Capítulo 31

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Capítulo 31: Dementores

Narradora:

Era el día más caluroso en lo que iba del verano y los habitantes de Privet Drive se refugiaban en sus casas, a excepción de un muchacho que se escondía detrás de un pequeño jardín de hortensias frente a la casa número 4. Harry estaba tumbado boca arriba, pensando en que, a pesar de que Voldemort había regresado, aún no había noticias sobre él en las noticias como extrañas muertes o desapariciones

Trató de borrar esos pensamientos y se enfocó en buscar la razón de la poca comunicación que había tenido con sus amigos y padrino en el último mes, bueno, a excepción de cierta platinada que hablaban por lechuza cada vez que se daba la ocasión. Ella le comentaba lo bien que se divertía en el reino de Draemon junto con Senko haciendo bromas a sus padres, o cuando iba a los terrenos de los dragones o cuando se quedaba leyendo todas las noches unos libros que sus padres le habían regalado. Como le encantaría estar ahí con ella en vez de estar en un lugar donde, a los ojos de sus vecinos, era un chico problema. La última comunicación que había tenido con "____" había sido desde hace una semana y le empezaba a inquietar. ¿Acaso sucedió algo? Normalmente se enviaban carta cada dos días y, aunque hedwig agradecía esto, su incomunicación le extrañaba.

En la vereda se escuchaba unos pasos, agradeció mentalmente que en donde estaba escondido no fuera visible a la vista de los demás. Los pasos se detuvieron y parecía que caminaban de un lado a otro. Quizás es un vecino que se le cayó algo. Se escuchó un "tch" y Harry supuso que era la señora Figg pues últimamente parecía enojarse con la nada.

-Estoy completamente segura de que es aquí -Harry se revolvió un poco, esa voz se le hacía familiar- sus latidos no mienten...- demasiado familiar- Entonces... ¿dónde?

Por fin, Harry decidió asomarse por los jardines de donde estaba y lo primero que observó fue unos cabellos plateados, la persona le daba la espalda y usaba un vestido floreado. Por inercia los latidos de Harry aumentaron y aquella persona volteó para observarlo con extrañeza

-¿Harry? -preguntó "____" como si no creyera que estuviera ahí escondido entre los jardines- ¿Qué haces...- antes de que terminara de preguntar, Harry ya se le había abalanzado para abrazarla

-Estás aquí -habló aliviado, en verdad le traía una tranquilidad inmensa el oler a las peonías emerger de ella. Harry finalizó el abrazo para poder observarla mejor- ¿Cómo es que estás aquí?

-Pues... se acercaba tu cumpleaños y no tenía ni idea qué regalarte.-dijo avergonzada- Busqué y busqué pero como no había nada en Draemon que parecía ser el regalo perfecto, pedí permiso a mis padres para poder salir al exterior para poder comprarte un regalo

-¿te.. Te dejaron salir?- preguntó asombrado

-sí... Después de lo que pasó en el torneo consideraron que sería relajante para mí si respirara aires nuevos y, aprovechando eso, busqué tu regalo pero en cada ciudad que buscaba no había nada sorprendente y cuando ya me había percatado, ya había pasado tu cumpleaños y en el camino una vendedora me dijo que lo que normalmente se regalaba a un hombre era ropa, así que...- extendió una caja envuelta de forma muy elegante hacia Harry- en verdad me esforcé mucho pero si no te gusta...

Harry sostuvo el regalo y la abrazó

-¿Cómo no me va a gustar si has puesto todo de tu esfuerzo?- "____" se relajó al escuchar eso- además, el mejor regalo que me has podido dar es poder verte

-¿En serio?- preguntó sorprendida

-Sí.- dijo seguro y "____" se apartó lentamente

-Bueno... supongo que ya me viste, así que será mejor regresar a Draemon -dijo alejándose unos pasos de él

La hija secreta de... VoldemortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora