Capitulo 24

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Narra Ana.

Los días fueron pasando, volvimos la casa del abuelo al igual que la rutina diaria de cada uno, claro, que era muy diferente, quería y en parte tenía que quedarme más tiempo en España, pronto comenzaría a visitar las universidades de aquí y estaba cerca Londres, donde igual me habían ofrecido una vacante.

Mamá cree que simplemente las universidades comenzaron a llamar de un día para otro, al ver mis calificaciones, pues no fue tan fácil. A inicios de año sabía que había reducido un año al tiempo de preparatoria, tendría que comenzar a adelantar mis planes. Hice muchos exámenes por internet, en varias universidades y buscaba una beca completa, no era nada fácil, el simple hecho de poder entrar en las prestigiosas instalaciones era un honor.

No recuerdo a cuantas universidades mande mi información, la cantidad de exámenes que realicé, al final valió la pena. Mamá estaba feliz y orgullosa, al igual que papá y Augustus también.

Megan pensaba que no había movido ni un dedo para tales oportunidades. Cuando comencé el último año, le dije que comenzáramos a ver las universidades, ella dijo que no estaba muy interesada y no quería preocuparse por un algo que todavía no pasaba, no teníamos las mismas metas. Yo era organizada, no es todo, me gustaba que lo relacionado con los estudios estuviera preparado, al igual que la vida como la manejaba fuera de ellos.

En los últimos meses el último se ha salido de mis manos, lo que sucedió con mi salud me dio un giro drástico, el volver aquí, lo que siento conforme a Manu, el más preocupante. Intentaba tomar con mis manos mis sentimientos, meterlos en una caja y poner un millón de cadenas alrededor, pero estos se resbalaban de mis manos, intentaba tomar al aire y encerrarlo en las mismas.

La vida que tenía un día, la cual era mi rutina diaria, mi amistad con Megan, el crush con Scott, todo era tan normal, ordinario, era lo que yo tenía y no me quejaba. Megan me hablaba de tener aventuras, vivir la vida día a día, no preocuparme por un mañana, no pensábamos igual. Yo quería echar un vistazo al día siguiente antes de dormir, prepararme.

El momento en que llegó Manu todo se alteró, Megan comenzó a sentir cosas por él a una semana de su llegada, cuando a mitad de la semana hablo de que siguiera mi corazón, no entendía que no todo es seguir tus instintos, te pueden hacer que cometas actos de los cuales te arrepientas un segundo más tarde de hacerlos.

Y es lo que estoy haciendo yo, lo que estaba haciendo. Dejar que mi corazón me guiara por donde ir, no deje que mi cerebro analizará la situación, como siempre lo había hecho, a lo que estaba acostumbrada. Tome lo que quería, por poco besaba a Manu, estaba cegada.

Todo comenzaba a derrumbarse, mi amistad con Megan había terminado, volví a España, estaba fallando mi propio yo, físicamente y mentalmente, no veía de la misma manera a mi primo, lo que al principio del mes negué, ahora aceptaba y dejaba que pasara, no era lo correcto, para mí no lo era.

Cuando llegaron, él en especial, no debía. No debía comprar ese helado, quedarme en esa banca sentada, voltear a mi izquierda, comportarme de la manera más absurda, quedarme viéndolo, analizarlo y llegar a la conclusión de que era lindo, querer conocerlo en ese instante.

Salir corriendo fue lo mejor que pude haber hecho, he analizado eso muchas veces en estos días. ¿Y si me hubiera acercado? ¿Lo hubiera reconocido al decirme su nombre?, al ver su cabello alborotado, sus ojos verdes con toques de colores, las facciones del rostro, su forma de hablar, seguramente lo hubiera reconocido. Esa era la situación uno, estaba la dos, era peor que la primera.

¿Y si él se hubiera acercado? Se hubiera sentado a un lado de mi, no lo reconocería, porque ha cambiado, el igual no me reconocería, han pasado años, los dos hemos cambiado. Me hubiera dicho su nombre, yo le diría el mío, le exigiría que me mostrará las fotografías que había tomado, que le parecía Los Ángeles, sus gustos, ambiciones, disgustos, procedencia, quedar como amigos en ese momento, porque al ver a la chica a su lado pensaría que era su novia, no le preguntaría, sería vergonzoso.

¿Primos? (Manu Ríos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora