CAPITULO 21 Viaje.

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---Shinobu---

Abrí lentamente mis ojos, siento mucho frío, mi cuerpo lo siento un poco pesado, casi no puedo moverme.

-¿Shinobu? –escuche que alguien dice mi nombre.

Intento visualizar a la persona pero todo se ve borroso.

-¿Cómo te sientes?

"Esa voz yo la conozco..."

-¿T-Takaba?
-Sí soy yo, -suspiro- me alegra que hayas despertado.
-¿D-Dónde estoy?
-Ni yo lo sé, -se sentó a mi lado- Tomoya y Feilong nos han secuestrado.
-¿Cómo?

A mi mente llegaron las imágenes de lo que había ocurrido y mis lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro.

-¿Qué ocurre?

Mordí de mi labio para no dejar salir un sollozo.

-Tranquilo, todo estará bien, -acaricio mi cabello- saldremos de está.
-E-Está loco, mato a Shinoda a sangre fría e-él...
-Respira profundo Shinobu, trata de tranquilizarte.
-Tengo miedo, no quiero que le pase nada a Miyagi ni a Asami.
-Estarán bien, conozco a Asami y no permitirá que nos pase nada ni a ellos ni a nosotros.
-Lo amas mucho ¿verdad? –susurre.
-Sí. –se sonrojo.
-Me alegro, sé que será feliz contigo.
-Lamento lo ocurrido cuando...
-No digas más, -suspire- me hiciste darme cuenta que yo solo amo a Miyagi y sé que Asami nunca te ha olvidado.
-Le hice daño.
-Pero si le demuestras tu arrepentimiento, estoy seguro que te perdonará,
-Eso espero.
-Te confesaré una cosa, -sonreí- un día cuando él estaba durmiendo susurro tu nombre.
-¿Enserio?
-Sí.
-Vaya.
-Así que no pierdas las esperanzas.
-Tú tampoco Shinobu, saldremos de aquí.
-Sí.

-Así que las putillas se hicieron amigas. –comento Tomoya.
-¿Qué haces aquí? –gruñó Takaba.
-Venía a ver como estaba, y ya veo que te querías aprovechar del rubio.
-Idiota. –gruñó Akihito.

Lentamente me senté en la cama con un pequeño dolor muscular.

-Veo que necesitas a fuerza tener algo dentro, eres insaciable Akihito, y pensar que quieres que un uke te la meta.
-Vete a la...
-¿No te satisfago tanto?

No aguante más y le di un golpe a ese idiota haciendo que el cayera en el piso y Akihito me sujeto para no caerme.

-Shinobu, -murmuro Akihito- ¿estás bien?
-Sí.
-¿Por qué?
-No aguantaba a ese tipo y...
-ESTUPIDO MOCOSO, -se levantó Tomoya caminando hacia nosotros- DE ESTÁ NO TE SALVAS.
-Deja en paz. –gruñó Akihito.
-TU NO TE MENTAS.

Lo empujo fuertemente al suelo.

-¡Akihito!
-Ahora tú... -levanto su mano.
-Más te vale que no lo toques. –comento una voz desde la puerta.

Todos volteamos y vimos a Feilong recargado en el marco.

-J-Jefe.
-Si quieres seguir viviendo aléjate de él.

Tomoya se alejó de mi lado y camino hacía Akihito ayudándolo a levantarse.

-No me toques idiota. –mascullo Akihito.
-Compórtate o a los dos nos irá mal.

Feilong lentamente se acercaba a mí mientras yo retrocedía, Akihito quería estar a mi lado pero ese tipo lo tenía sujetado con fuerza.

Seguí retrocediendo hasta que choque con la cama, él sonrió y coloco su mano en mi frente.

-Parece que la fiebre ha bajado, -suspiro- aunque no lo creas estaba preocupado por ti.
-Déjame ir. –lo mire.
-No, ya te he dicho que te he tomado cariño y me quedaré contigo.
-Maldición. –gruñí.
-Bueno como veo que están listo es hora de partir.
-¿Qué?
-Nos iremos de viaje amor, espero que Asami nos encuentre tengo ganas de un enfrentamiento con ese sujeto.
-¿Y por qué no aquí?
-Digamos que quiero descansar un poco.
-Serás...
-Vámonos.

Feilong me cargo en sus hombros mientras yo pataleaba para que me soltará.

-Sí no quieres perder un miembro de tu cuerpo es mejor que te calmes, tengo muy poca paciencia así que compórtate.
-Eres lo peor. –gruñí.
-Lo sé y no estoy arrepentido de nada.
-Por favor.
-Me encanta cuando lloras, me hace sentir más excitado.

Este tipo está loco, tengo miedo de estar aquí, quisiera estar con Miyagi, que me encontrara, pero ahora Miyagi debe estar descansando en el hospital, necesito verlo.

Nos subimos en una camioneta, Feilong nos amarro las manos y nos puso una mordaza.

-Más vale prevenir. –sonrió.

No quiero irme, sé que estamos en peligro, no podemos seguir aquí, debemos huir aunque la pregunta es... ¿Cómo?



---Asami---

El investigador Marth nos llevó hasta su edificio donde trabaja con sus mejores empleados que están investigando el caso de las desapariciones de Shinobu y Akihito.

-¿Cómo van? –pregunto Marth al llegar.
-Tenemos pistas señor. –comento un chico.
-Díganme.
-Tal parece que algunas personas vieron las placas de un auto negro estacionado en la oficina de bienes raíces, después del disparo llegaron a anotar las placas.
-¿Enserio? –me sorprendí.
-Así es, -comento el chico dándonos un archivo- hemos localizado el auto y se encuentra a las afueras de la ciudad.
-Debemos ir ya. –comento Miyagi.
-Pero...
-Debemos salvarlos de quien sea que los tiene.
-Es verdad, -suspire- es mejor ir de una vez a investigar ese lugar.
-Por favor vayamos con calma, -comento Marth- no sabemos a qué nos enfrentamos,
-Salvarlos es nuestra prioridad. –gruñó Lestat.
-Tengan.

El investigador nos dio un arma a cada uno.

-Espero la sepan usa.
-Por supuesto. –sonreí.
-Puedo aprender rápido. –comento Miyagi.
-Es genial. –rio Lestat.
-Ahora vamos para allá y nada de imprudencias señores, no quiero que hagan cosas heroicas cuando no sabemos nada de la situación.

Los tres asentimos.

-Como te conozco mucho Asami tú vas a dirigirlos, yo te daré las indicaciones a ti.
-Está bien.

Nos subimos a uno de sus autos junto con él mientras que otros investigadores se subían en otro, les dimos la notificación a algunos oficiales.

Cada segundo que pasa es una tortura, no quiero que lastimen a las personas que más aprecio, mi lindo compañero Shinobu y la persona que amo Akihito, a pesar de todo lo que ocurrió entre nosotros lo amo y lo perdono.

-Hemos llegado.

Nos bajamos del auto y Marth nos detuvo.

-Ustedes se quedan aquí.
-¿Qué?
-Obedezcan.

Marth camino con un grupo de investigadores a la casa y entro con ellos seguido de algunos oficiales armados.

-Maldita sea, ¿Por qué nos dejan esperando? –se quejó Lestat.
-Porque nosotros no tenemos experiencia con operativos. –suspiro Miyagi.
-No debemos desesperarnos tan rápidamente. –comente.

Esperamos minutos hasta que Marth nos hizo una señal. Caminamos hasta él.

-Lo siento, ya no están.
-¿Cómo? –me sorprendí.
-Hay evidencia que dos personas estuvieron aquí, o al menos eso espero. –nos mostró dos camisas diferentes.
-Esto es de Shinobu. –comentamos tanto Miyagi como yo.
-Y esto es de Akihito.
-Entonces es oficial, -suspiro Marth- los chicos estuvieron aquí.
-¿No hay más evidencia?
-Sí, -comento Marth- hay varios papeles, entre ellos hay folletos de viaje.
-¿A dónde?
-Uno es a Londres, otro a Alemania, Canadá y el último a Venecia, -nos miró- creo que en algunos de esos países se los llevaron.
-¿No sabe quién fue?
-No aunque, espero que tú lo logres descifrar. –me miro.
-¿Yo?
-Sí. –me dio una nota.



Abogado Asami espero se esté impacientando y desesperando por no tener a su querido amante cerca.

En verdad espero volver a verlo, aunque no sé si me recuerde...

Jure que me vengaría de usted por arruinar muchos negocios.

Por cierto, Shinobu y Akihito le mandan muchos saludos, así juguemos a las escondidas ¿quieres?

Le doy dos semanas para encontrarme, si en el plazo de ese tiempo no me ha encontrado, pues... Dígale adiós a sus tesoros.

Que comience el juego abogado...

Att: F. L.




-¿F. L?
-¿No te suena? –pregunto Marth.
-Para nada.
-Pues es mejor que empieces a pensar, -mascullo- ahora nos vamos a dividir.
-¿Cómo?
-Viendo los países creo que empezaremos por Londres, mandaré a otros investigadores a los demás países, espero que los encontremos pronto.
-Creo que yo iré a Venecia, -comente- tengo algunos clientes ahí tal vez me ayuden.
-Iré contigo. –comento Miyagi.
-Yo iré con el investigador. –suspiro Lestat.
-Así será entonces.

"Haré todo lo imposible para traerlos de vuelta sanos y a salvo..."



---Akihito---

Llegamos hasta el aeropuerto donde había un avión privado que seguramente era de ese idiota de pelo verde.

-Llegamos, -comento el peliverde- ahora a disfrutar de nuestras vacaciones.
-Sí. –rio Tomoya.
-Así que tú y tu compañía, -me miro- se irán en el otro lado del avión es decir la parte trasera, porque quiero disfrutar a mi lindo niño a solas.
-Lo que usted diga jefe.
-Bueno pues, -tomo el mentón de Shinobu- te haré sentir bien.

Shinobu abrió los ojos como platos y empezó a apartarse de ese idiota para que no lo agarraran pero le fue imposible.

-Camina mi pequeña putilla, debemos recordar los viejos tiempos.

Subimos al avión, Tomoya me llevo a donde dijo su "jefe". Después de unos minutos el avión empezó a despegar.  

Sin ti... (Miyagi x Shinobu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora