¡Alto ahí!

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 La naturaleza nos habla, pero estamos demasiado ocupados para entenderla.

Los días pasan tan rápido que no te das cuenta. Estás tan ocupado haciendo lo que deberías hacer, que no te paras un segundo a hacer lo que de verdad quisieras, no parás a contar los segundos sin miedo a llegar tarde a algún lado. Jamás parás a ver un árbol moverse por el viento, a ver las hojas caer y escuchar ese sonido cuando chocan entre sí. Apuesto a que no viste que la luna al estar cubierta por las nubes, genera un anillo de colores, así como cuando ves un Cd reflejado por la luz del sol. Crees que las estrellas fugaces pasan una vez cada tanto, cuando pasan cada 5 minutos. Nunca viste una estrellas por días, viendo cómo esta va alejándose cinco centímetros más que la última vez que la viste.

La belleza natural es tan linda. Linda pero no apreciada.

Qué pasaría si dejamos, por 10 minutos, el teléfono, el libro de matemáticas o las llaves del auto y miramos al cielo.

 A vos, que siempre vas de tu casa al colegio, luego al club y de nuevo a casa. O vos, del trabajo a buscar a los chicos a la escuela, dejar a tus hijo mayores, y la menor al jardín... ¡Pará!

 Pará y subí la mirada, contá las estrellas dejándote mirarlas en plena vereda. Mirá las hojas del árbol. ¿Qué colores son?

¿No te parece hermoso? ¿Cuántas veces paraste a contarlas? ¿Cuántas veces miraste un árbol como si fuera la primera vez que vieras uno?

Pará, y seguí mirándolas. Porque de todas las cosas lindas, pararte a verte es lo mejor que podés hacer.

"Montañas y nubes piden atención. 
Gorriones trinando y siervos andando"

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