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— YoungJae, vete.

El menor lo miró sin poder creerlo. ¿Dejarlo solo? ¿Con esos dos desconocidos? Titubeó, no podía dejarle allí con ellos.

— Pero hyung-

— Vete, ¿de acuerdo? —le pidió con voz firme, mirándole de reojo. — Quédate donde estaban, en un rato iré por ti.

El castaño pensó en negarse de nuevo pero las miradas de los dos desconocidos lo intimidaban. Salió de allí a paso veloz, no sin antes mirar hacia atrás para ver a su hyung una última vez. Se lo agradecería luego.

Ya sin la presencia del menor, la tensión se volvió palpable en el ambiente. Los tres jóvenes compartían miradas, Mark y Jackson compartían una misma idea aunque JinYoung no estaba muy de acuerdo con ella.

— ¿Qué quieren? —preguntó al fin, sin rodeos. No estaba de humor para ir con juegos o tratar de esquivar el tema. Le habían jodido la noche.

— A ti, obviamente. —respondió el de cabellera negra, manteniendo una actitud coqueta que solo terminaba por asquear a Park.

— Que pena, yo no los quiero a ustedes. Tal vez a la próxima. —dijo con falsa tristeza y pasó entre ambos, empujándolos, para largarse de vuelta. Pensó que los tipos dejarían de insistir pero resultaron ser más cabezotas que él. Sintió que alguien le tomaba el brazo y se trataba del rubio. — Suéltame.

— No, bonito. Tú vienes con nosotros. —con esas palabras JinYoung supo que no podría librarse de estos. Suspiró y relajó sus músculos, no le quedaba otra alternativa que seguirlos.

No dijo nada cuando ambos comenzaron a guiarlo por todo el largo de la casa, tan solo miraba a su alrededor en busca de alguna opción que le permitiera huir de ellos, pero nada.

Se sorprendió al ver que lo llevaban a una gran mesa circular que se encontraba en la sala, alrededor de esta se encontraban más jóvenes de su misma edad. Se fijó en la gran cantidad de alcohol, cigarrillos, marihuana y otras drogas que no fue capaz de conocer. Luego en las ropas que llevaban y supo que se trataban de chicos con mucho dinero.

Los típicos niños ricos que desperdiciaban su dinero en el vicio y el placer momentáneo.

JinYoung se sintió intimidado cuando todas las miradas estaban fijas en él, parecía una pequeña cebra entre una manada de leones que lo cazarían apenas tuviesen la oportunidad.

— Semejante belleza han traído, chicos. —habló uno de ellos de dar una calada a su cigarrillo, mirándolo fijamente. — ¿Cómo te llamas?

Se quedó callado y bajó la mirada, negando levemente. No diría su nombre por más intimidado que estuviera. El pelirrojo, el cual le había dirigido la palabra, hizo una mueca y le hizo una seña a Jackson. Este sin demora empujó a JinYoung, haciendo que quedara sentado a su lado.

— No seas tímido, no te haremos nada malo. —le dijo con dulzura y le tomó del mentón para levantarle la mirada. — ¿Cuál es tu nombre?

JinYoung quiso mantener silencio otra vez pero la mirada del pelirrojo le advertía de que si no hablaba algo malo podía pasarle. Confirmó aquello cuando vio su expresión cambiar a uno de impaciencia.

— Junior... —susurró, apartando la mirada. — Me llamo Junior.

Era extraño volver a usar ese antiguo apodo. Recuerda haberlo utilizado con las personas que recién conocía, puesto a que quería cerrar su fachada de chico feliz y perfecto con un apodo, y así todos pensaran que era genial, cuando en realidad estaba roto por dentro. Eso había sido en un principio, cuando sus madres adoptivas lo dejaban tener un poco de vida social para no levantar sospechas, o cuando lograba escapar de su casa a respirar aire fresco y vivir un poco.

Muchas de las preguntas en la conversación iban dirigido hacia él y trató de ser lo más corto posible, evitando o mintiendo sobre muchos detalles de su vida personal. Ellos no tenían que saber nada con respecto a su vida, de hecho nadie debería. Pronto dejó de ser el centro de conversación y eso lo agradeció un poco.

Hyuk, el pelirrojo, lo mantenía junto a él como si fuese de su posesión, rodeándole los hombros con el brazo y apretándolo contra él. Trataba de mantenerse distante pero el tipo era fuerte y decidió que mejor no era sacarlo de quicio, porque bajo los efectos del alcohol y las drogas podría cometer una locura sin pensar antes.

Se preguntó dónde estaba YoungJae, solo esperaba que no se hubiese ido o que no le haya sucedido nada malo, no sabría qué hacer en el caso que recibiera malas noticias sobre él. Suplicaba que sus amigos siguieran en sus cinco sentidos y no quisieran cometer alguna estupidez, como incitarlo a beber de más o llevarlo a otro lugar. Pero sus amistades se veían buenas, no debía preocuparse tanto cuando él estaba entre la espalda y la pared, rodeado de tipos que no conocía y que de seguro deseaban algo con él, porque sus insinuaciones no habían pasado desapercibidas durante la velada.

— ¿Qué hora es? —preguntó ya cuando la desesperación comenzó a consumirlo.

— Las una con treinta y siete. —respondió Hyuk luego de echarle un vistazo su reluciente reloj de oro. — ¿Por qué, pequeño? ¿Tienes sueño? ¿Acaso quieres irte?

— No, solo preguntaba... —dijo, ciertamente incómodo cuando el pelirrojo le acarició la mejilla.

Volvió a perderse en sus pensamientos un poco más, era lo único que podía hacer. Si hablaba demasiado las cosas podían empeorar, así que prefería tener el menor contacto posible. Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien se acercó a la mesa.

— ¡JB está de vuelta! —avisó Jackson, aplaudiendo. Ya estaba bajo los efectos del alcohol. — ¿Qué tal, campeón?

— ¿Lo lograste con Mina? —agregó Mark con una sonrisa ladina.

— Es verdad lo que decían. Sabe moverse bien.

La mesa se volvió un revoltijo de palabrotas y gritos, haciendo que JinYoung volviese a la realidad. Miró a su alrededor, sin comprender porque todos se habían vuelto locos, hasta que levantó la vista.

Sintió que su corazón se detuvo por un momento. ¿Qué hacía JaeBum allí? Ni siquiera pudo pensar en una explicación cuando los ojos del castaño se encontraron con los suyos. No lo dudó y le suplicó a través de ellos que lo ayudara.

— ¿Quién... es él? —preguntó JaeBum, choqueado al ver a JinYoung allí, siendo rodeado de manera tan posesiva por Hyuk.

— Junior, un amor de chico. ¿A qué no es lindo? —respondió Jackson con todo juguetón. Por motivos como este no quería presentárselo a sus amigos, se volvían unos verdaderos acosadores cuando encontraban a una persona que lograba moverles el suelo.

— ¿Quieres bailar? —le preguntó directamente, mirándolo a los ojos. Había notado algo extraño en su mirada, de seguro relacionado con sus amigos, y no iba a quedarse con los brazos cruzados.

— No querrá, Junior es un chico muy tímido-

— Claro. —todos en la mesa voltearon a verlo, incluso Hyuk el cual había sido interrumpido. Se levantó del asiento y pasó entre todos ellos hasta quedar frente del castaño.

Nadie dijo una palabra y se alejó a su lado de allí, sintiendo que podía respirar de nuevo con tranquilidad. Sintió su brazo rodearle posesivamente la cintura pero no le molestó en lo absoluto, porque estaba profundamente agradecido por él al haberlo sacado de allí.

Ruta De Escape ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora