"Love me Better" Jarley [REESCRIBIENDO Y EDITANDO]

♦️Capítulo 24♦️

—¿Estas bromeando, Mr. J? —soltó la rubia al fin, él puso los ojos en blanco.
—¿Me veo cómo si estuviera bromeando?

De nuevo hubo silencio. Un silencio bastante incómodo para la chica. Seguía meditando las palabras que había oído.

Dios mío, acaba de confesarme que en verdad siente algo por mí.

Aún no lo creía, pues a pesar de todas las advertencias, gritos, enfados, golpes, risas, y demás ahora estaban aquí, ambos en silencio, él con una reciente "confesión" y ella con el corazón latiéndole a mil.

Después, escuchó una explosión, sin dejarle decir nada, cayó desmayada.

Era nada más ni nada menos que el hombre murciélago quien había interrumpido tal conversación. Entre el humo casi disipado, la arlequín logro ver el combate cuerpo a cuerpo ente su amado pastelito y Batman. Aún mareada, divisó entre el alboroto a el chico maravilla detrás de el Guasón con intensiones de capturarlo. Entonces las voces se hicieron presentes en su cabeza...

"Es demasiado tarde para curarme y ni tú ni nadie puede cambiarme."

¿Debería advertirle a su amorcito? ¿Después de todo este tiempo?

—¡Puddin! ¡Detrás de ti!
—¡Ajá! —el Joker se dio la vuelta y golpeó a Robin.

—Harleen —la llamó el caballero de la noche.
—Batsi. ¿Cómo están los murciélagos? —retrocedió lentamente.
—Buenas noches —en un hábil golpe, la rubia se desmayó y Batman la llevó en brazos hasta el Batimóvil.

[•••]

¿Dónde estoy ahora?

—Harleen —escuchó que alguien la llamaba; estaba despertando de su prolongado sueño.
—¿Dónde estoy? —fue lo primero que dijo al recobrar el conocimiento.
—En la comisaría de Gordon.
—¿Dónde está mi pastelito? —agitó las manos que tenía atadas con cuerdas, al igual que sus tobillos.
—En Arkham.

Estaba en una habitación con muros color arena y una única ventana horizontal. Minutos después, el Chico Maravilla, entró por la pequeña puerta gris.

—¿Qué sucedió cuando me golpeaste? —habló Harley, más calmada.
—El Guasón dejó de forcejear y lo capturé —exclamó Robin, cruzándose de brazos—. Y lo enviamos a el Asilo Arkham.
—No se quedará por mucho tiempo... —susurró la arlequín.

De nuevo hubo un silencio incómodo. Batman tomó un pequeño comunicador de su cinturón.

—Déjenlas entrar —dijo el hombre de negro a través del comunicador.
—Vienen unas amigas tuyas a verte —mencionó Robin, saliendo detrás de Batman.

¿Ivy? ¿Selina?

E hicieron su aparición la pelirroja con afición a las plantas y la chica-gato a la pequeña habitación esposadas.

—¿Cuándo las capturaron? —cuestionó emotiva Harley.
—Al parecer Batman no era muy de confianza y envió tropas policiacas a la casa... —dijo Ivy.
—Uy, lo siento —les sonrió ligeramente.
—Pero, ¿cómo estás tú? —preguntó Selina señalándola.
—Pues... estoy viva. Y a salvo. O al menos eso creo.
—Ay, Harley. ¿Por qué te haces esto? —volvió a hablar Selina— Yo sabía que en la razón siempre hay algo de locura pero creo que en tu locura, solo hay... amor.
—Un estúpido y psicótico amor —agregó Ivy.