9. Detalles

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Jack

Ya daban cerca de las tres de la mañana cuando por fin me detuve en medio del bosque.

Me sentía como si estuviera escapando de algo, pero de lo único que realmente quería escapar era de la realidad.

¿Es que soy idiota? No entiendo cómo mierda pude hacerle esto a Damon, sobre todo sabiendo lo vulnerable que se encuentra.

Respondí a su provocación como si fuera un maldito adolescente queriendo demostrar algo pero es que Damon me descontrola, mierda, el afecto es algo demasiado complejo para mi.

Tengo que admitir que desde el primer momento en el que nos cruzamos y pude ver en su corazón la bondad que tenía quise permanecer lo más cerca posible de él, esperando infinitamente volver a ser el humano que fui hace mucho tiempo, cuando aún llevaba una vida medianamente normal, pero está claro que si bien mi locura se ve aplacada por él no desaparecerá y tengo que aceptarlo, soy un asesino que por cierto tiene un desastre en su cabeza a causa de las hormonas.

Solté un largo suspiro y me quité la máscara dejando que la fría brisa de la madrugada me golpeara y resolviera mis pegajosos mechones de cabello aún húmedos por el sudor.

Damon es un ser humano común, ¿Qué diablos me atrae de él?

Sentí como poco a poco mi conciencia limpia iba siendo cubierta por los rastros de locura, sabía que en breve tendría que ir a matar para saciar mi sed de sangre por no decir también mi hambre.

Tengo que admitir que en un inicio no podía creerme que únicamente pudiera alimentarse de riñones humanos, incluso me repugnaba, pero los años ya han hecho en mi tantas cosas que simplemente olvidé lo que era siquiera pensar en lo que comía.

Caminé por un largo rato por el bosque hasta llegar a una de las entradas a la ciudad en donde pude ver a un guardia dormitando, una presa fácil que no daría mayor problema.

Coloqué nuevamente la máscara sobre mi cabeza y busqué en mi bolsillo mi bisturí, pero pronto noté que no estaba.

Hice memoria intentando recordar en donde lo había tenido la última vez y maldiciendo recordé que en ningún momento lo saqué de mi sudadera que de hecho estaba en casa de Damon junto con el resto de mis pertenencias.

Aquel era al ultimo lugar al que quería ir, sobre todo teniendo la cordura por lo suelos. Ya no quería volver a lastimarlo.

Solté una maldición y decidí volver a mi antigua manera de caza, cuando aún no llevaba armas conmigo.

Llegué sigiloso hasta el sujeto en cuestión y con rapidez y fuerza encajé mis colmillos en su cuello mientras con mi mano superé su boca lo suficientemente fuerte como para evitar que emitiera algún ruido fuerte y de paso romper su mandíbula.

No paso mucho tiempo antes de que dejará de moverse a causa de la gran pérdida de sangre y quizás porque la mitad de su cuello estaba desprendida de su torso.

Con el sujeto muerto ahora sólo tuve que hundir mis manos en su estómago en busca de mi único alimento, el cual devoré en cuestión de segundos.

Solté un pequeño gemido extasiado, realmente está sensación al comer los órganos aún tibios me llena de un sinnúmero de sensaciones gratificantes y agradables escalofríos, luego de eso es cuando entro nuevamente en razón y soy capaz de ver qué diablos he hecho.

—Ah... —suspiré sin realmente sentirme culpable—, lo volví a hacer.

—No es normal que vuelvas a esas prácticas tan primitivas siendo tu precisamente uno de los más meticulosos en el trabajo —dijo una voz grave que de algún modo sonaba como si hablará por una radio con interferencia.

—¿Desde cuándo eso te importa? —pregunté limpiando mi boca con el dorso de mi brazo, notando recién que aún no me había puesto algo encima y que de hecho aún estaba usando los pantalones de Damon.

—No es que realmente me importe, es simple curiosidad, sabes como funciona esto.

—Sé que no aparecerías por estos lados de no haber algo realmente importante, así que sería agradable que me dijeras qué te tiene preocupado Slenderman.

El ente de esbelta figura soltó un suspiro, claro, si es que eso era posible debido a su falta de facciones.

—Zalgo anda al acecho desde hace un tiempo. Normalmente no me metería en sus asuntos pero no es normal que su presencia permanezca por tanto tiempo en un sólo lugar. Tu más que nadie debe saber lo que esto significa.

—Lo sé... —dije llevando inconscientemente mi mano a mi cuello en donde se escondían mis cuerdas vocales destrozadas.

Nunca lo pensaba, pero realmente era extraño que pudiera hablar pese a este detalle, quizás se deba a lo mismo que volvió mi piel gris y mis dientes colmillos.

O sólo era la locura que ese demonio implantó en mi.

El ente frente a mi no dijo nada más, y silencioso que había llegado se fue, dejándome la tarea de ocuparme del cuerpo aunque claramente eso ya estaba en mis planes.

Luego de eso deambule por el bosque sin un destino fijo, quería estar solo y pensar, incluso si mi mente estaba en blanco.

Ya por costumbre acabé llegando a la ventana de la habitación de Damon. No lo vi dentro así que supuse que estaría en la escuela o algo por el estilo aunque pensar en eso se me hacia extraño, Damon era el tipo de chico emocional que reaccionaba mal si algo en su vida cotidiana se torcia, escondiéndose en su casa, en las sábanas de su cama, pero tras pensar en lo que pasó en esa misma cama supongo que es normal evitarla.

Entré en silencio como siempre y miré a mi alrededor en busca de mis pertenencias.

Esperaba quizás encontrarlas en la basura o destrozadas en un rincón, no dobladas sobre el escritorio.

Me acerqué y pude ver mi ropa limpia y perfectamente doblada, comprobando también que mi bisturí estaba también ahí, tan limpio como si fuera nuevo.

Diablos Damon, si me odias al menos demuestralo,no me hagas esto, me hace sentir aún peor.

Rápidamente me puse la ropa para luego admirar los pantalones sucios y ahora rasgados de Damon. No podía devolverlos así luego de que él se tomará la molestia de dejar mis cosas como nuevas.

Te odio Damon, simplemente te odio por hacerme pensar en nimiedades como estas, te odio por hacerme cambiar, te odio por hacerme amarte incluso cuando tu me odias.

No fue mi culpa quererte (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora