No fue mi culpa quererte (yaoi)

8. Control

En cuanto por fin pude regresar a casa me dejé caer sobre el pasillo, pensando seriamente en ir a algún lado a beber para olvidar por un rato, pero me había prometido no emborracharme por mis hermanos.

No me sorprendió mucho ver a Jack aparecer por las escaleras. Se le notaba sucio por la tierra y la sangre aparte de cansado.

—Hay toallas en el mueble del pasillo —comenté—. ¿Por qué no te das con baño?

Él sólo me miró por un momento y luego desapareció en el pasillo. Poco después escuché el agua de la ducha encenderse.

Decidí ir a dejarle ropa limpia. No sabía si le quedaría puesto que es más grande que yo, pero no perdía nada con intentarlo.

Era extraño como en tan poco tiempo había pasado de odiarlo a tolerarlo. No era un mal chico si quito de en medio el hecho de que es un asesino.

Rato después lo vi entrar en mi habitación usando los pantalones que le dejé pero no así la remera, la cual llevaba en su mano.

—No me entró —dijo en un tono que de no ser él podría ser de disculpa.

—No esperaba que te quedará de todos modos —dije encogiéndome de hombros—, eres un fenómeno con esa altura, seguro superas los dos metros.

—Nunca me he medido —dijo dejando la remera sobre la silla— ¿Qué hiciste con mi ropa?

—Está en la lavadora, estaba muy sucia y supuse que con tanta mugre se te estaría haciendo difícil moverte con libertad.

—Agradezco el gesto pero no planeó quedarme.

—Llevate mi ropa en su lugar —dije con simpleza.

Él soltó un suspiró y pude ver como fruncia sus labios para luego acercarse a mi.

—El llevar tu olor conmigo podría hacerme perder el control Damon.

—¿Control? ¿Tienes algo como eso?

Supe que se había enojado, pero me daba igual, realmente tengo que admitir que hasta ahora estaba buscando alguna manera de morir, incluso si dejaba a mis hermanos atrás. Realmente soy egoísta, soy lo peor.

—Crees que no tengo control —dijo en mi oído. Se escuchaba como una afirmación, no como una pregunta.

Tengo que admitir que me tomó por sorpresa, no sé en qué momento se me acercó tanto.

—Eres un asesino ¿Puede existir algo como el control en tu retorcida mente?

Vi como una espeluznante sonrisa aparecía en su rostro y supe que ya había cavado mi tumba.

—Te mostraré Damon como pierdo el control que según tu no tengo —dijo sujetando el cuello de mi remera y alzándome un poco del suelo.

Esperaba que me acuchillara, que me mordiera con sus afilados dientes o que desgarrara mi carne con sus garras, pero me sorprendí horrores al ver y sentir como me besaba con brusquedad y locura, introduciendo su lengua en mi boca casi sin que pusiera resistencia mientras que de un zarpazo desgarró mi remera, dejando mi torso expuesto.

No comprendí que estaba pasando hasta que sentí su mano colarse bajo mi pantalón en busca de mi miembro.

Rápidamente quise apartarnos pero su fuerza era inhumana y mientras más forcejeaba mas fuerza ejercía en mi, volviendo a abrir las heridas de mi boca con sus dientes.

Me tensé en cuanto sentí su mano sujetar con firmeza mi miembro hasta dejarlo expuesto.

Por fin sus labios dejaron los míos, pero cuando quise hablar, quejarme o pedir ayuda, su mano libre cubrió mi sangrante boca.

Su lengua bajó por mi barbilla hasta mi cuello y posteriormente hasta mi pezón derecho.

Di un brinco cuando lo mordió al mismo tiempo en que apretaba mi miembro y lo masajeaba en busca de despertarlo, pero yo estaba lejos de sentirme bien, me repulsaba el sólo hecho de que me tocara de este modo, me sentía horriblemente vulnerable y asqueado.

Su mano comenzó a moverse en torno a mi miembro, logrando que finalmente soltara un gemido que fue ahogado por la mano que aún cubría mi boca.

Esto era horrible, no me sentía bien para nada pero aún así los gemidos y espasmos se estaban haciendo presentes así como mi miembro comenzaba a ponerse erecto.

Por otro lado Jack no quiso detenerse ahí. Me quitó la ropa que quedaba y usando la mano que antes cubría mi boca comenzó a jugar con mi ano.

Di un salto de dolor y quise detenerlo pero su boca se hundió en mi cuello, mordiéndome hasta hacerme sangrar e imposibilitando que me moviera.

Grité e intenté apartarnos con mis manos pero nada cambió.

Finalmente me corrí, mezclándose mi semen con la sangre de las múltiples heridas que cubrían mi cuerpo.

Jack parecía divertido y no parecía querer detenerse ahí, fue cuando dejó mi cuello para mirarme que le Di un buen puletazo en su rostro.

El se volteó a verme claramente furioso pero se detuvo en cuanto mis ojos y sus cuencas vacías se encontraron.

No tengo idea de en qué momento comencé a llorar pero sabía que no pararía en un buen rato.

—Deten esto de una puta vez —pude articular.

Jack se apartó de mi como si hubiera visto a un fantasma, noté la duda en su rostro pero yo ya no quería saber nada de él.

Me hice bolita ahí en donde estaba y momentos después escuché la ventana abrirse y supe que se había ido.

Me quedé así por un buen rato, intentando calmar mi llanto. Para cuando lo logré, la sangre y el semen se habían endurecido sobre mi piel y las heridas habían dejado de sangrar, incluso la del cuello que era la más profunda.

Me levanté adolorido y me metí en el baño en donde dejé caer el agua tibia sobre mi mientras yo permanecía sentado en la tina.

El agua tibia me generaba cierto escozor en las heridas más profundas pero no me importaba.

No estaba bien, había sido tocado y herido por aquel muchacho al que por fin había comenzado a considerar un posible amigo.

Esto sólo sirvió para recordarme que Jack era y siempre sería un monstruo y por mucho que intenté camuflarlo con falsas esperanzas, el monstruo seguirá ahí, esperando para atacar y matar.

Ya no caería más en su juego.