Capítulo 25

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Capítulo 25: Despertar...

Narradora:

Hermione lloraba sobre el pecho de ron, hubiera deseado no verlo pero lo vio; Harry, no podía ver a los demás, su pesadilla se hizo realidad y como en su sueño, no hizo nada para evitarlo; Senko no quería llorar, fruncía el entrecejo tratando de aguantar las lágrimas pero no aguantó mucho y se transformó en niño solo para poder llorar; todos estaban devastados pues su amiga se había suicidado.

Ellos estaban tan devastados que ni siquiera notaron que el espejo mostraba que cuando el líquido celeste de la fuente hizo contacto con la sangre de la albina, la mezcla de ambos se volvió negra y siguió avanzando hasta llegar a las heridas del cuello de los difuntos reyes. Parecía que la mezcla tenía vida propia pues se concentró solamente en las heridas del cuello, se concentró ahí durante varios segundos para luego botar una luz. El líquido negro se volvió transparente y después se dispersó alejándose del cuello de los reyes pero esta vez ya no tenía el tajo que causó su muerte.

Pasaron unos segundos y el pecho de los reyes empezó a subir y bajar levemente; e inmediatamente los ojos de ambos se abrieron. Se sentaron para poder ver dónde estaban no sin antes tocar su cuello, al chocar sus miradas se sorprendieron y se abrazaron

-Amore mio...- habló el rey mientras respiraba su aroma que tanto amaba

-Dimitri- le depositó un beso en su mejilla- ¿Come ... com'è possibile che siamo vivi?

-Funcionó...- hablo Ron- Están vivos!

-¿y "____"?- Dimitri se levantó y extendió su mano en dirección de la reina, ella gustosa lo aceptó pero tocó el frió suelo pues su pareja la soltó cuando ya casi estaba levantada

-¿Qué crees que...- El enojo de la reina Artemis se esfumó al ver el rostro pálido del rey

El rey se quedó mirando a un cuerpo que estaba detrás de ellos dos, la reina, volteó para poder ver lo que causó tal impresión en su pareja pero se quedó igual de helada. Ambos sintieron una corriente helada recorrer por su espina dorsal. «No. No es ella» trataban de pensar, y con el temor a flor de piel se acercaron. El rey Dimitri apartó los cabellos que cubrían a aquel rostro con sumo cuidado.

Se quedaron petrificados al saber que su temor era cierto, ahí, en el suelo, se encontraba la princesa de Draemon, su hija.

-No...- es lo único que pudo pronunciar la reina antes de caer de rodillas y abrazar aquel cuerpo- mi pequeña... mi niña- lloraba

-Agh...- gimió y cayó al suelo mientras algunas lágrimas caían en su rostro- pero ¿que hiciste?- dijo el rey Dimitri con voz lastimera- no debiste- acarició la mejilla de su hija que se encontraba fría

-¿por qué? -lloraba más fuerte la madre mientras veía los cortes en sus brazos, aún la sangre salía de estas así que depositó a su hija en los brazos de su padre y arrancó las mangas de su blusa para después usarlas como vendas y evitar que siguiera saliendo ese líquido. Mientras hacía eso notó algo que le cortó la respiración y la hizo tartamudear -a-aún tiene..pulso- un miedo creció en ella, su hija aún seguía viva- Dimitri aún tiene pulso!

El rey Dimitri no podía creer en eso pero sabía que su esposa no era mentirosa así que acercó sus dedos hacia la nariz de su pequeña y pudo sentir una muy leve respiración que parecía querer extingirse. El rostro de los reyes estaba variando entre felicidad y preocupación pero dominó más lo último debido que su hija lucha con la muerte

La hija secreta de... VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora