Conocimiento Muggle

Reconociendo

Pansy despertó a la mañana siguiente sintiendo un agradable calorcito en su mejilla, cuando abrio los ojos se percató de que era la única que aún estaba acostada, Melannie, que después de su berrinche del día anterior no les dirigía la palabra, ya estaba saliendo, y Hermione estaba terminando de peinarse frente al diminuto espejo del lavabo.

-No se como te puedes peinar con ese espejito- dijo desde su cama la morena haciendo que Hermione saltara -voy a tener que hacerle algo, yo tengo que ver mi cara entera al mismo tiempo.

-Tienes razón, no es muy cómodo, pero no me atrevo a hacerle un engorgio, estamos con muggles, es ilegal

-Es ilegal si ellos te ven hacerlo- refutó la chica levantándose y caminando hacia el lavabo con la varita en la mano -¿ves algún muggle por aquí?- apunto al espejo -¡Engorgio!- después hizo unos cuantos movimientos más con la varita, y en pocos segundos más tenían frente a ellas un espejo de tamaño considerable con marco negro y luces en la parte superior.

-Bonito

-Lo sé

-Dormí bastante bien- Pansy camino hacia su armario y empezó a sacar sus cosas para bañarse

-Yo igual, me gusta esto de que mis clases comienzan a las 9 los martes, puedo quedarme más tiempo

Pansy freno todo su movimiento en seco

-A las 9? que hora es?

Hermione se fijo en su reloj de pulsera

-Son 10 para las 8

-¡Mierda!- Pansy metió de golpe todo lo que tenía en la mano en el armario y sacó el primer gancho que vio -¡Voy a llegar tarde! ¡yo nunca llego tarde! es el primer día con esa materia!- seguía despotricando mientras se cambiaba a la carrera la pijama por un vestido verde agua con un cinturón café trenzado -¡Como carajos se me olvido poner el encantamiento de alarma! ¡un Parkinson jamás llega tarde! -se puso los primeros zapatos negros que encontró al mismo tiempo que con la varita se ponía un collar y hacía que su pelo se desenredara -¡Qué vergüenza! -Tomó su bolsa- ¡y ahora tengo que correr! ¡te veo al rato!

Y salió corriendo dejando a una pasmada Hermione con un cepillo de dientes en la mano mirando como la puerta se cerraba tras la menuda chica pelinegra.

-Sí claro, te presto mis zapatos.

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Después de haber llegado 15 minutos tarde a su clase de Grecia y de que su profesora se le quedara viendo con rencor por haberla interrumpido, y de que la detuviera al final para asegurarle de que era la primera y última vez que la dejaba entrar tarde, ahora corría hacia la cafetería, pues estaba llegando tarde a la cita que tenía con Draco, Blaise y Theo.

Cuando llegó a la cafetería los tres chicos ya estaban sentados alrededor de una mesita al aire libre, muy entretenidos leyendo unas hojas, Theo estaba poniendo cara de concentración infinita, mientras Blaise leía entre dientes y Draco subrayaba cada cosa que le parecía importante, Pansy se quedo un momento viendolos, ¡como adoraba a esos chicos! al ser miembros de las familias más antiguas, desde pequeños habían crecido juntos, no era de extrañar que la gente siempre pensara que ella andaba con alguno, y hasta había alguno que otro degenerado que pensaba que a los tres chicos les gustaba compartir, pero nada más alejado de la realidad, entre los cuatro se cuidaban mucho, y aunque esos tres chicos eran muy unidos, Pansy era fundamental, era el pilar de esa amistad, pues era ella la que hacía que los chicos limaran asperezas después de que alguno decía alguna burrada hacia el otro, fruto de sus caracteres que difícilmente llegaban a controlar. 

Pansy se acerco a la mesa, cuando los chicos notaron su presencia, como buenos caballeros, se levantaron y se sentaron hasta que la chica hubo hecho lo propio.