♦️Capítulo 21♦️

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Han pasado tres semanas desde la vuelta de Harley a Ciudad Gótica. La chica y sus amigas, volvieron a su rutina de atracos nocturnos; desafiando a el hombre murciélago con sus actos. Una mañana muy tranquila, Selina e Ivy se habían levantado más temprano de lo común. Pues estaban organizándole una sorpresa a su amiga rubia.

—Hoy será muy especial para Harley. —sonrió la pelirroja.
—Su cumpleaños. Vaya, un año después celebraremos de nuevo juntas su cumpleaños. —respondió Selina, también sonriendo.
—Esperemos que ese maniaco no se aparezca por aquí. —dijo Ivy frunciendo el ceño al pensar esa posibilidad.
—Oh, vamos. No pienses lo peor. Además...
—Hola, chicas. —saludó la rubia medio dormida, interrumpiendo a su amiga.
—¡Harley! ¡Feliz Cumpleaños! —gritaron al unísono, yendo a abrazar a Harley.
—Gracias, chicas. Se acordaron.
—Por supuesto, ¿cómo no recordar el cumpleaños de nuestra mejor amiga? —dijo Selina, sonriéndole e invitándola a desayunar su platillo "especial" que le habían preparado.

Toda la mañana, y parte de la tarde, estuvieron festejando y consintiendo a Harley. Era medio día cuando Selina sacó de la mesita de noche, una cajita destinada a su amiga rubia.

—¿Para mí? —habló Harley, sorprendida.
—Obvio, tontita. ¿Para quién más iba a ser? —Selina rodó los ojos. —Ábrela.

Harley tomó la cajita en sus manos, la abrió y encontró un par de aretes en forma de rombo, uno era color negro y otro rojo, junto con un brazalete con un patrón de colores negro y rojo.

—¡Que lindo, Sel! ¡Gracias! —abrazó a su amiga y una vez separadas, Harley se puso con entusiasmo su regalo.
—¿No lo robaste, o si? —mencionó la pelirroja, cruzándose de brazos y sonriéndole.
—Sorprendentemente no. Yo lo compré. —lo dudó por un segundo. —Claro, con...dinero robado. —se apenó de lo que acaba de decir y el trío comenzó a reír.
—No importa el origen, lo que cuenta es la intención. —habló Harley, abrazando de nuevo a su amiga.

Mientras esto sucedía en la bodega donde se alojaban las tres, del otro lado de la ciudad, específicamente en la guarida del príncipe payaso del crimen. Aquel hombre de porte diabólico y mirada fría, caminaba con paso firme, dirigiéndose a su automóvil púrpura, dispuesto a ir por su chica.

—Mi señor. —lo llamó uno de sus subordinados, temeroso.
—¿Qué quieres? Tengo prisa. —respondió subiendo a su auto.
—¿No c-cree que sería mejor dejar a la Srta. Quinn vivir su vida como s-siempre quiso? —habló asustadizo e intimidado por la mirada de su jefe.
—No. ¿Y sabes por qué no? —lo tomó del cuello, sacando su pistola. —Porque ella me pertenece y su lugar está aquí, a mi lado. ¿Te queda claro? —le apuntó a la frente.
—S-si, señor.
—Muy bien. —le disparó. —Salúdame a mi padre en el infierno.

[•••]

La rubia arlequín estaba bailando muy divertida con sus amigas, riendo mientras lo hacía. Un sonido ensordecedor detuvo su fiesta.

—¡¿Qué diablos es eso?! —gritó Ivy, cubriendo sus oídos cuando de pronto, la luz se apagó súbitamente.
—¡Chicas! ¡¿Dónde están?! ¿Rojita? ¿Sel? —sólo escuchaba golpes y luego escuchó aquella risa que tanto extrañaba y que a la vez le aterraba. —¿Qué les hiciste? —les luces se encendieron dejando ver a el Joker frente a Harley, sin rastros de la pelirroja y la chica gato.

—Oh, nada, calabacita. Sólo las mandé a dormir mientras tú y yo nos divertíamos. —le dijo tomándola de los hombros y bajando hasta sus codos. —¿Me extrañaste? —la chica no respondió, sólo evitó su mirada.

"Claro que te extrañé, idiota, y te extrañé mucho. Pero a ti no te importa."

Él la tomó de la barbilla, obligándola a mirarlo. La mirada de la chica lucía llena de confusión. Ella misma, no sabía que sucedía dentro de sí; sus sentimientos no le eran claro en ese momento. Obviamente lo extrañó, pero no se lo diría, sino, parecería débil ante él, y eso no era lo que quería. También seguía amándolo, tal y como antes, después de todo ¿como no amarlo?

—Yo si te extrañé. —le confesó sonriéndole.
—¿Ahh, si? ¿Qué fue lo que más extrañaste de mí? —trató de zafarse de su agarre, aunque le fue imposible.
—Tus tóxicos labios. —la besó desesperadamente.

Como extrañaba sus besos, pensaba Harley.

—¿Qué piensas hacerme? —le preguntó nerviosa. Él rió.
—Es tú cumpleaños preciosa. ¿Cómo que, que te voy a hacer? Te llevaré conmigo, claro.

"Love me Better" Jarley [REESCRIBIENDO Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora