CAPÍTOLO 6

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LIA

Hoy es lunes, gracias a Dios no me he  encontrado con el pesado del Alex. Pedí mi sándwich de queso y mi zumo de arándanos. Cogí mi comida y me dirigí a la mesa en la que nos sentamos el otro día.

Mientras le doy un bocado a mi sandwich, diviso de lejos a Tayler hablando con Alex y tres chicos más. El primero tiene el pelo que le llega hasta los hombros, castaño, y de tez blanca, sus ojos eran tan claros que se notaban a quilómetros, y como no, un aire de chico malo. El segundo tiene el pelo negro, piel morena, ojos marrones oscuros y algún que otro tatuaje asomándose por el cuello. El segundo, su pelo era negro, su piel tan blanca, y sus ojos un azul tan oscuro. Son atractivos, todos, incluso Alex, pero da tanta lastima que sean tan fríos y egoístas. Los otros no los conozco, puede que esté equivocada y que no sean tan idiotas como el Alex, ya sabéis, yo no soy quien para juzgar.

Sin darme cuenta el chico de ojos marrones me miraba con una sonrisa, una sonrisa coqueta. Genial.

Tayler se despidió de ellos y se dirigió a mi con una sonrisa amistosa.

-Hola enana.- dijo moviendo sus cejas arriba y abajo.

-¿Enserio? ¿Ya te lo ha pegado?- dije levantando una ceja. Pero él solo suelta una risita.

-Da mucha gracia que seas la primera que le haya dado una paliza y que te encuentres con él cada dos por tres. Menos ayer, claro.- dijo sentándose y colocando su mochila encima de la mesa. Yo no dije nada, lo único que hago es mirarle con una cara de fastidio.- Lo raro es que no te ha mandado a la mierda.

-Tampoco es que persiguiera su culo para que me mande a la mierda- dije tomando de mi zumo.

- Bueno ¿Pediste algo para mi?- se cruzó de brazos. Abrí los ojos como platos y moví mi cabeza de un lado a otro lentamente y masticando lentamente. La verdad es que no se me vino a la cabeza.

-No has pensado en mi ¿Eh?- sonríe y yo sonrojo- No importa, te perdono porque ya me he traído dos trozos de pizza.- al escuchar esa maravillosa palabra, mis ojos brillaron y mi boca se llenó de babas. Lo se, sueno como una niña pequeña. Al llevarse un trozo de pizza, se la arranqué de las manos y le di un enorme bocado.

-¡Oye! ¡Esa es mi pizza!- Reí por lo que acababa de hacer. Él siguió paralizado hasta ver que le daba otro bocado. Se levantó para intentar quitármela pero yo solo le daba bocados una y otra vez, para acabarla antes de que me la quite. Creo que mi boca va a estallar de lo llena que está.- Tranquila fiera, quédatela, ya no la quiero.- dijo cogiendo el último pedazo.- Eso si, como me robes este último trozo , te destrozo la vida.-le dio un mordisco, yo solo sonreí por su comentario.

-Lo siento, es que me encanta la pizza, y más los pastelillos de coco, mmm... El viernes te invito a ir a comer una pizza- dije. Ahora que lo pienso, hace ya que no me como una.- Y ahora quiero un pastelillo.- miro mi sandwich, ya no quero comer. Dirijo mi mirada a Tayler y lo miro detenidamente.

-Y ahora por qué me miras con esa cara- dijo con la boca llena.

- Ya no quiero comer más. Acabatelo.- lo deje en frente suyo.

- Si claro, lo has llenado de babas y ahora quieres que me lo coma. Babosa.- acabo de comer el último trozo de pizza que le quedaba. Solté una carcajada.

-¿Tan fea soy para que me tengas asco?- dije con una sonrisa. Y adivinen que ha contestado, que soy fea, señoras y señores, soy fea. Muevo mi cabeza de un lado a otro y miro a la derecha pero me paro en seco cuando choco con unos cristalinos ojos, con esa penetrante mirada sin vida. Alex.

Un cuerpo femenino se para en frente mio impidiéndome mirar.

-Hola- dijo sentándose al lado de Tayler con una expresión seria.

IRRESISTIBLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora