Capitulo 31

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Narra Ana.

Días más tarde, 5 para ser exactos, me estaba cambiando la bata de la clínica para ponerme ropa cómoda que mi madre había traído esa misma mañana, ya era cerca de medio día y esperaba poder pasar ya la noche en mi casa, me sentía particularmente bien aquí, todos fueron muy amables y la mayor parte del tiempo estuve acompañada, pero aún así me deprimía.

No imagino que alguien estaría feliz de estar todos los días conectados a cables y recibiendo comida que no tenía ese toque de hogar, aparte no podías salir y si lo hacías era solo a rodear la estancia o el pequeño parque que tenían, muy bonito, pero aún así era triste y de cierta forma artificial.

Por eso me encontraba feliz mientras volvía a colocarme unos buenos pantalones y un suéter, por suerte ya traía sostén, pero este también se retiraba. Ahí si me sentía muy expuesta.

Escuche la puerta abrirse, por suerte ya me había terminado de cambiar. Salí del baño del cuarto con la bata entre mis manos y mi mochila en la otra para ver frente a mi a Josemy, husmeando y seguramente buscándome.

Recordé que la última vez el que había asustado con simples palabras en una nota y mi terror por las películas de, valga la redundancia; terror. Por eso seguí escondida hasta que se dio la espalda y pude salir de mi escondite.

-¡Buu! -grite, no tan alto por temor de despertar a mis vecinos de al lado.

-¡Ah! -gritó dando un pequeño salto, eso había sido tan agudo que comencé a carcajearme con fuerza.

Tampoco fue la cosa más graciosa que haya visto en la vida, pero después de varios días aquí tener algo de humor suele llegar a ser bastante difícil o incluso llegar a ser humor negro, muy cruel, pero algo es algo.

-Ja, Ja. -dijo sin gracia y después me sonrío-. Imagino que estás mejor.

Sonreí con todos mis dientes y asentí energética, me sentía bien de por fin poder volver a casa, aunque dejaría de ver a mi abuelo todos los días, seguiría medicada y vigilada por mi madre, pero de ahí en más me hacía sentir mejor volver a casa, aunque no estuviera en Los Ángeles, aquí era como mi hogar también.

-Estoy feliz.

Abrí la mochila y metí algunas cosas que había traído, que me habían traído; libros, pequeños regalos, un DS que encontró mi madre en casa de los abuelos y unas golosinas. Cerré la mochila para hacerla a un lado y sentarme en la cama, todavía me faltaba ponerme los tenis.

Los tenía sobre la silla que se encontraba al lado de la cama, los tome me agaché para comenzar a ponerlos, pero Josemy me detuvo, se agachó y los colocó, abrocho las agujetas a lo que le di las gracias para pararme de un salto de la cama e irme.

-¿Y al final cuál fue el diagnóstico? -preguntó siguiéndome.

-Al parecer fueron muchas cosas las que sucedieron. -pause para abrir la puerta y dejarlo pasar primero.-Una leve pulmonía, dos tipos de fiebres; Tifoidea* y de Malta*, que juntas me afectaron bastante, falta de vitaminas, bastantes a decir verdad. -me quede pensando un poco-. Y estrés, mucho.

Al terminar de decirle lo que mi abuelo me había dicho hace unos días esperaba que me reclamarán o me pidieran una explicación de porqué no estaba cuidándome de salud, pero se quedó callado y llegue a pensar que se había quedado atrás o me había ignorado. Cuando lo voltee a ver tenía la vista en frente y fruncía el ceño.

-¿Y lo que pasó? -preguntó y lo vi sin entender.- Ya sabes, la ida y todo eso. -murmuro y me ahí cuando entendí.

-Oh... -pause y deje de caminar. -No tengo idea, puede haber sucedido por diferentes factores. -mentí, claro que sabía.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2018 ⏰

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¿Primos? (Manu Ríos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora