7: LA NOCHE MÁS HORRIBLE PERO HERMOSA DE LA VIDA

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Eran casi las ocho de la noche y Bon dormía plácidamente en el sofá de la sala rendido ante la pesadez del día transcurrido; la escuela, estar encerrado con Bonnie en el armario del conserje, y el ensayo con Queen de casi tres horas, sí, el pobre estaba tan fatigado que apenas llegó a su casa se dejó caer en el sofá y sin nada más que decir o hacer, pegó ojo y confío todo su ser en los brazos de Morfeo.

Una hora después ya daban casi las nueve y alguien llamó a la puerta por medio de golpes, golpes de llamado que despertaron con cierto fastidio a Bon gracias a que la entrada de su casa y la sala eran uno mismo y Bon era el único residente presente en el momento. Despertaba con ojeras formadas y gruñendo debido a la insistencia del toqueteo semejante a la alarma de un despertador que a cada cinco golpes lo impulsaban a incorporarse con cansancio.

     - ¡Ya oí! ¡Ya oí! ¡Voy! – Arremetía indignado con paso lento a la puerta que abrió despreocupado por el sueño. Sueño que se espantó una vez que contempló a la persona que llamaba con tanta necesidad, y ese sueño podría no volver en toda la noche debido a la compañía que está tenía, literalmente, en su espalda. – ¿¿¡¡Queen!!??

     - ¡¡¡Shhhhh!!! ¿¡No ves que está totalmente dormido!? – Arremetió la nombrada en un susurro.

En efecto, Bonnie yacía completamente dormido sobre la espalda de Queen, colgando los brazos desde los hombros de la chica mientras está misma le sujetaba por las pantorrillas a cada lado de su cadera.

     - ¿¡P-pero qué haces aquí!? ¿¡Qué hace Bonnie sobre tu espalda!? ¿¡Qué estás tramando esta vez!? – Preguntaba alarmado pero susurrando como lo había hecho la chica de la trenza alargada.

     - Te he dicho que tienes que volver a realizar el paso de "momento a solas" ¿No? Bueno, pues aquí yace la oportunidad perfecta. – Aclaraba la chica mientras Bon le cedía el paso a su humilde morada.

     - ¿¡Pero cómo encontraste mi dirección!? – Gritaba el chico en voz baja.

     - Fácil, te seguí una vez que terminamos de ensayar. – No se avergonzaba de actuar como una stalker.

     - ¿¡Y ahora con qué mentira trajiste a Bonnie a mi casa!? ¿¡Por qué está dormido!? ¿¡Qué es lo que tengo que hacer esta vez!?

     - Haces preguntas demasiado obvias, me guías a tu alcoba mientras me explico ¿Por favor?; en primera: le dije que me socorriera para una tarea de matemáticas que yo misma elaboré para que sea complicada y se canse, en segunda: leche tibia, algo de pavo y pastel de calabaza duerme a cualquiera, y en tercera: dejas que duerma contigo y dejas una nota que diga que él mismo se invitó estando adormilado, le cedes el baño porque le chilla la ardilla, y de camino al colegio buscas citarlo para tocar en el parque para el día siguiente como en los viejos tiempos, sea como sea, pero hablas porque hablas y consigues que te perdone a como de lugar. – No dejaba lugar a una nueva pregunta de Bon y comentó con total desagrado el olor de las axilas de Bonnie para luego continuar con las indicaciones sin perder más el tiempo y se dejaba guiar por Bon subiendo las escaleras y llegando a su destino.

     - ¡Aguarda! ¿¡Tiene que dormir conmigo en mi misma cama!? – La sola idea coloraba a Bon hasta las orejas, lo único que no era rojo en su rostro eran sus ojos ahora blancos por el pánico, prácticamente sus pupilas desaparecieron por la sorpresa que le generaba la repentina llegada y explicación. – ¡Me hubieras llamado una hora antes para que me mentalizara! – Reclamaba mientras ayudaba a Queen a acostar a Bonnie en su cama en el lado izquierdo.

     - Y te llamé unas cinco veces pero simplemente no respondías. – Se defendió la joven quitándole un zapato a Bonnie en medio de la incertidumbre de Bon, quien sacaba su celular para confirmar las palabras de su compañera, no mintió:

En busca de tu perdón (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora