22. Llévame a casa

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En Altamira

Antonio corrió con todas sus fuerzas por la espesa pastura que rodea la casa grande de Altamira.
Abrió con fuerza el portón y saltó las escaleras de la galeria de entrada. Se detuvo un instante en el pórtico para tomar aire, escuchó conversaciones y hasta risas que venian del comedor. Se hecho a correr hacía allá

-¡¡Don José!! ¡¡Doña Asunción!!- gritó a todo pulmón

-Antonio, corazón, que pasa?- Asunción se asusta y se pone de pie

-Es...es...- El niño se acerca a ella dando grandes bocanadas de aire
-Barbarita- Trago saliva

-¿Qué pasó con Barbarita tesoro?- Preguntó Asunción con dulzura, lo más calmada que pudo

-¿Mi hija? ¿Qué pasó con mi hija?- Rodrigo se exaspera y se pone de pie de un fuerte impulso que tira la silla al suelo

-Ocurrió un accidente- Toño tosio
-En la Poza... la llevaron a... la medicatura- lentamente recupera el aliento

-¿La llevaron? ¿Quiénes la llevaron?- las manos de Rodrigo tiemblan

-Félix y Santos- el niño voltea a José
-Necesitan que vayan... ahora-

-No hay tiempo que perder- José se pone de pie y toma su sombrero que estaba por el respaldo de su asiento
-Vamos- le da una palmada en la espalda a Rodrigo y se encamina a la puerta

-Asunción podrías cuidar de Ángel, por favor?- Rodrigo la mira con ojos suplicantes

-Si claro- Asunción toma al niño en brazos
-Pero apresurate-

Rodrigo sale disparado hacia la puerta seguido por Antonio

En el camino

José conduce lo más rápido que puede hacia el pueblo, sorteando pozos, charcos y pequeños animales

-Tenía el presentimiento de que algo iba a pasarle- Se lamenta Rodrigo llevándose ambas manos al rostros

-Tranquilo hombre, de seguro no va a ser nada serio- José intenta mantener la calma
-A ver Antonio, cuéntanos qué pasó?-

-Eh... bueno... estábamos en la Poza y subimos a una roca para lanzarlos de allí al agua- comienza a decir Toño con voz tímida

-Una roca? Cuál? La más alta, empinada y resbaladiza? Dime que no- José habla sin mirarlo, pero Antonio no responde. Entonces voltea a verlo, el niño asiente con la cabeza
-Mis hijos tenían que ser- bufa

-Santos no quería saltar, por eso Barbarita volvió a subir para apoyarlo. Saltaron juntos, pero ella cayó mal y se lastimó la cabeza- dice Toño casi en un susurro mientras las lágrimas caían por sus mejillas

-De lastimó?- el pánico se cuela en la voz de Rodrigo
-Qué tanto?- cada sílaba tiembla

Antonio guarda silencio

-Qué tanto?- el temor se convierte lentamente en rabia

-Bastante, sangraba mucho- gime el niño secandose las lágrimas con la mano

-Ay no! No no no!!!- Rodrigo golpea con fuerza el tablero del vehiculo

-Oye, tranquilo, de seguro no es nada grave- José intenta calmarlo

Rodrigo sólo gruñe

En la Medicatura

Rodrigo baja de un salto de la camioneta y camina con pasos largos hacia la pequeña clínica

Una sombra en el horizonte (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora