(Narra Guillermo )
Los minutos seguían pasando. Mis pensamientos se iban intensificando. Buscando que en algún momento como alternativa, Karry termine queriéndome como algo más. Sin embargo, no importaba las vueltas que le daba al asunto. No encuentro la manera en la que pueda ser feliz. Aunque depende totalmente la definición que le de a felicidad.
Porque si me voy a lo más simple, definitivamente felicidad es tenerla de esta manera en mis brazos. Sentir que puedo protegerla. Esto es realmente una sutil caricia por parte de mi cruel destino.
Dirán, ¿qué destino?El destino donde pago todo el mal que hice en mi corta vida. Donde todo vuelve, donde no soy feliz.
Sería injusto si la vida me diera felicidad. Estoy bien con eso. Sonará masoquista, pero lo merezco y debo aguantarlo. Sin embargo, por eso cada segundo donde puedo rozar la felicidad debo aprovecharlo al máximo.
Mientras me encontraba inmerso en mi mar de pensamientos. Por los altavoces comenzaron a llamar de nuestro vuelo.
"Karry, cariño. Despierta, debemos abordar. " dije acercándome a su rostro para que solo ella me escuchara. Aunque solo hizo un gimoteo a la vez que luchaba por abrir sus ojos. Sonreí cuando al fin los abrió por completo.
"Hola otra vez bella durmiente." Dije plantando un beso cerca de la comisura de sus labios. Mi corazón se aceleró, siempre hago cosas como esta y luego me termino arrepintiendo. Mire de reojo la reacción de ella. Juraría que por unos segundos se sonrojó, pero debe ser mi imaginación. Ella jamás ha reaccionado a mis provocaciones. ¿Por qué lo haría ahora?
Recogí las mochilas y a duras penas arrastre a Karry. Parecía un caminante. Resultaba realmente graciosa la escena. Luego de varios minutos, no tengo idea de cuantos pero se que fueron bastantes. Estábamos sentados en nuestros asientos y a punto de despegar. Tuve que sentarme para el lado del pasillo porque Karry casi hace un berrinche por querer sentarse al lado de la ventana. Siempre termino complaciendo sus caprichos.
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El viaje fue agotador, sin embargo al fin llegamos a nuestro destino. Seguramente mi pequeña se llevará una gran sorpresa al descubrir porque salimos de viaje de manera tan repentina. Recogimos nuestras maletas y detuve un taxi. Le indiqué la dirección y arrancamos rápidamente.
Karry estaba recostada en mi pecho mientras yo la rodeaba con mis brazos. Al parecer estaba bastante cansada. Así que comencé a acariciar su rostro para que se durmiera. Cosa que no tardó en ocurrir.
"¿Cómo podría dejar de amarte?" Susurré mientras la observaba dormir plácidamente entre mis brazos.
"Necesito saber como desistir de estos sentimientos." Dije nuevamente. Mis ojos ardían por las lágrimas que no permitía escapar. Desistí en seguir pensando y dándole vueltas al asunto, simplemente recosté mi rostro contra el cristal de la ventana disfrutando el paisaje. Estaba nevando, cosa que me fascinaba. Así pasaron los minutos hasta que caí en las garras del cansancio...
No se cuanto tiempo dormí, solo que el taxista me levantó de manera sutil. Era un tipo realmente amable. No quería levantar a el pequeño tesoro dormilón que llevaba entre mis brazos. Así que como pude saqué las maletas del taxi y por último cargué a Karry en mis brazos. Nos encontrábamos frente a la casa de la dirección que Jack me había dejado.
Aveces creo que es una bendición ser mas alto y fuerte que Karry. Esto me da la libertad de cargarla fácilmente. Ella es más alta de lo normal comparada a otras chicas. Pero para mi, sigue siendo de baja estatura. Me dirigí a la entrada con ella en brazos. Toqué la puerta esperando que me abrieran pronto. No pasó mucho tiempo hasta que se abrió. Para mi sorpresa, era Clary. Se veía mas joven y bonita que nunca. Definitivamente, de tal palo, tal astilla.