Pasaron unas semanas y Louis le había dicho a su profesor que seguiría haciendo las tareas desde su casa ya que yendo al laboratorio gastaba más tiempo y se le complicaba hacer los demás deberes, pero esto en realidad era una estúpida mentira para no tener que volver a ver a Harry quien, por cierto, no había vuelto a presentarse a clases.
Estaba sentado en la mesa del comedor una vez más rompiéndose la cabeza intentando resolver ejercicios de química cuando el timbre sonó. Al abrir la puerta se quedó sorprendido y no pudo evitar fruncir el ceño ante la sorpresa.
–Sé que no debes querer verme, pero por favor déjame hablar contigo, quiero explicar algunas cosas.
–¿Por qué haría eso, Harry? Lo más seguro es que no te entienda, al igual que todo lo que me explicas. – Le dijo entrando y dejando la puerta abierta como para que pasara.
–Louis, lo siento. ¿Sí? Sé que no debí haberte tratado como lo hice ese día, te grité y te insulté cuando no debía hacerlo. Debí explicarte de nuevo o decirte que te fueras a descansar no tenía que presionarte... Es sólo que, era tarde y estaba cansado y, a decir verdad... No era yo mismo ese día.
–Ajá como digas. – Le respondió Louis desde la mesa intentando resolver lo que estaba haciendo antes. – Me empujaste, también, en caso de que lo hayas olvidado.
–Louis, perdón, por favor. En serio, no quería insultarte, mucho menos golpearte.
–¿No crees que estás algo grande como para andar rogando?
–No me interesa, me importa que me perdones, nada más. No me siento bien sabiendo que por mi culpa te fue mal en el examen y te pudiste haber lastimado contra aquel mueble.
–Lo hecho, hecho está, Harry. Además, no es culpa tuya el que haya salido mal, yo soy el que no entiende.
–Sí entiendes y me lo estuviste probando esas veces.
–Ok.
Harry suspiró y vio lo que Louis estaba estudiando y cómo estaba luchando para llegar a la respuesta.
–Déjame ayudarte con eso, déjame y te explico. Déjame compensarte.
Louis lo miró pensativo y asintió.
–¿Y por qué debería dejarte?
–Porque soy un idiota que quiere compensar el daño que te hice y estás calificando eso como un alcano cuando, claramente, es un alquino.
Louis puso los ojos en blanco para luego volver a ver al que seguía de pie.
–Ok, me salvaste una vez y ahora creo que te compensaré dándote una segunda oportunidad.
El rizado simplemente asintió y dejó que por la siguientes tres horas, Louis fuera su alumno.
Louis ponía atención a lo que le explicaban y, dichosamente, comprendía la materia que antes parecía un lío, pero se veía distraído por unas marcas que Harry, de vez en cuando, dejaba ver en las palmas de sus manos.
–¿Ves? No es tan difícil, te dije que podías resolverlos.
–Gracias, supongo.
–No es nada... ehhmm, ¿Louis? – Le preguntó mientras acomodaba todos los apuntes.
–¿Sí?
–¿Te gustaría que te siguiera ayudando?
–La verdad, no lo sé...
–¿Por qué?
–Digamos que no es muy cómodo saber que estás con alguien que en cualquier momento te puede aventar como muñeco contra los muebles si no entiendes la materia. – Dijo con algo de resentimiento haciendo sentir a Harry como la mayor escoria en el planeta.
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Turning. (L.S) || En progreso ||
FanfictionControlado por una maldición centenaria, perdido ante el hechizo natural de aquellos ojos azules. Publicado: 27 de octubre