ALTER EGO: Dos veces Burdock

Capítulo 9 Triángulo de dos

Acostados en la cama, las luces apagadas, estamos abrazados, desnudos, las sabanas nos cubren un poco, ella descansando en mi pecho, sus cabellos rojizos caen delicadamente sobre mi hombro, sus piernas entrelazadas con las mías, está dormida, la luz de la luna atraviesa la ventana que esta de frente a nuestra cama, aunque se atenúa con las cortinas, me permite ver el rostro de Nadia, su hermosa cara ilumina completamente los senderos más oscuros de mi alma, no hay un fondo que no toque su luz.

-OH DIOS MIO... Tanta espera valió la pena... No pude ni hablar de la conmoción... ¿Dónde tenías guardado todo eso Burdock? – dice mi subconsciente con la boca pegada al piso.

No sé, mi cuerpo fue reaccionando cuando estaba con Nadia, cada movimiento, cada toque, cada caricia, cada beso fue puro impulso, siento que el si la conocía y sabía cómo actuar, la estuvo esperando toda la vida.

No puedo creer que ya he hecho el amor con esa mujer, toda la espera valió la pena, ni en mis sueños eróticos más placenteros sentí el placer que me dio hoy mi musa, no hay sensación igual, sólo de pensarlo mi cuerpo se estremece, mi miembro comienza a crecer, quiero coger demasiado con ella, puedo pasar toda la vida dentro de ella, ni todo el dinero del mundo se puede comparar con esto.

-¡En la mierda!... Pero claro que valió la pena... Hasta que por fin se vaciaron esos depósitos de semen... Y de qué manera – responde mi subconsciente mientras recarga los tanques.

Las ganas de estar con ella... Siento que acaba de entregarme su alma, yo le puse la mía a sus pies, ya el negro no existe, estos ojos llevaron toda una vida esperando que alguien los ilumine, los incendie, Nadia lo hizo y ahora todas mis miradas son de ella, mi cuerpo es de ella... Y el de ella es mío, solo mío.

-Se te olvida un pequeño detalle... Rick... El verdadero... ¿Qué harás con él? – pregunta mi subconsciente mientras abre una puerta negra.

Rick va a desaparecer, estoy dispuesto a sacarlo de mi cuerpo, haré lo que sea, voy a luchar, esta vez sí tengo una razón por la cual hacerlo, necesito hablar con Hendrick, necesito agilizar esto, quiero estar bien para Nadia, no quiero más secretos ni mentiras, no quiero estar oculto bajo esta máscara oscura, quiero arrancármela, quiero que ella sepa mi verdadero nombre, decirle a mi musa que aquí estoy yo, Sebastián, que soy el hombre que más la ama y que puedo hacer lo inimaginable por ella, que la quiero tanto, tanto, allí le pongo mi alma, que antes de conocerla, estaba hundida en lo más profundo de los mares, ella bajo a rescatarla y ahora es de ella, allí se la pongo en una bandeja, estoy aferrado a ella, es el amor de mi vida, estoy seguro de eso... Yo quiero ser el de ella con todas las fuerzas de mi corazón, sin caretas, quiero que todos sus besos, sus caricias, sus miradas sean mías.

-Está bien campeón... Eso es lo que quería escuchar... Ahora a dormir, mañana será otro día – dice mi subconsciente sonriente mientras apaga las lámparas.

Yo no quiero dormir, no quiero cerrar los ojos, porque extrañaría este momento, porque cada momento que paso con ella, es único, porque extrañaría a mi Nadia y no quiero hacerlo, aun si soñará con ella, ningún sueño podrá quitarme estas ganas que tengo de ella, yo quiero estar así, puedo pasar la vida entera escuchando sus respiraciones, sintiendo como late su corazón, mirándola sonreír mientras duerme, sujetando su cabello, acerco mi cara a su frente, hundo mi nariz en su pelo e inhalo esa exquisita fragancia, necesito saber que esto que está pasando es real, la beso para asegurarme... Gracias Dios por regalarme este momento, donde estén mis padres, están sonriendo, pues por primera vez me siento tan feliz... Veo hacia al espejo del techo y veo a un hombre abrazando a una mujer espectacular, se ve que la ama con todo su ser, sus ojos son tan brillantes que parecen dos estrellas que solo anhelan que esto nunca se acabe... Caigo en un sueño profundo, terminó este día, no hay oscuridad, sólo hay luz y prometo que de aquí en adelante sólo sea la luz la que esté presente, por ti Nadia, mi amor, prometo hacer que te enamores de mí cada día, todos los días, por resto de mi vida...