Capitulo 1

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De pronto, un estridente sonido proveniente de mi teléfono móvil me hace abrir ligeramente los ojos. Dirijo mi mano torpemente a la alarma para apagarla, y contemplo la hora que es: las cuatro y cuarto de la mañana.

Miro por la ventana y lo veo todo oscuro. Debería ser ilegal despertarse tan pronto.

Vale que hoy ha llegado por fin el día en el que me voy de intercambio a Alemania y quiero conseguir dar una buena impresión, pero es tan temprano que incluso me da igual y me pongo lo primero que veo en el armario.

Cuando ya estaba terminando de asearme, mi madre entró al cuarto de baño, completamente nerviosa.

—Margo, al final conseguirás que el avión salga sin ti.

—Mamá, el avión no saldrá sin que todos los pasajeros que compraron el billete se encuentren dentro de este— respondí con tranquilidad.

Sé que para mi madre le resultaba duro mandar a su hija a Alemania, pero también sabía que era lo mejor. Aún así comprendía el nerviosismo que se apoderaba de su cuerpo, más que nada porque estaba presente en ella estas últimas semanas.

—Oye mami, yo también quiero ir a Alemania, ¿puedo? Porfi, porfi...— dijo mi hermano pequeño, haciendo pucheros.

—Pues no irás, ¿te ha quedado claro pringado integral?— respondí yo, a la vez que salía del baño.

Una vez que ya me encontraba lista, Alfred, nuestro chófer, nos llevó hasta el aeropuerto, en el cuál, mis padres y mi hermano se despidieron de mí.

Cuando entré por las grandes puertas del aeropuerto, empecé a pensar en lo que me esperaba. Me iba a pasar un mes entero en Alemania, sin mis padres y sin el pringado integral, ¿acaso se podía pedir algo más?

Mientras pensaba en todo lo que podría hacer en este mes, Alfred me dirigió a mí y a mis cinco maletas a la sala de espera del aeropuerto. Una vez que me encontraba sentada, una señora tenía que encargarse de vigilarme, por el hecho de ser menor de edad y esas cosas.

Resoplé y saqué mi móvil para leer mis whatsApps. El primero que leí me hizo rodar los ojos.

Pringado Integral:

Sé que aún tienes medio pastel de tu cumpleaños en tu habitación >:)

Yo:

¿Ah sí? Pues que sepas que en Alemania se encuentra el gimnasio pokemon más grande.

Riéndome internamente de lo que le acababa de decir pensé: «Así aprenderás a saber quién manda, pringado integral.»

Todavía con el sabor del triunfo en la boca, seguí leyendo los mensajes que tenía, hasta que llegué a uno que verdaderamente me interesaba.

Meg:

¿Cómo vas en el aeropuerto girasol?

Yo:

Pues nada megáfono, aquí, esperando a que mi vuelo salga, jajaja.

Meg:

Me alegro, TKM♥♥

Yo:

Yo también, y te echo mucho de menos... :(

Meg:

Hace 24 horas que no nos vemos, ¡¡NUEVO RECORD!! xD

Sin darme tiempo a poder contestarle a Meg, un anuncio salido de los altavoces que quedaban repartidos por todo el aeropuerto me hizo pegar un salto de mi silla.

«Señoras y señores pasajeros, el vuelo 426 con destino a Alemania está apunto de salir. Repito: el vuelo 426 con destino a Alemania está a punto de salir. Por favor, se les recuerda a los señores Gonzalo, señorita Sánchez y la chica menor, que acudan inmediatamente al avión.»

¿Ahora soy la chica menor? Debe ser una broma.

Mientras que corría por el aeropuerto como loca, procurando llegar cuanto antes al avión, para evitar que me volvieran a tener que llamar por megafonía.

Esto es increíble, incluso con la señora esa de vigilancia, el avión casi se marcha sin mí, ¡esto es flipante!

Empezamos bien el viaje...

Foto: En un futuro muy próximo...

Alemania, una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora