Congeniando con el Diablo. Parte 1 (Completo). Saga "Intensos"

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Alex

Sabía que Andrew no vendría, así Tonny haya preparado todo el escenario, Andrew nos conoce a cada uno, por eso es bueno intuyendo.

—Sabía que era una nueva especie de perro, pero ese cabrón sí que tiene olfato —declara Nick cabreado por la ausencia de su hermano

La música es alta, el local es acogedor, además está lleno de mujeres y bebidas

Bebo whisky, el cual me dio Tonny ni bien entre. Tengo la ligera suposición de quererme emborrachar, pero será inútil, tengo más tolerancia al alcohol

—Andrew primero se mata antes de decepcionar a Juliet o ¿Era Mónica? —doy un sorbo a la bebida— sobre todo en la víspera de su boda —concluyo

Nick gruñe ante la última palabra como si escucharlo le diera algún dolor. Sus cejas se fruncen y termina de beber con un sorbo su tequila

—Nunca lo comprenderé. Solo tenemos veinte y siete, y ya quiere desperdiciar su vida

Sus ojos verdes abandonan mi rostro para fijarlos en las personas detrás. No necesito desviar la mirada para saber quién tiene la atención de Nick.

El sonido de tacones se aproxima, luego aparecen en mi campo de visión.

Es otra típica rubia de lo más operada, quien le hace alguna clase de coquetería a mi amigo, quien solo las ve, lo peor de todo es que esa mujer tiene un clon

—Hola...

La voz chillona de esta me causa dolor de cabeza, pero a Nick no parece importarle cuando la sienta sobre sus piernas

—¿Seguro no hay nadie en tu vida? —Nick me observa cuando lo menciono— ¿ni siquiera la del cuadro? — indago un poco, pero él solo se limita a reír

Se diferenciar las carcajadas forzadas de mis amigos, y esta es una de ella

¿Qué oculta? ¿Quién es la misteriosa mujer?

—Te falta beber solo— declara cerrando el tema

Nick se levanta junto con la rubia y su clon

—Yo ya tengo otras cosas —me da un guiño a modo de despido y coloca sus brazos sobre las cinturas de las rubias.

Observo al trío caminar hacia las habitaciones del fondo

Sexo, alcohol y drogas, son tres vicios que he de admitir, las probé en mis años jóvenes de la universidad, pero todo aburre. El sexo de una noche, la resaca del jodido día siguiente y la frialdad de la vida. Tengo veinte y seis años, no deseo ser un aburrido, pero cinco años dedicado a solo sacar adelante a mi empresa, cambia a cualquiera

Ahora más si no está Becca

Nunca me ha faltado nada y las mujeres ambiciosas piensan en mí como negocio, pero soy quien da órdenes, si no la aceptan pueden largarse. Nunca pido, ni menos suplico. Mi sacrificio y criar a una pequeña de casi dieciocho años, de nombre Rebecca, me ha hecho madurar más

—Eh, tío — hablando de inmaduros.

Observo a Tonny casi ebrio.

Este niño

—Necesitamos entretener...

Sin más que decir me toma del brazo y me jala para sentarme en un sillón blanco en medio de la sala

—¿Qué demonios...?

—Shh... —habla Jhon con una sonrisa— déjate llevar Alexander, recuerda tu vida anterior