Tomando tu mano una vez mas

Caminado Juntos

- Se ve mejor.- se escuchó una voz conocida, y Taiga quien estaba embelesado con la imagen frente a sus ojos, salió de trance, y miro a la persona dueña de aquella voz.

- ¿Eh?- pronuncio el pelirrojo mayor al no comprender las palabras. Seijuro hizo una mueca de risa y giro la vista hacia donde Taiga la tenía hace algunos segundos.

- Tetsu... Se ve mejor.- Kagami comprendió y sonrió regresando la vista hacia su esposo.

- Ah, sí. Gracias al cielo hemos logrado avanzar mucho. Las pesadillas cada día son menos y el tacto entre nosotros ya no es tan incómodo.-

- Me alegra mucho escuchar eso... Y ya sabes Taiga. Si hay algo que necesiten...-

-Lo sé, lo se.- interrumpió el bronceado al emperador.- contaremos con todo tu apoyo. ¿Verdad?- Seijuro asintió y Taiga sonrió agradecido.

Tras aquellas pequeñas palabras, ambos pelirrojos se quedaron callados y enfocaron por completo su vista en sus parejas.

Algo retirado, no muy lejos de su vista, Tetsuya, Kouki y Ryota, platicaban amenamente sobre sus bebes. El rubio en estos momentos rebosaba un hermoso embarazo de 4 meses. Mientras que Tetsuya, estaba por su tercer mes.

- ¿Cómo te han ido con los antojos Taiga-kun?- entro a escena un azabache en la zona de hombres en la barra de licores. Yukio se paró a lado del Kagami con un charola de bananas con chocolate cubiertas coco.

- Pues, Tetsuya aun bien. Creo. Apenas hace algunos días comenzó con ello. Los vómitos continuos eran lo que me había estado preocupando. Pero parece que ya se han controlado.-

- No se preocupen. Todo eso es normal, ambos lo están haciendo bien, y puedo notarlo viendo a Ryota y Tetsuya.- hablo el pelirrojo tomando un sorbo de su copa de vino.

- Tal vez para Taiga, pero yo que soy primerizo en esto, me da un poco de miedo a veces.- ambos pelirrojos sonrieron y observaron como Kise le gritaba a su prometido al ver su antojo en sus manos. Yukio lanzo un suspiro y se alejó de los hombres yendo hacia el centro de la sala, donde los tres donceles se encontraban platicando y mostrando sus ecografías de sus hermosos bebes.

La familia Kagami y la próxima familia Kasamatsu, se habían topado en la mansión Akashi. Ambos habían decidió ir a visitar al castaño sin haberse puesto de acuerdo, quien estaba a solo días de traer al mundo a su segundo bebe.

Tres difíciles meses habían pasado desde aquel incidente. Lo sucedido en los últimos años ya había sido contado a todos los familiares involucrados. Los padres de Aomine lloraron la muerte de su hijo, pero al mismo tiempo, se disculpaban una y otra vez a la familia Kuroko y Kagami. Satsuki exploto en llanto y furia. Se sentía culpable por no haber descubierto a tiempo las intenciones de su mejor amigo, y no haber intentado contactarse con él.

En lo que respecta a la familia Kuroko, ellos solo estaban felices. Claro que les molestaba y enfurecía lo que el moreno le hizo a su hijo. Pero por el momento, comprendían que nada negativo que dijeran de Daiki, ayudaría a Tetsuya o la familia Aomine. Quienes se encontraban devastados por todo lo que había pasado con su hijo, culpándose ellos mismo por no haber hecho un buen trabajo como padres. Así que solo abrazaban y besaban a Tetsuya, transmitiéndoles todo su amor y apoyo.

Pero como era de imaginarse, Kuroko era el más dañado.

Después de haber sido dado de alta, tuvo que pasar por todo el juicio para su liberación. Claro que gracias a Akashi y Midorima, todo se había resuelto rápidamente dejando al fin libre al celeste. Pero su libertad duro muy poco, ya que los acontecimientos de los últimos años, habían regresado por completó a su cabeza, destruyendo la poco felicidad que habían construido.