Congeniando con el Diablo. Parte 1 (Completo). Saga "Intensos"

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Camill

Este día desperté con una buena actitud, todo se sentía normal y me alistaba para ir a la oficina, pero afuera de mi edificio aparece Becca en el auto de mi jefe

¿Acaso estoy soñando otra vez?

— ¡Sorpresa! —grita la castaña mientras viene hacia mí—. ¿Adivina quién se tirará la vaca en el trabajo?

Su mirada es divertida, pero su pregunta me confunde.

—¿Quién?

—Pues tú —afirma mientras me jala hacia el auto

—¿Yo? —logro liberarme antes de entrar al auto—. Tengo trabajo, no quiero tener problemas

—Tiene mi permiso —esa voz sale del auto, agacho mi cabeza y veo a ese castaño

Eso explica porque su auto está aquí, porque Becca no tiene edad para conducir

—¿Qué es esto? —logro confundirme mucho por esta caótica situación— ¿Es una broma con cámaras o algo por el estilo?

—Qué ocurrencias —termina de decir Becca al empujarme al interior del auto—. Vamos a un día de verano —ella también entra y se acomoda

—Pero es casi primavera —acuso mientras veo como cierra la puerta

¿Esto se debe contar como secuestro?

—Vámonos Alex —declara pasando por alto que no he aceptado nada

Alex

Llegamos a la casa de campo de Alissa y Artud, ambos nos reciben con sonrisas cuando nos invitan a entrar. Becca para todo el rato al lado de la castaña, mientras ella solo hace lo de siempre, ser agradable y mirarme con enojo

Dentro de la casa le indican sus dormitorios, ambas van hacia arriba mientras yo voy por algo de agua hacia la cocina.

—Vamos a traer algunas cosas para la fogata —avisa aquella pareja con felicidad

No puedo creer que solo nuestra presencia los haga tan feliz, tal vez sea porque Kennedy para en viajes de negocios, además vive en otra ciudad.

Deben vernos como reemplazo de su hijo

Desde la mampara de la cocina puedo ver como esa pareja va hacia el granero para poder conseguir leñas.

Una fogata

A ellos le gusta ese tipo de cosas hogareñas, aunque sean cosas para niños al mi parecer

—Aquí estabas —no tardó mucho en venir—, quiero hablar contigo

—Te escucho

Ella muestra seriedad, todas esas sonrisas falsas debieron cansarla

—Debería haberme avisado —suspira desde su posición— en mi tiempo libre escojo mis actividades

—Pudiste negarte —respondo con facilidad

—Seguí la corriente —su voz es directa—, está claro que esto lo hace por su hermana, tal vez quiere usarme para escucharla y apoyarla en sus cosas —atina en mis propósitos—, lo haré a mi manera, pero no use mis tiempos libres

—Habla como si alguien la espera —su mirada es mucho más enojada— . No creí que tuvieras a alguien esperando en tu departamento

—No conoce mi vida —reniega cruzándose de brazos

Escucharla y verla de esa manera me cansa, a veces parece una réplica de mi hermana

—Deberías llamarme por mi nombre —sugiero al escucharla siempre llamarme señor. Ella se queda callada al escucharme—, aquí no tenemos ese trato de jefe-empleada, para ellos debe ser incómodo nunca saber cómo dirigirnos —ella aprieta sus labios, parece enojarse más con mi comentario— . Olvídalo...