IRRESISTIBLES

CAPÍTULO 7

Alex

Hoy es viernes. Todos salen y disfrutan de la noche porque mañana no hay clases, salen para beber tanto que al siguiente se levantan con una brutal resaca. En cambio yo o, el viernes es el peor día de mi vida. Viernes, el día en que se elige si vivo o muero, en el que se decide mi destino.

Salgo de la casa de Bruno y me dirijo al ascensor con la chaqueta en la mano.

Son las 20:57, siento el móvil vibrar en mi bolsillo y lo saco, miro y era un mensaje de Leonard:

Leo: ¿Qué tal amigo?

Con eso ya era suficiente para que yo adivine que me quiere decir a qué hora voy a pelear.

YO: Menos rodeos y dime a qué hora.

Espero el ascensor a que se abra.

Leo: ¡¡Tranquilo amigo!! Ja ja ja. Como se nota que estas amargado. Bien chico, a las 22:00, más vale que no tardes y llegues tarde. No te gustará lo que puede pasar.

Maldito idiota, cómo no saberlo. Si pierdo la pelea me perseguirán hasta matarme si no les enfrentas cara, pero si ganas exigirán una revancha y si no quieres te intentarán matar. En cambio a mí no me tocarán porque mi jefe es Leonard y saben que les matará si se atreven a acercarse a mí.

Estoy más que metido en esta mierda. Siento la presencia de alguien a mi lado. Levanto la vista y miro a mi izquierda, Lily.

Se ve muy concentrada en su móvil. Su pelo azulado suelto y planchado, lleva unos vaqueros negros y una camisa negra. Me quedo mirando en ella. Me imagino cómo sería ella si siempre sonriera, si no fuera tan fría, sería tan hermosa...

Pero qué...

-Haber si aprendemos a bajar un poco la mirada.- dice sin siquiera mirarme.

-Tranquila enana, el mundo no gira a tu alrededor.- digo guardando el móvil y entrando al ascensor seguido de ella.

-No pienso seguirte el rollo, no estoy de humor- dice acomodando en su mano una bolsa.

Me acabo de dar cuenta de que lleva una bolsa, es transparente, lleva unas cuantas cervezas.

Después de esas cuantas palabras ninguno de los dos volvimos a hablar. Los dos en silencio.

El ascensor llega a la planta baja y los dos bajamos, pasando el uno del otro, como si no nos conociéramos.

Miro la hora, son las 21:01 falta una hora, tengo tiempo.

Decido ir a mi sitio favorito, el sitio donde puedo estar tranquilo y pensar sin que nadie me moleste.

Cojo mi coche y salgo de ahí lo más rápido posible. Odio este sitio, odio mi vida, odio todo lo que me rodea. Aparte de las personas que me quieren y me aman. Aún que no haya nadie, a parte de Eyden.

Paro en frente de una montaña, salgo y subo hasta llegar a la cima, viendo desde aquí toda la ciudad, sintiendo el viento soplar en mi cara.

Me siento tan relajado y tranquilo.

Escucho sollozos de una chica, miro a mi izquierda y derecha para ver de dónde vienen los sollozos.

Lily...

Sentada al borde del abismo con una botella de cerveza en la mano y llorando, creía que era el único que venía a este sitio.

Escucho como tararea y canta una canción mediante sollozos.

-Mi pequeña, sé que estas aquí, escúchame, mírame, sonríeme y dime que me amas.- suelta otro sollozo y bebe otro trago. Esa canción me resulta muy conocida, la oí en alguna parte pero no me acuerdo.

La miro fijamente. Se le ve tan débil y vulnerable, se ve que pasó por muchas cosas. Siento un vacío dentro de mi al verla así.

-Mamá- dice débilmente.- Te echo de menos, ya no tengo a nadie- solloza.- Echo de menos oírte cantar, echo de menos tus caricias y besos, tus regaños por haber hecho algo malo, tus risas, tus tonterías, tus te quiero y te amo del día a día. No te imaginas lo duro que es vivir sin ti, no superé tu muerte pero si me acostumbré a vivir con ello. Cuando vengo aquí, me siento más cerca de ti, siento que me escuchas.- vuelve a tomar otro trago, pero este fue más largo.- No sé cómo es que sigo viva, ni sé cómo sigo aún en pie. Estoy harta de caer y ponerme en pie de nuevo, soy solo un estorbo para el mundo.- se limpia las lágrimas y se pone en pie. Siento que no tendría que estar aquí, me siento como un intruso. Esto no está bien, invadí su privacidad.

En el momento en que iba irme antes de que me vea, hace algo que no me lo esperaba. Tira la botella y saca un pie, corro lo más posible para atraparla, escucho un "Vamos a hacerle un favor al mundo" y saltó, el miedo corre por todo mi cuerpo, mi corazón aceleró y mis pies reaccionaron rápidamente. Agarro su mano con todas mis fuerzas y la observo sorprendido por lo que acaba de intentar hacer.

Me mira a los ojos con mucha desesperación intentándose soltar de mi agarre.

-Alex, suéltame por favor- dice entre lágrimas.

Con mucho esfuerzo intento subirla. Pero no, ella se resiste.

-¡No!- digo jadeando.- Escúchame bien Lily, esto no es la solución perfecta, todos tenemos una vida dura, yo también, pero nunca me doy por vencido por la gente que amo.- dije pensando en mi hermana.- Y si tu amas a tu madre demuéstrale al mundo lo que vales, demuéstrale al mundo de lo que eres capaz. Tú perteneces a este mundo como todos.-no aparta la mirada de mí y con esas últimas palabras, pongo todo mi esfuerzo y la subo. Una vez ella arriba intento recuperar el aliento.

Al volver a respirar con normalidad la miro. Sus ojos rojos llenos de lágrimas, sus pómulos rojos y su labio inferior temblando.

-Siento haberte puesto en esta situación.- se limpia las lágrimas lentamente.

-No digas nada, tranquila.- digo levantándome y ofreciéndole mi mano para ayudarla a levantar.