Viejo amor

349 7 0
                                    

A veces las pérdidas serán pequeñas; otras veces las pérdidas serán grandes, pero si te acostumbras a entenderlas, a enfrentarte a ellas, al final te darás cuenta de que no existen como tal.


  De repente, un estallido. Sentí eso. Una explosión en mi pecho, y en ese momento, supe. Me di cuenta de lo que estaba pasando, lo que sentía. Porque al escuchar su nombre mi pecho por primera vez se aceleró, desesperado, tratando de decirme "es esto, lo que en poesías leías y no tenían significado". Porque en ese momento, todas las poesías que antes había leído cobraron sentido. Las poesías empezaron a hablar de una persona que conocía, la causante de mis explosiones. Las canciones, cobraban sentido junto con su imagen en mi cabeza. Todo, empezaba a cambiar en ese momento, cuando un estallido dentro de mi cuerpo se hizo presente. Hasta las poesías más oscuras se volvieron claras y las canciones tristes abandonaron el sentido, porque en ese momento, dejaron de ser lo que antes habían sido para mí, mi refugio.

  Lo que cambió, todo lo que se dio vuelta, fue en un instante. Sólo hicieron falta tres segundos para cambiarme por completo. Sólo hizo falta escuchar su nombre para que mi corazón se acelerara. Y fue en ese momento que comprendí. Mi primer amor, mi primer corazón roto.

  Aquella explosión, fue lo que va a cambiar sin aviso mi vida. Sería mi destrucción, y mi fortalecimiento. Ese estallido, sería mi maestro y yo su aprendiz.

  Aquello, sería el inicio de una etapa hermosa, y el inicio de mi desgracia.

  Luego de restablecer el orden que tu nombre dejó, te miré. Fue la entrega del miramiento a mi primer amor.

  Me acerqué, me saludaste nerviosa y me invitaste a sentarme. Lo que en ese momento sentía, hayan pasado dos años, no logro describirlo. Sigo sin poder descifrar lo que el corazón me decía.

  Hablamos, muy poco, porque nuestros corazones sentían tanto, que no podían decir nada.

  Nos sacamos accidentalmente una foto. Admito que la tuve mucho tiempo después de tu partida. Luego la borré, supongo que fue mi manera de decirte adiós, porque jamás tuve la oportunidad de hacerlo.

  Se nos hizo tarde, la plaza empezaba a oscurecer y ambos callábamos. Era silencio. Un silencio hermoso, no de esos que te obligan a sacar el celular. Podía escuchar tu corazón, latiendo. Tal vez suene ilógico ya que no estaba lo bastante cerca como para oírlo, estaba sentado, a tu lado en nuestro banco. Supuse que tu corazón en ese momento también trataba de decirte algo, y fue por esa razón que lo escuché.

  Luego te fuiste, para no volver. Pero lo que sí llegaron fueron tus subterfugios, tus excusas para ya no vernos.

  Esa pasmosa tarde, sería la última.

  Durante mucho tiempo me perdí. Y las canciones que antes dejaron de gustarme recobraron sentido. Y las poesías que antes te describían dejaron de hacerlo. Las canciones tristes volvieron a ser mi refugio, como también dio inicio a mi escritura. Los primeros capítulos de esta historia les puse de título "desamor" e "ilusión". Estuve dolido, conmigo, con mis amigos, con la vida. Pero quiero que sepas que nunca con vos. Y que las últimas palabras hirientes que te dije no fueron ciertas. Mi vida, que antes estaba en lo alto, empezó a caer, en un abismo. No supe cómo salir de allí, no quería aceptar tu partida, ni mi derrota.

  Pero después entendí, que ninguna derrota es negativa. Que toda pérdida es positiva, y que somos lo que hacemos para vencer a nuestros demonios. También entendí, que la única forma de aceptar es esperar. Aceptar es cuestión de tiempo. Y que para soltar, debía perdonar.

Cualquier pérdida es una ganancia.

Admito que esta historia, nuestra historia, se me hizo difícil contar por mucho tiempo. De seguro te preguntarás, ¿por qué ahora?

Aquí la respuesta: Porque yo hace cinco meses todavía no te superaba. Y sin titubear, digo que eso cambió.

También admito que lloré escribiendo esto. Supongo que esa es la manera de que mi corazón te deje ir. Y no es que te amaba antes de escribir este capítulo, sino que nunca tuve la oportunidad de despedirme.

Esta historia no tuvo un final feliz, pero el resto de los capítulos fue la mejor parte de mi libro.

Así que te digo gracias, chica de ojos cafés, por hacer de mi lo que soy ahora. Gracias por liberar mis demonios, porque me destrozaron de la mejor manera posible.

La Vida En PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora