Capítulo 18: Cartas en la playa

4 0 0
                                    

El abrecartas cada vez ejerce más presión sobre mi garganta, y las fuerzas cada vez son menores dentro de mí, poco a poco, empiezo a asimilar mi destino, el mismo destino que tuvieron los demás, la muerte.

Justo cuando iba a dejar de ejercer fuerza contra los brazos de Mark Grass este se tambalea y cae a mi lado con un quejido, de golpe, pongo la mano en la herida y compruebo que no es muy profunda, Alex que ya ha conseguido ponerse en pie se me acerca corriendo y me ata un trozo de su camiseta alrededor del cuello, presionando sobre la herida, Mark Grass se recompone y vuelve a empuñar el bate con más fuerza, un hilillo de sangre le cae por la frente del golpe que acaba de recibir, Mía le ha golpeado con el mango del revolver. Por un momento creo que Mía por fin va a realizar lo que tanto tiempo llevamos ansiando, amortilla el gatillo y apunta directamente a la frente de Mark Grass, pero cuando me fijo en ella está llorando, las lágrimas caen incontenibles por sus mejillas resbalando hacia su pecho, pero no dispara, Alex y yo nos miramos confundidos mientras Mía se dedica a apuntar.

-Has tratado de enfrentarte con la gente equivocada Mark, has matado a Gabriel, al padre de Alex, mataste a mis padres, ¿Por qué? –Pregunta Mía

Mark simplemente ríe, asumiendo que su fin está cerca vacila a la hora de pronunciar palabra.

-Tus padres no eran más que escoria Mía. –Se burla Mark –Vamos dispárame, acaba con esto como tú sabes, un tiro directo.

Las lágrimas de Mía cada vez portan mayor caudal, la cara de tristeza comienza a tornarse en odio, y en este momento es cuando más me doy cuenta del arma de doble filo que supone Mía, cada vez tiembla más, y no la veo capaz de disparar.

-Yo te he dado una vida de comodidad, te he enseñado a luchar, a sobrevivir, tus padres te tenían encerrada en casa, sin dejarte pisar si quiera el porche, yo te he dado libertad. –Dice Mark con arrogancia

Mía parece reaccionar a las palabras de Mark Grass, empieza a bajar el revolver dejando de apuntar a su objetivo, Alex intenta intervenir pero Mía lo aleja de un golpe, Alex asustado por la situación, se queda atónito mirándonos a Mía y a mi consecutivamente, sé lo que está pensando, ambos pensamos lo mismo en este momento, Mía no es tan fuerte, en el fondo es débil, humana como nosotros y cada vez se le ve más atraída por las palabras de Mark Grass.

-¿Quieres saber quién ordeno la muerte de tus padres? Está bien, te lo diré –Mark duda momentáneamente –Fue tu tío Aquiel, tus padres iban a heredar una gran cantidad de dinero, aunque le debían una gran cantidad de dinero a tu tío, pero era una rata, y este tras enterarse de esto, me ordenó asesinarlos, a cambio de una parte de la herencia y tu tutela.

Mía baja el arma por completo, reconsiderando la opción de que tal vez Mark Grass no tenga la culpa de lo que le ocurrió a sus padres, considerando si realmente ella es una más de la asociación, o al menos eso me parece a mí, hasta que Mía comienza a hablar muy suavemente, sollozando, Mark Grass se gira de cara a la pared con las manos en la espalda, mientras sujeta el bate, y Mía se acerca lentamente a él.

-¿Mark? –Le pregunta

-¿Si? –Contesta Mark con tono victorioso.

-Gracias. –Contesta Mía

En ese momento me quedo sin saber cómo actuar, estamos en la boca del lobo, sin salida, y Mía está divagando. Pero todo cambia en cuestión de segundos, Mía alza el revólver y lo deja apuntando directamente a la cabeza de Mark, que sigue observando los cuadros con arrogancia, como esperando a que Mía acabe con nosotros.

-¿Mark? –Vuelve a llamarlo Mía suavemente

Mark se gira y su cara de orgullo se torna en miedo, sus ojos tiemblan, y confundidos miran los ojos de Mía, que se disponen a realizar algo duro para ella, pero ansiado por todos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 30, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Crónicas de la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora