Es más que conocido que el dos de mayo, en plena batalla en Hogwarts y bajo la mirada de su estupefacto amigo, Ron y Hermione habían tenido su primer beso, pero después de todo el caos había sido hasta un mes después que decidieron sentarse y hablar largo y tendido, dejando claro que aún estaban algo confundidos, y fue hasta mediados de Julio que Ron le había pedido a nuestra bruja favorita formalmente salir con él, claro está que Hermione aceptó gustosa.
Todo el proceso en contra de los mortífagos había durado un año, un año en el que Hermione era muy feliz con Ron y pensó que él lo era con ella; el ministerio estaba siendo muy generoso con los tres, dinero a mansalva, oportunidades laborales, personas, el tener al ministerio de su lado les abrió innumerables puertas en todos los sentidos; Harry y Ron habían entrado directamente a trabajar en la Oficina de Aurores y Hermione había pedido la entrada al Colegio Superior de Derecho Mágico, pensaba especializarse en los derechos de las criaturas mágicas, ni un solo elfo caería como Dobby por lealtad a sus amos.
Como en todo lo que la caracteriza, Hermione se entregó con ahínco al estudio, pero no por eso descuidaba su relación, encontraba tiempo para todo; no era de extrañarse, por ejemplo, que al regresar al departamento que compartía con Harry y Ron (aún no estaban listos para separarse, demasiados traumas) la castaña preparara la comida antes de que los chicos llegaran, con una especial dedicatoria al pelirrojo.
Pero empezó a suceder que cuando Harry llegaba, Ronald no, y ni el moreno ni la chica tenían la menor idea de donde estaba. Hermione lo dejo pasar, probablemente estaría absorto en el trabajo.
El día de su aniversario, Hermione se arregló con especial esmero, había planeado un picnic en un área especialmente hermosa junto al Támesis y el día anterior había hecho comida como para un ejército, Harry le aseguraba que olía delicioso.
Cuando llego la hora prevista, la chica llego al ministerio, directa a la oficina de Aurores, donde le dijeron que Ron Haría cosa de media hora que había subido a ver a Kingsley, ella, deseosa de ver a su novio, fue a alcanzarlo.
Cuando las puertas del elevador se abrieron, el alma se le cayó a los pies.
En una de las esquinas, acorralando a una morena voluptuosa que iba vestida de manera informal, estaba Ron, dejándose acariciar y acomodar la túnica por ella, Hermione, sin saber porque, se escondió detrás de una columna, justo antes de que ambos voltearan y salieran del elevador, el pasillo estaba en completo silencio, y Hermione podía oír claramente cada una de las palabras que los dos se decían, en un plan demasiado amistoso.
-¿Y entonces?- la morena le sonreía a Ron con una coquetería que podría calificarse de profesional -¿Vas a ir a mi fiesta al rato? Estaremos todas las chicas, y me encantaría celebrar con mi héroe favorito
-¡Claro! No me lo perdería por nada, además, no tengo nada importante que hacer hoy, nada más importante que atenderte a ti- Hermione sentía como si le estrujaran el corazón
La morena se acercó a Ron y le plantó un beso en la comisura de la boca, y el pelirrojo la abrazo por la cintura, disfrutando del contacto.
Esa fue la estocada final para Hermione.
Esperó a que Ron se metiera al Cuartel General de Aurores, y fue corriendo a la oficina del Encargado de Mortífagos Jóvenes que estaba justo al lado, donde un preocupado Harry la abrazo hasta que pudo dejar de llorar y le contó todo.
Harry no sabía qué hacer, ni que decir; él sabía quién era la chica, era Natalie Dormein, la autoproclamada presidenta del Club de fans de Ron y Harry, unos meses atrás había tratado de coquetear con el moreno, pero él, enamorado como estaba de Ginny, no le había hecho caso, y por lo visto ahora la muchacha había hecho de Ron su nuevo objetivo, y el idiota, haciéndole honor a la palabra, había caído.
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Conocimiento Muggle
Fanfiction"¿Qué hace él aquí?" Era lo único en lo que ella pensaba en el momento en que sus ojos se toparon con los de él, mientras que en la cabeza del chico solo pasaba una cosa: ¡Gracias Merlín! Justo a quien necesitaba.