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Alex

La castaña se lanza sobre mí, coloco mis manos sobre sus labios antes de tenerla más cerca.

Esto debería contar como un asalto, pero en sus labios detecto un olor extraño. Tal vez bebió algo malo para estar es este estado.

—Espera —no solo basta con tratar de besarme, sino de que la mujer empieza a querer quitarme la ropa—. Esto es incómodo e irrespetuoso—agrego al alejarme de sus manos.

Busco el número de alguien de seguridad para pedir ayuda con esta mujer, pero antes de timbrar, ella se desnuda sola

¿Esto me pasa por querer ayudar a alguien?

Tomo las sábanas, la envuelvo como un tamal. Ella solo ríe y empieza a hacer gemidos. Amarro las sábanas mientras la sostengo para evitar un nuevo asalto.
Ella da vueltas por la cama, no sé qué pensar, tal vez está mal de la cabeza

Tocan a la puerta de mi habitación, trato de arreglarme, pero ella ha logrado romper varios botones de mi camisa. Abro la puerta antes de tener malos pensamientos y una denuncia, quien tengo al frente es a una pequeña pelirroja.

—Disculpe, vengo a buscar a la chica

Al fin podré deshacerme de esta demente

—Ella está...

—Te necesito ya... ¡Ven! —con solo eso la situación se malinterpreta

La pelirroja solo sonríe mientras mueve la cabeza de lado a lado

—Descuide, yo la cubro —comenta al irse, pero no entiendo qué es eso de cubrir

Me distraigo en la demente de atrás un segundo, y al otro observo como la pelirroja logra huir.

Maldición... Me reclamo mientras sigo escuchando a la loca gritar. Cierro la puerta, ya que no deseo aumentar los malentendidos.

La noche es un infierno, cuando empieza a amanecer me duele la cabeza y el cuerpo porque fue la primera vez durmiendo en un rincón de la habitación. Reniego por la actitud de la demente. A veces la amarraba más para evitar tener problemas, otras veces trataba de soltar porque ella mencionaba no poder respirar. Cuando ya es de día, la acuesto porque ella también bajaba al piso para joderme, suelto los nudos de las sábanas, para seguir evitando los malentendidos.

Mi ropa huele a licor, sudor y perfume de ella. Me froto la cien mientras la observo dormida, no soporto este olor, por eso me voy a bañar rápido para poder conversar con esta mujer.
Solo por precaución pongo seguro a la puerta del baño, no quiero tener de nuevo encima a esa mujer.

Cuando salgo, ella está con los ojos furiosos y señalándome como una basura.

No solo le bastó hacerme pasar mala noche, además de eso tengo que aguantar su humor mañanero.

No tengo paciencia, ni siquiera me importa, solo evito una demanda y problemas externas. Ella se retira rápidamente, mientras yo al fin puedo tomar una pequeña siesta en la cama, aunque apesta a esa mujer.

No valió la pena hacer esta buena acción

—Eso pasó —relato cada cosa de esa espantosa noche

Estamos en su departamento, sentados en su pequeño sofá, al parecer la historia no era apta para contarse en mi auto, ella deseaba tener más privacidad

—Esto es incómodo

La castaña se ve más recompuesta, necesitaba un golpe con la realidad para poder alejar el alcohol de su sistema

Congeniando con el Diablo. Parte 1 (Completo). Saga "Intensos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora