Capítulo 6 : Gritos ahogados

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NO IMPORTA EL DESDE SINO EL HASTA (AURYN)

CAPITULO 6: GRITOS AHOGADOS

(comedor, narra June)

Tras ese raro suceso conseguimos llegar a tiempo al comedor. La mayoría de la gente que está instalada en el crucero ya ha cogido mesa con conocidos, amigos, familia…

Por suerte, consigo visualizar no muy lejos del núcleo del comedor, una mesa amplia. La señalo y nos dirigimos hacia allí rápidamente, así evitando que algún que otro consiguiera apoderarse de aquella mesa.

Nos sentamos apresuradamente y deducimos que sobra una silla, no le damos mucha importancia, a fin a cuentas podría haber sido falta de ella.

La mesa está colocada horizontalmente, en un lado de ésta hay seis, en cambio, en el otro, siete.

Me siento en la cómoda silla y afortunadamente, Álvaro no duda en sentarse a mi lado.

¿Afortunadamente?

Bueno, realmente sí, ¿nadie se ha fijado en lo atractivo qué es?

A mi otro lado se encuentra Ane, quien me da la espalda porque está charlando animadamente con David, quien está a su lado.   Gabi en el extremo de la mesa y a su lado Dani, el cual está junto a Álvaro.

Delante de mí está Carly riendo con Blas, que está junto a ella. Al lado de éste, se encuentra Magi y en el extremo, Leire. El extremo opuesto de la mesa lo ocupa Carlos y a su costado, Oihane.

El menú ya está realizado por lo cual, los camareros simplemente tienen que traer el sustento a la mesa.

La cena no tarda en venir, mientras espero ansiosa y hambrienta la cena hablando con Álvaro.

(comedor, narra Magi)

El servicio de este crucero está bastante bien, no me extraña, no ha salido barato este viaje. Nos han comunicado que tardarán unos diez minutos, algo así.

Todos en mi mesa están hablando, ya sea en parejas como en grupos de cuatro. A diferencia de Leire y yo, los cuales estamos callados, sin atrever a cruzar una palabra el uno con el otro.

-Perdón.-se disculpa Leire agachándose a recoger el tenedor que accidentalmente se le ha caído.

Hago ademán de ayudar a recogerlo cuando me encuentro con su mano, las dos se enlazan, sin quererlo. Nuestras miradas se cruzan durante segundos, que se hacen eternos. Una unión que no tarda en destrozarse cuando oímos el movimiento de vajillas sobre nosotros. Sólo puede significar una cosa, la comida ha llegado.

Avergonzados, nos elevamos y levantamos nuestra vista hacia los chicos, y así es, la cena ya está.

-Me temo que tendré que cambiar el tenedor.-comenta Leire entre risas.

-No te preocupes.-cojo su tenedor y cuando Carlos aparta la mirada del plato, rápidamente lo cambio.

Leire se ríe, yo hago lo mismo.

Todos nos miran.

-Uy, que risitas.-dice Blas.

No importa el desde si no el hasta (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora