Capítulo 5

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¡Uf! Que pesadas pueden llegara ser las madres, por cierto ¿y tú madre?- Bea, no respondió.
-No tengo madre- dijo intentando no llorar-
-No pasa nada si lloras, todos perdemos a personas importantes en nuestras vidas, llorar no significa debilidad, mira- subí la escalera muy sigilosamente- ¡ Vamos!- intentando no ser demasiada brusca. Cundo acabe de subir la escalera, me dirigí hacia un ventanal, que tenía Bea es su habitación. Desplace las cortinas. Dejando ver la noche estrellada- Mira, ves aquella estrella que hay junto a la luna, ese es mi hermano, seguro que tú madre es aquella estrella- señale la estrella más brillante
-No, mi madre, está sellada en una tumba. Asúmelo Margo, no existen los cuentos de hadas- y empezó a llorar como nunca había visto a nadie llorar.

En ese momento entro el niñato de Nico, se había cambiado de ropa. Ahora llevaba unos pantalones de chandal, una sudadera de color gris, sus ojos marrones estaban más dilatados que de costumbre y brillaban mucho, su cabello pelirrojo estaba despeinado.

-Vete zanahoria- le dije a la defensiva.
-Vale, vale, girasol, vengo en son de paz- dijo enseñado su mejor sonrisa.
Entras en el peor momento- dije señalando a Bea con la cabeza. - Puedes irte por favor- dije con un tono de súplica que nunca había usado con el zanahoria.
-Vale, ya me voy, yo pensaba que te agradaba mi compañía- dijo el.
Iba a contestar pero me di cuenta que se dirigía a Bea.
-Vete zanahoria- dijo muy flojo- Por favor-
Nico se fue y me guiñó el ojo, creo.

Yo:
Nico está en Alemania 😱😱

Meg:
El chico tan guapo que es el hijo del secretario de tu madre????

Yo:
Si y no es guapo.

Meg:
Eso dirás tú XD😂😂.

Foto: Margo mirando la noche, recordando a su hermano

Alemania, una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora