzados. 

Los siguientes sucesos que mostraba eran del protagonista formando una alianza con un viejo aliado y con el partía a la ayuda de la chica. El capitulo seguía con muchas peleas donde habían vencido fácilmente los dos, hasta que por fin llegaban al hogar del verdadero monstruo que tenía cautiva a la protagonista. A pesar de los intentos sin descansos de ambos no lograban nada y estaban casi fuera de combate, sin embargo, en el último momento en que el malo intento acabar con ambos, la chica logro escapar  de sus garras y con un poder misterioso dentro suyo venció con una gran diferencia de poder, convirtiéndolo en un sapo pequeño y verde.

El menor rió por la graciosa escena y luego mantuvo silencio estaba por escuchar su parte favorita del final de los episodios, la despedida de la chica. A decir verdad la voz de ese personaje era lo que había enganchado por completo su atención, en sí la serie era entretenida pero aunque él no se diera cuenta todavía tenía un fetiche con la voces, no importaba cual fuera el programa que viera si encontraba una voz que le gustaba él terminaba enganchado.

La chica como siempre miro a los espectadores y con una bella sonrisa, se despidió —¡Hasta la próxima aventura!— Y apago la pantalla sin mas, se quedo con las palabras en la garganta y se tiro a girar de emoción por todo el suelo, dando pequeños gritos.

Por alguna razón cada vez que escuchaba esa frase una corriente eléctrica pasaba por todo su cuerpo y  estallaba de felicidad. La voz de todos esos seiyuus le provocaban una extraña sensación que agitaba su pecho, era una pasión que el desarrollo sin querer mas no se arrepentía, por que esa pasión se había convertido en su preciado sueño y quería cumplirlo a toda costa.

Por que el quería convertirse en.... ¿Espera en que se quería convertir?

10 años después:

Se encontraba sentado con los nervios hechos todo un caos, por donde mirara había gente que parecía mejor que él y que fuera pesimista no le ayudaba en nada, después de todo era un beta y eso significaba que seria muy difícil entrar a un mundo donde la mayoría eran Omegas y Alfas que usarían todo a su favor para ganar, incluyendo su cuerpo por supuesto.

Las manos no dejaban de sudar, está era la primera vez que iba a una audición para conseguir entrar en una compañía, sabía que no iba a ser fácil y en estos momentos su mente no dejaba de repetir la misma frase "vas a fallar" una y otra vez.

— ¿Estas nervioso?— escuchó una voz masculina, pero al mismo tiempo delicada, provenía de un muchacho, al principio había creído que era una chica, ya que su silueta era delgada y curvilínea.

—Yo soy Todomatsu Miyu, un placer— realmente era como una chica, él sin duda tendría una oportunidad en este negocio donde la cara y el cuerpo pueden darme más trabajo que tu voz en si, sin embargo parecía un chico amable, así que se sintió un poco relajado.

—Choromatsu Hiroshi, igualmente— le dio algo de pena darle a estrechar su mano ya que estaba empapada en sudor y sus piernas temblaban, pero por educación lo hizo.

—Si sigues así de nervioso dañarás tu voz y terminarás siendo uno de los muchos casos de fracaso—sin más lo dijo con una sonrisa en el rostro, la sinceridad del muchacho hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo del chico, si lo que quería era que mantuviera la calma había sido un enorme fracaso.

Simplemente su voz no salía, tantos nervios habían ocasionado que enmudeciera, acaso está era una mala broma de dios —Es tu turno, acompáñame el jefe te atenderá ahora— las palabras salían de su boca siempre con una gran sonrisa de por medio y Choromatsu podía sentir como un sudor frío recorría su espalda. Tomo aire tranquilizador se un poco, se paró firme y acompañó al chico de rosado hasta una puerta negra —El ya tiene tu expediente, buena suerte—con dificultad logro articular palabra lo más firme y claro que pudo —Muchas gracias— el muchacho de rosado abrió la puerta dejando ver una oficina perfectamente ordenada, donde un blanco pulcro podía verse en todo su esplendor, en medio del cuarto delante de grandes ventanales de cristal había un escritorio negro donde estaba sentado un joven de no más de 27 años, revisando unos papeles donde Choromatsu logro captar su fotografía impresa en las hojas, lentamente el oji verde dio unos pasos hasta delante para que el joven notará su presencia, pero al ver como el joven comenzaba a posar su mirada en él detuvo su andar he inmediatamente hizo una reverencia —Mi nombre es Choromatsu Hiroshi, muchas gracias por darse un tiempo para escuchar—dijo firmemente aunque podía sentir que lo había gritado por el nerviosismo.

—Así que Choromatsu Hiroshi, veo que eres un joven con mucha energía, eso es bueno en este negoció, yo soy Atsushi Tougo y soy el jefe de esta compañía, pero no te sientas nervioso, ven vamos siéntate hablaremos un poco sobre tu expediente—apunto hacia una silla que se situaba enfrente del escritorio, no puso objeción y se sentó con la espalda recta en donde se le había indicado — Veo que no tienes experiencia en el campo y que eres un beta—Choromatsu sabía que su naturaleza sería un problema, después de todo en este negocio lo que vende es la imagen sexual más que tú propio talento.

—Sin embargo, eso es fácil de arreglar, eres un muchacho atractivo y tú cuerpo es delgado, con unas hormonas bastará para que puedas esconder este detalle, sólo falta escucharte por que no cantas una canción para poder apreciar tu vocalización- Choromatsu trago saliva, no pensaba llegar tan lejos, creía que con solo leer la palabra beta en su expediente le daría las gracias y lo sacaría de su oficina sin embargo su oportunidad había llegado, la única canción que llegó a su mente fue aquel ending que tanto había amado en su infancia cantado por aquella protagonista que había sido su amor platónico por tener esa voz tan linda.

Esta vez las palabras salían sin esfuerzo algo, sólo se dejo llevar he imagino que estaba solo en aquella habitación. Para cuando terminó con su cántico observó como el joven de traje lo miraba atónito, con los ojos clavados en su figura, tan mal lo había hecho, era inútil, hizo una reverencia para comenzar a encaminarse a la salida cuando las palabras del contrario ocasionaron que lágrimas salieran de sus ojos -bienvenido a "Future"-.

The voice of love (AtsuChoro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora