Conocimiento Muggle

Blackpool

Draco despertó repentinamente, el sudor frío le bañaba la frente y su respiración era frenética, miro el techo tratando de relajarse, "inhala" el sueño había sido perturbador, pero no lograba recordar con exactitud trataba, "exhala" solo recordaba la sensación de angustia, la misma que lo había despertado.

Volteo a ver a ambas esquinas inferiores de su cama, ahí, acomodados como las hélices de un helicóptero dormían sus dos amigos, a su izquierda estaba Theo, con la pálida cara siendo lo único que asomaba entre las cobijas, y a su derecha estaba Blaise, con solo la mitad de una pierna cubierta por un trozo de sabana. El rubio se levantó y con los pies descalzos se dirigió a abrir la cortina de la única ventana que tenían, afuera aún se veía oscuro pero una débil luz anaranjada comenzaba a asomarse por entre los edificios que los rodeaban, respiro hondo una vez más y se dirigió al baño a mojarse la cara, esa absurda y molesta sensación de angustia no lo dejaba en paz, simplemente era algo estúpido que no pudiera tranquilizarse, ¡vamos! ¡Era sólo un sueño! No tenía por qué ponerse de esa manera. Después de mojarse el rostro con la helada agua matutina y que no surtiera efecto alguno, el chico decidió que no tenía caso quedarse en una habitación solo observando a los otros dos dormir así que se cambió el pantalón de la pijama por un pantalón negro , tomó la primera camiseta ir encontró, se puso encima un hoodie gris y lentamente se dirigió a la puerta, lo detuvo un suave maullido de reproche proveniente del pie su cama, Jenny lo veía ligeramente molesta al verse desprovista de su fuente de calor.

—Tranquila— le rasco el espacio entre las orejas y la gata cerro los ojos ronroneando —el tío Blaise estará feliz de servirte de cojín— delicadamente levantó a su compañera de cama y suavemente la depósito en la almohada de su amigo.

El chico tomó su celular y cartera de la mesita de noche y volteo a ver como la felina alegremente se acomodaba justo arriba de la cabeza del moreno, ahora parecía una enorme corona de pelos blancos. Draco sonrió ligeramente mientras cerraba la puerta de la habitación, probablemente lo que necesitaba era un buen paseo matinal para calmar los nervios.

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"¿Por qué no hay nada abierto los sábados en la mañana?" Draco tenía el ceño fruncido y las manos dentro de los bolsillos del hoodie, llevaba una hora buscando algún lugar donde desayunar y ni un solo establecimiento estaba abierto, pateo una roca y decidió regresar a su habitación para esperar a que los otros dos se levantaran y a que algún establecimiento se le diera la gana trabajar.

Ya iba a mitad de camino cuando vislumbro un inconfundible cabello a la distancia, definitivamente ir a molestar a Granger era más divertido que ir a ver a Blaise babeando y murmurando en sueños, se dirigió a ella repasando que cosas podría decirle, ahora que eran una especia rara de "amigos" no podía decirle algo que ocasionara un enojo muy grande en la castaña, pero ¡Merlín! Como extrañaba las discusiones con esa chica; ya estaba a punto de llegar a su lado cuando notó la cara de Hermione, era raro, nunca la había visto con ese gesto, los brazos cruzados sobre el pecho firmemente apretados al igual que las piernas, en los labios una mueca de patente molestia que contrastaba con los acuosos ojos, pero lo que más lo confundía era la ropa, ¿Qué hacia Granger tan arreglada a las 7 casi las 8 de la mañana un sábado? Bueno, tal vez estaba exagerando, no estaba tan arreglada como la última vez que la había visto, cuando la había visto con ese tal Edmund, estaba iba algo más sport, con unos Vans, pantalón y chaqueta de mezclilla y una blusa verde, ligeramente maquillada, pero para el rubio se veía como si la chica se hubiera levantado a las 5 de la mañana solo para arreglarse, cosa que probablemente había sucedido.

— ¡Hey! ¡Grang... Hermione! ¿Por qué tan solita en medio de la facultad? ¿La biblioteca está cerrada a esta hora y no tienes a dónde ir?