- José -
Siento el metálico sabor de mi propia sangre recorrer mi lengua y salir de mi cuerpo sin siquiera poder respirar para evitarlo.
Tengo todo el cuerpo adormecido, no puedo mover ni un solo músculo, hasta abrir los ojos me produce un profundo dolor
Pero misteriosamente no siento nada en el abdomen donde recibí el disparo
Me han disparado antes en disputas de pulpería y recuerdo perfectamente el insoportable ardor de la herida, pero ahora no siento nada, ¿será que no hay nada allí?
Si así fuera, ¿por qué no puedo moverme?
Intento escuchar, pero la voz de Asunción se ha acallado
No quiero pensar, sigo luchando con todas mis fuerzas para levantarme
Siento manos en mi cuerpo... y una voz familiar
.
.
.
Es...
Es Asunción
Me pregunta si estoy vivo, si puedo abrir los ojos...
Si pudiera hablar le respondería, pero apenas puedo respirar
Una mano fuerte me levanta y me lava la cara con agua helada
Apenas abro los ojos y la vista se me nubla
"Estarás bien hermano" escucho en una voz masculina
A duras penas balbuceo que sí
El dolor se intensifica en mi espalda, pero mi vista se aclara, Asunción está al lado mío limpiando mi ropa, tiene una sonrisa relajada en el rostro, aunque sus heridas siguen sangrando
Volteo para ver al hombre que nos salvó y veo a...
Rodrigo
Está parado cerca de la puerta de la choza con su escopeta en la mano, dirige su mirada de odio hacia el cuerpo sin vida de Barquero... la bala... la bala no me tocó, era para él, yo debí quedar inconsciente al golpearme con las vigas
-Es mejor que se vayan ahora, busca un médico que cure esas heridas, yo me encargaré del cuerpo de la rata- Escupe Rodrigo
-Afuera está tu camioneta, ¡váyanse ya! - ahora su vista enojada es para mi
Asunción me ayuda y salimos de la choza
Félix camina nervioso por la galería de Altamira, ve la camioneta acercarse y corre hacia nosotros
Golpea el capot varias veces antes de acercarse a la ventanilla
-Acaso pretenden matarme del susto? ¿Dónde demonios se habían metido?. . . ¿Qué... qué pasó? - su rostro de vuelve terror al vernos bañados en sangre
-Ve al pueblo y trae al médico, di que pasó un accidente, que un peón se cayó del caballo o algo así, una vez aquí ya veremos cómo lo manejamos-
-Está bien- se nos queda mirando un momento antes de salir corriendo a montar su caballo y salir a todo galope
Asunción y yo ingresamos a la hacienda donde Casilda casi se desmaya
-Patrones, ¿pero que les pasó? - se acerca a mi esposa
-Tuvimos un accidente Casilda, volcamos con la camioneta, pero estamos bien, Félix fue por el doctor- intenta sonreír mientras se aprieta el costado en un vano intento de detener la hemorragia
ESTÁS LEYENDO
Una sombra en el horizonte (EN PAUSA)
AlteleEl destino los puso en caminos distintos. Mientras uno luchaba cada día para sobrevivir a costa de lo que sea y de quien sea El otro crecía en la opulencia y la vanidad Pero ese mismo destino los volvió a unir Cuando el evitar que un arma se dispar...